Autor: Soledad Salgado S.
CULTURA PARA TODOS
PERFIL MARTA CRUZ-COKE recibió el Premio Nacional a la Gestión Cultural en 2012 y el de Conservación en 2000.
Tiene 96 años, pero un ímpetu y una inquietud por la vida que refrescan generosamente esa cifra Si no fuera por la pandemia, Marta Cruz-Coke se juntaría con sus amigas —varias, 20 años menores-, aceptaría una invitación a almorzar o seguiría con sus reuniones en el grupo de oración del que es parte desde hace 40 años. Ahora descubrió que Zoom puede ser un perfecto aliado, y el EL DÍA DEL PATRIMONIO Y VALPARAÍSO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD SON INICIATIVAS QUE PROMOVIÓ MARTA CRUZ-COKE COMO DIRECTORA DE LA DIBAM EN LOS go. MUJER DE ACCIÓN, A SUS 96 AÑOS ESTÁ INVOLUCRADA EN UN PROYECTO DE CULTURAL PARA LAS CARRETERAS, Y ES PROTAGONISTA DEL DOCUMENTAL QUE LANZÓ FUNDACIÓN PROCULTURA PARA RECONOCER SU VALIOSO LEGADO. Robot Alexa, una excelente compañía: le pone música y le lee los libros que, dado que sus ojos ya no responden como antes, no puede devorar como siempre.
“El otro día la llamé y me contó que está trabajando en un proyecto de señalética cultural para las carreteras, con información patrimonial, y que tenía que hablar con fulano, sutano y mengano”, cuenta su hija Marta Lagos, directora de Latinobarómetro y Mori Chile. Y agrega: “Es imparaES MIEMBRO honorífico del Colegio de Arquitectos, por sus iniciativas de rescate como la de las iglesias de Chiloé. ble. Cuando murió mi papá (2004), se vino a vivir conmigo varios años, y mi marido le decía esto no es una pensión para llegar solo a dormir.
Al final, quiso irse donde mi hermano; allá está en un sector más central y las amigas pueden llegar fácilmente a verla”. Una voz revolucionaria en temas de cultura e impulsora de proyectos emblemáticos, como el Día del Patrimonio, el Bibliometro (préstamo gratuito de libros MARTA CRUZ-COKE CREÓ LA CORPORACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL DE CHILE, QUE LE PERMITIÓ CONTAR CON FONDOS PRIVADOS PARA DESARROLLAR OBRAS DE RESCATE PATRIMONIAL. en la red de Metro) y la postulación de Valparaíso a Patrimonio de la Humanidad, entre otros, Marta Cruz-Coke es la protagonista de un completo documental que recoge su historia con testimonio en primera persona y también con declaraciones de amigos y familiares.
Impulsado por Fundación Procultura y dirigido y realizado por José Gómez, busca hacerle un reconocimiento en vida a quien fuera la primera mujer directora de la Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) en una época en que el género femenino estaba casi ausente de cargos públicos. —No sé si hay otra mujer más importante en el ámbito cultural; ella abrió caminos, fue muy visionaria, y es muy transversal, es querida desde la extrema derecha a la extrema izquierda. Además del documental, estamos en el desarrollo de sus meENCABEZÓ LA postulación de Valparaíso a Patrimonio de la Humanidad. “Allí nació su papá, era un sitio importante”, dice Larraín.
“LA RECOLETA Dominica es la Marta”, dice Budnik, recordando cómo se afanaba en conseguir fondos para recuperarla. morias; nos preocupaba que no hubiese un registro de su obra -explica Alberto Larraín, director ejecutivo de Procultura Marta creció en un ambiente, cuando menos, estimulante.
Hija del médico y político Eduardo Cruz-Coke, los libros y la actualidad eran pan de cada día, un mundo humanista que la nutrió en su preocupación hacia las personas y el servicio público, mientras que su madre, Marta Madrid, mujer inquieta, creadora de fundaciones y empresaria -arreglaba propiedades y las vendía le transmitía, quizás inconscientemente, la imperiosa necesidad de hacer cosas. Estudió en el colegio francés Jeanne d'Arc, y ya a los 20 era presidenta de la Acción Católica Juvenil, donde fue colaboradora de Alberto Hurtado.
