Autor: PATRICIA CERDA F.
“La etapa de las luces pasó, ahora estoy viviendo el tiempo de la conciencia”
“La etapa de las luces pasó, ahora estoy viviendo el tiempo de la conciencia” Cecilia Bolocco: cambió por completo. El peso de la corona “Nunca había soñado con ser Miss Universo porque de chica me encontraba muy fea. La personalidad y el desplante, eso sí, siempre los tuve y creo que eso fue lo que me ayudó a ganar el concurso”, dice convencida. Sin embargo, el peso de la corona que obtuvo en mayo de 1987 en Singapur fue muy fuerte.
“Yo había perdido a un hermano un año antes, así que cuando gané quería estar cerca de mi familia, querernos, acompañarnos y eso no fue posible porque, después del concurso, no podía salir a la calle, ni siquiera ir a la farmacia”, relata. “Además, estaba la prensa con un escrutinio permanente. Todo lo que hacía aparecía en todas partes. Era muy difícil”, agrega. Se fue a vivir a Estados Unidos, donde tuvo más tranquilidad y comenzaron a llegar las ofertas que la consolidaron como una figura televisiva. Trabajó como presentadora de noticias en CNN en español, realizó programas para Telemundo, que le valieron dos premios Emmy, e incluso fue la malvada Karina Lafontaine en la telenovela “Morelia”, de Televisa. “Fueron experiencias increíbles que me ayudaron a crecer, pero yo siempre quise volver a mi país”, asegura. “Viva el lunes” le dio la posibilidad de regresar a mediados de los años 90, un espacio que menciona con mucho cariño.
“Es uno de los programas que más recuerdo, por el tiempo que duró y porq u e t r a b a j é con personas maravillosas como Gonzalo Bertrán (director). Era otra televisión, con presupuestos increíbles. Viva el lunes no solo me marcó a mí sino que fue una época gloriosa de la televisión”, afirma. No más polémicas Bolocco dice que hoy está en una nueva etapa y que prefiere dar vuelta la página de todas las polémicas a las que se ha visto enfrentada.
Incluso a días de esta entrevista, Zulema Menem, hija del expresidente argentino Carlos Menem, su exmarido y padre de su hijo Máximo, dijo en una entrevista que le encantaría tener una relación con ella y Máximo, algo que la prensa argentina atribuyó a un plan para quedarse con la herencia del exmandatario. “La única que se ha preocupado de la herencia yo creo que ha sido ella. Yo no tengo idea y Máximo tampoco”, plantea Bolocco al respecto. También cuenta que Carlos Menen le entregó antes de morir dos relojes que son un legado preciado por su hijo.
“Pero lo realmente valioso para Máximo fue que pudo despedirse y estar a solas con su padre antes de la muerte, porque antes nunca lo dejaron a solas”. Pero hay otros episodios en los que se ha visto envuelta y que, afirma, tampoco tienen hoy valor para ella. Como el ocurrido en 2007 cuando una revista publicó fotografías suyas en topless, junto al empresario Luciano Marrochino en la terraza de su casa en Miami. “Sentí que era una violación, pero en medio de esa completa aberración, de ese descuartizamiento público también descubrí cosas maravillosas. Me fui con mi niño a refugiar al sur y me deslumbré con la magia de la vida, con el milagro de tener a mi hijo conmigo. Ahí dije:¿ Por qué me estoy preocupando de lo que dicen de mí?, sí estaba en topless en mi casa, qué tanta barbaridad”, expresa. Lo que vivió después en Canal 13, entonces bajo la dirección ejecutiva de la periodista Cecilia Bolocco está dedicada hace meses a preparar la celebración de sus seis décadas de vida. El evento público lo hará mañana en el Museo de la Moda, que abrirá sus puertas a una exposición con los diseños más recordados de su carrera. “Ha sido una tarea titánica. El museo estaba cerrado, entonces hemos tenido primero que habilitarlo. No se trata solo de montar la muestra, sino de las historias que podemos contar a través de cada prenda”, explica.
El vestido blanco que utilizó en 1987, cuando ganó el concurso Miss Universo (en la foto), y el diseño negro semitransparente de Rubén Campos, con el que se robó las miradas en la gala del Festival de Viña del Mar de 2007, forman parte de la muestra. No así el body que vistió en el llamado “Bolocazo” en la Quinta Vergara, en 2000. “Esa malla no la tengo, pero hay otra cosa de ese momento”, adelanta. “Son prendas icónicas de mi vida tanto privada como pública y profesional.
Es un recorrido entretenido por el cambio de épocas que hay porque ya son casi 40 años desde el Miss Universo”, sostiene y cuenta que las historias también se recordarán, a través de apoyo gráfico y audiovisual. Mercedes Ducci, tampoco se lo esperó.
