Autor: Jorce Núñez
Denuncian que turistas dejaron pelados 29 viejos alerces en Los Rios
La Conaf hizo una denuncia ante la justicia. Científicos sospechan que quieren matarlos, para luego comercializar su fina madera.
Na pésima semana tuvieron los encargados del Parque Nacional Alerce Costero, en la Región de Los Ríos, luego de que el lunes descubrieran que un grupo de personas dañó 29 ejemplares de Fitzroya cupressoides, más conocido como alerce o cahuén, una conífera capaz de vivir más de cuatro mil años y de alcanzar alturas de hasta 50 metros, equivalentes a un edificio de 20 pisos. "Perseguiremos a través de la justicia a los responsables del daño provocado al bosque, pero especialmente por el ensañamiento con un ejemplar de alerce, al que le extrajeron casi el 90% de su corteza, lo que complica considerablemente sus posibilidades de supervivencia”, adelanta el director de Conaf Los Ríos, Arnoldo Shibar.
Si bien aún no están identificados, la sospecha es que los atacantes llegaron como turistas al lugar. "Esta es una alerta que claramente debemos considerar, porque muy cerca de los árboles dañados se encuentra el Gran Abuelo, el alerce más antiguo del que se tiene registro”, cuenta el encargado regional, quien detalla que fueron los científicos Jonathan Barichivich y Antonio Lara, ambos de la Universidad Austral, quienes, utilizando una combinación de modelos informáticos y métodos tradicionales, dataron la edad del ejemplar en 5.484 años, lo que lo convierte en uno de los seres vivos más longevos de todo el planeta. En cuanto a la motivación para causar el daño, Shibar dice que no están claras.
Aunque se sabe que la corteza de alerce tiene usos medicinales como expectorante y antiinflamatorio, ése no parece haber sido el motivo del ataque, pues quienes “pelaron” el árbol, no se llevaron su botín, el que dejaron apilado junto a las raíces de su indefensa víctima.
Más sentido tiene la teoría del doctor en Ciencias Biológicas y curador del Herbario de la Universidad de Talca, Fernando Carrasco, quien no descarta “No existe una técnica para ayudar en la cicatrización de un árbol ”, dice la profesora de la Universidad Católica Alejandra Vargas.
Esta semana en el Parque Nacional Alerce Costero 5.484 ANOS tiene el árbol más viejo del parque que se trate de una técnica para matar árboles sin ocupar sierras, sobre todo cuando se trata de una especie protegida, que no se puede talar y cuya madera sólo se puede comercializar si proviene de individuos muertos por causas naturales. "Antiguamente ocupaban una técnica llamada anillado, que consiste en cortar anillos en la corteza de los árboles para interrumpir indirectamente el flujo de los nutrientes, lo que además de impedir su alimentación, los debilita contra los ataques biológicos y climáticos, hasta matarlos y convertirlos en madera”, detalla. Mal diagnóstico Sobre el destino que le depara al alerce descortizado, Shibar cree que no es el mejor.
“Esto es como sacarle la piel a una persona, es algo que probablemente no provoca la muerte inmediata, pero sin lugar a dudas puede causar la muerte en el corto plazo y, por lo mismo, vamos a tomar acciones de resguardo especiales, que incluirán un detallado monitoreo de la evolución de este caso, con la esperanza de reparar el daño causado por los humanos”. Menos optimista se muestra la profesora Alejandra Vargas, de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica. "En este caso particular pareciera que no hay mucho que hacer, pues no existe una técnica para ayudar en la cicatrización de un árbol al que se le ha arrancado la corteza, que es su tejido protector, por lo que no se podrá defender de muchos patógenos que entrarán en su madera para alimentarse de los nutrientes que circulan por el interior del tronco, produciendo túneles y ahuecamientos que lo enfermarán y matarán con el paso del tiempo”. Mientras Conaf evalúa los daños en el bosque, el sector El Mirador se mantendrá cerrado al público, para evitar más daño antrópico al ecosistema. Especialmente en el entorno cercano al Gran Abuelo. Adicionalmente, también se trabaja en el diseño de un nuevo mirador, con pasarelas que reduzcan al mínimo el contacto de los visitantes con el suelo.