En este ámbito conoció a su marido, el abogado y cientista político Gustavo Lagos, EN LA BIBLIOTECA Nacional comenzó los procesos de digitalización de diarios y documentos históricos. con el que tuvo tres hijos -María Isabel, Gustavo y Marta y con quien vivió por su trabajo en Francia justo después de la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos (del 60 al 64) y en Argentina hasta 1969 una familia muy patiperra, porque aparte de nuestras estadías en el extranjero, mis papás viajaban harto y nosotros pasábamos meses en Lima con mi abuelo embajador. Mi mamá absorbió todo lo que veía afuera, e incluso trabajó en la OEA como agregada cultural, porque era un tema que siempre le apasionó. Y cuando volvimos, como tenía pendiente estudiar, entró a Filosofía en la Católica, ¡Entró a la universidad junto conmigo! ”, cuenta Marta Lagos.
Miembro actual de la Democracia Cristiana, y de convicciones fuertes, en algún momento, cuando sus hijos eran pequeños, EL MUSEO de San Francisco, por su historia, siempre estuvo entre sus intereses de conservación. le pidieron presentarse a diputada por el Partido Conservador. “Vivíamos en la calle Europa, y recuerdo perfectamente esas conversaciones en que toda la familia se oponía. Decían que era peligroso, poco conveniente, que una mujer en el Parlamento nada que ver, etc. La pararon Hubiese salido en un dos por tres. Mi madre nació en la generación equivocada”, dice.
Asumió la Dibam en 1993, en reemplazo de Sergio Villalobos, instalándose en una oficina inhóspita, donde tras una cortina de terciopelo había un lavamanos muy pequeño y un urinario: “Yola acompañé ese primer día y se notaba el siglo de atraso. Los libros llenos de polvo... era evidente que estaba todo por hacer”, agrega Clara Budnik la conoció ahí, cuando Marta, recién nombrada, la citó a una entrevista de trabajo. “Conversamos veinte minutos, yo iba con la sensación de que no teníamos nada en común y de que era una señora muy conservadora.
Pero me encontré con una mujer abierta, interesada en la gente, llena de vida, y ella me propuso iniciar esta aventura juntas”. La aventura fue tal, que dieron nuevos EN LA CELEBRACIÓN del Día del Patrimonio estaba el temor de que la gente no iría a ver edificios viejos, y que estos se ensuciarían. BIBLIOMETRO ES una de las bibliotecas que más libros prestan en Chile, y tiene más de veinte puntos en la red Metro. Aires a las bibliotecas públicas y empezaron a perfilar el Día del Patrimonio. “La Marta quería abrirlos edificios a la gente y que se valorara el patrimonio material e inmaterial. Pero nadie le hacía caso. La primera vez que quisimos celebrarlo nos asomamos como locas por las ventanas que dan a Moneda a tirar globos blancos para llamar la atención”, cuenta. Una situación que, con los más de un millón de personas disfruta de sus actividades—, parece anecdótica, pero que reflejaba su Ímpetu. Algo parecido sucedió con el proyecto Bibliometro, creado bajo su dirección, “La gente decía que nos iban a robar los libros, que sería un fracaso, pero nos lanzamos igual, con cero presupuesto.
Contratamos unos actores que entraban a los vagones disfrazados, a representar escenas de libros para invitar a la gente a pedirlos en tal o cual estación”, agrega Cuando se le ponía algo en la cabeza, lo llevaba a cabo, hablando por aquí y por allá, y generaba buenos equipos.
“Es una mujer muy astuta que sabe cómo conseguir sus objetivos, y además alguien que piensa fuera de los esquemas, pero siempre poniendo el centro en las personas”, dice Alberto Larraín, quien además estuvo casado con su nieta. Así fue como se empecinó en postular a Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad, y aunque recibía negativa tras negativa, y hasta hubo una pelea mediática con el entonces alcalde Hernán Pinto, Marta lo consiguió. “Ella quería revalorar Valparaíso y Ángel Cabezas -en esos años en el CMN-la apoyó mucho”, dice Clara.
“Ella se sitúa en el mundo buscando puentes, y eso es justamente el patrimonio, algo que nos une, algo colectivo”, dice Larraín; y agrega que Marta entendió siempre lo importante que era esto para las personas, las comunidades y las ciudades. “Recuerdo una frase que ella me enseñó: 'La única posibilidad de dar esperanza a las personas es generar algo bueno e inesperado”. VD