“Mi contrato con el canal decía que tenía que hacer un programa de entrevistas el segundo semestre, pero después de lo que pasó, me dijeron que no había presupuesto, que me querían dar un reality show.
Figúrate tú que las que me dijeron eso fueron dos mujeres (además de Ducci, Patricia Undurraga, exgerentade rostros de la señal). Ellas me quisieron poner en un lugar que, a mi modesto modo de ver, no me correspondía, así es que me lancé al vacío y renuncié”. Al poco tiempo firmó como rostro publicitario de una tienda de retail y pronto comenzó a diseñar sus propias colecciones de ropa. “Fue el mejor salto al vacío que daba en mi vida. Me salí de la televisión, algo que me tenía agotada y, la verdad, nunca me gustó mucho.
Me encantan las comunicaciones, pero creo que hoy no necesito la televisión para comunicar”. Una nueva etapa Las persecuciones de la prensa y los escrutinios constantes, por ahora, han quedado atrás y el nuevo período que está viviendo se traspasa en sus reflexiones. “Creo que la etapa de las luces pasó, ahora estoy viviendo el tiempo de la conciencia”, sostiene.
Y agrega: “Yo estoy en ese tiempo de la conciencia desde hace mucho, pero además creo que en el mundo se está viviendo una era donde la gente está tomándole mayor importancia a la espiritualidad”. La animadora siente que hoy la gente la ve de manera distinta.
“No sé si por todo lo que pasó con mi niño, con Máximo (que en 2018 fue operado de un tumor cerebral) o porque la gente deduce que si he pasado por tanto dolor, tiene que haber un crecimiento”. Tras la enfermedad de su hijo Máximo, el que Bolocco describe como “el dolor más grande de mi vida”, conoció de cerca las precariedades del sistema de salud para abordar el cáncer y decidió crear la Fundación Care, que apoya a pacientes oncológicos. Entonces dice haberle encontrado el real sentido a su vida. “Siempre me preguntaba por qué, para qué hago tanta cosa y ahora tengo la respuesta.
Todo lo que viví me fue preparando para poder visibilizar esta enfermedad, para luchar por que exista mayor información y acceso a los tratamientos”. La animadora celebra mañana sus 60 años abocada a su trabajo como presidenta de la Fundación Care, que apoya a pacientes oncológicos. En un recorrido por su historia, habla con “El Mercurio” de su sueño de ser bailarina profesional, del peso de detentar la corona de Miss Universo y de su decisión de dejar atrás las polémicas. Llega al Museo de la Moda Bolocco actualmente prefiere dar vuelta la página de todas las polémicas a las que se ha visto enfrentada. Sentada en el living de su caplácida sonrisa, Cecilia Bosa, sin maquillaje y con una locco dice sentirse plena. No tiene la vida que soñó de niña, cuando estaba empeñada en ser bailarina profesional, pero cree que sus más íntimas decisiones la llevaron hasta el lugar correcto. “Me doy cuenta de que tuve la capacidad de seguir mi llamado interior.
Sabía que en este camino me podía caer por el barranco, que me podía equivocar, aunque la vida empieza a tener sentido cuando haces todo lo que te apasiona”, reflexiona la animadora y ex-Miss Universo, ad portas de cumplir mañana 60 años.
Bolocco quiso darle un significado especial a esta celebración y, por lo mismo, inaugurará este lunes, en el Museo de la Moda, una muestra con algunos de sus vestidos más icónicos (ver recuadro). Por eso también accede a hacer un repaso con “El Mercurio” por su vida, y su trayectoria de casi cuatro décadas. Lo primero que recuerda fue ese sueño de convertirse en bailarina profesional. Algo que a muy temprana edad quedó descartado por la escoliosis severa y la lordosis que sufrió. “Estuve en tratamiento para ver qué se podía hacer, pero se me desvió aún más la columna. Incluso pensaron que si esto se mantenía podía quedar inválida, entonces, me tenían que operar. Y esto me pasó a los 10 u 11 años, así que muy pronto se acabó el sueño del ballet”, recuerda la animadora.
Un año de Ingeniería Civil “para que mi papá se diera cuenta de que alguna neurona tenía” y e s t u d i o s d e D i s e ñ o, q u e “quién lo iba a decir, me ayudaron a mis 42 años a empezar con mis propias colecciones”, fueron parte de su formación. Hasta que los organizadores de Miss Chile para Miss Universo lograron convencerla para participar en el concurso y, entonces, la vida de Cecilia Bolocco Fonck. A D I D E