Autor: Javiera Sobarzo e Iván Godoy
El desencanto de la “izquierda verde” con Gabriel Boric
A crucial abstención de dos diputadas de la bancada Ecologista Verde en la reforma tributaria, que provocó una dura derrota del Gobierno en la Cámara de Diputados, pareció ser una enojosa reacción ante un entredicho con el ministro de Educación el día anterior de una de ellas, Mónica Arce, con quien empatizó Viviana Delgado. Delgado se autodefine en su página web como activista ambiental. Resultó electa en la última elección parlamentaria de noviembre del 2021, quizás aprovechando el buen viento que traían los dirigentes ecologistas que fueron electos en masa como convencionales constituyentes siete meses antes. Muchos, sino todos estos personeros electos, se autodefinían de izquierda y declararon su respaldo a Gabriel Boric en los comicios presidenciales de ese mismo año. Incluso varios, como las propias Arce y Delgado, hicieron sus campañas junto a la de Boric. Pero esa cercanía con esta llamada “izquierda verde” se ha diluyendo en la medida que el Gobierno ha ido avanzando a tumbos en su gestión. Quizás el voto de Delgado en la reforma no fue muestra de eso, pues después dijo que había sido un error. Pero sus correligionarios sí sienten el desencanto con el enfoque ambiental de Boric, quien llegó a La Moneda afirmando que encabezaría un gobierno feminista y ecológico. “Por supuesto que Boric fue elegido con votos ecologistas e incluso le hicimos campaña”, asegura un militante de base del Partido Ecologista Verde (PEV) de Chillán llamado Julio Becerra. Pero agrega: “creo que el Presidente Boric no tiene una política (ambiental) de verdad”. Y esta es una afirmación que con más o menos énfasis se va repitiendo entre quienes se definen ecologistas.
La molestia parece provenir de las decisiones que en este ámbito ha adoptado el Gobierno, que tiene como ministra del Medio Ambiente a la independiente Maisa Rojas, física, climatóloga y una de las científicas más reconocidas en el mundo por su lucha contra el cambio climático.
La aprobación de proyectos emblemáticos como la expansión de la mina Collahuasi, la central hidroeléctrica Truful Truful en la Araucanía -en un terreno que Aprobación de provectos polémicos ha impactado Votaron e incluso hicieron campaña por él.
Hoy se alejan y son un bolsón de votos nada despreciable. reclama una comunidad mapuche-, de una planta de tratamiento de aguas servidas en Quilicura, del proyecto minero Comahue en Antofagasta, o que se haya mantenido la continuidad de la operación de la central Alto Maipo en la precordillera de Santiago, o la posibilidad de que se apruebe la ampliación de la mina Los Bronces, también en la capital, ha generado más frustración que respaldo en estos sectores. También la aprobación del acuerdo comercial TPP11, rechazado por muchos ambientalistas.
“Pareciera que la base política interna del gobierno se ha ido modificando, produciendo aparentemente que el balance de fuerzas sea menos proclive a la protección ambiental”, dice el director ejecutivo de la ONG ambientalista Fima y cercano al oficialista Frente Amplio, Ezio Costa, planteando una tesis política.
Pero más allá de las razones políticas internas de la acción del Ejecutivo ante los proyectos de inversión, existe un trasfondo de calentamiento global que le hace mucho más sentido a estos grupos, especialmente a los más jóvenes. “Estamos en un estado de crisis y tenemos que notarlo como tal.
Las autoridades políticas no están siendo conscientes de que la crisis climática es la más grande que vamos a enfrentar en la humanidad”, afirma la estudiante de Derecho y activista de Latinas For Climate, Catalina Santelices. Un electorado no menor Siempre se dice que las elecciones de pueden ganar por un voto. Pero cuando existen bolsones de votos necesarios para ganar se debe ir a convencer. Los votos ambientalistas, contando todos aquellos partidos o movimientos que se autodenominan ecologistas o verdes, no son una gran mayoría pero sí cuentan con un caudal de votación para nada despreciable.
En la última elección parlamentaria del 2021, resultaron electas Delgado y Félix González (Arce se unió a su bancada después), pero la lista del PEV obtuvo un 4,83% a nivel nacional, más de 305 mil votos.
Y si se observa a nivel de consejeros regionales, la lista llamada Ecologistas e Independientes obtuvo seis con un 5,15% de votación (316 mil votos) y la de Regionalistas Verdes e Independientes consiguió 7 con un 3,78% (232 mil votos). “Debo mencionar que (Boric) ha cometido errores graves, como la aprobación del TPP 11, su poca firmeza en rechazar proyectos dañinos para la ciudadanía como plantas de tratamiento de aguas servidas, o su hasta el momento insuficiente interés en proteger humedales”, reclama la cuestionada diputada Delgado.
Mejor le fue a estos grupos en los comicios para gobernadores regionales, pues en la primera vuelta sólo los Ecologistas acumularon 707.500 votos (un 11,65 % del total) para que en la segunda vuelta resultara electa la gobernadora regional de Coquimbo. Y a ella se suma la “En simples palabras, nos dieron la espalda”. Camila Zárate, - exconstituyente.
“Por supuesto que Boric fue elegido con votos ecologistas e incluso le hicimos campaña” Julio Becerra, militante PEV E 2 “Es una contradicción muy grave”. Gonzalo Ponce, concejal ecologista. aplastante votación que tuvo un líder ecologista por excelencia, Rodrigo Mundaca, para ser electo gobernador de Valparaíso (un 43,72 % y 298.700 votos), quien fue candidato por el Frente Amplio, la coalición del Presidente Boric. Ese mismo día se realizaron las elecciones de convencionales constituyentes.
Pese a que los nombres de las listas no hacían alusión a su perspectiva ambiental, sino que en un 80% a su carácter de independiente, al analizar a los candidatos electos, muchísimos enarbolaban la bandera ecológica. “Le dimos un apoyo vacío a un gobierno que no se hace cargo de nada de lo que había prometido para salir electo. En simples palabras, nos dieron la espalda”, asegura la exconstituyente Camila Zárate. “El sentir es de una profunda decepción. A pesar de que hemos visto una mayor iniciativa en otras materias, en materia ecológica todavía hay un gran vacío legislativo y de iniciativas”, reclama. Escazú, punto a favor; en contra Esta sentimiento de decepción se replica con fuerza en redes sociales, hoy la gran fuente de poder de los electorados. Incluso algunos han comparado a Boric con el expresidente Sebastián Piñera. “Siento que compararlo con Piñera es muy complejo, sobre todo considerando que el gobierno anterior se opuso muy fuertemente al Acuerdo de Escazú”, dice Santelices, de Latinas for Climate, aplacando las críticas más duras. Escazú defiende al “verde” Boric, pero el TPP11 lo debilita en estos públicos, sobre todo porque antes de ser Presidente se mostraba como férreo opositor al tratado comercial transpacífico. “Como ecologistas, consideramos esto una contradicción muy grave, ante un discurso utilizado en campañas políticas que cambió una vez obtuvo el cargo de presidente”, reclama Gonzalo Ponce, concejal ecologista de Maipú.
Es que los movimientos ecologistas ven al TPP11 como potencial fuente de inversión en protectos extractivos y destructores de medio ambiente, “No es posible llamarse un gobierno ecologista y aprobar tratados que vulneran el medio ambiente”, reclama Manuela Royo, también exconsejera constitucional y vocera de Modatima (Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente), uno de los grupos ambientalistas más fuertes del país y cuyo principal líder y fundador es Rodrigo Mundaca. Justamente Mundaca estuvo entre los primeros deste mundo verde en demostrar públicamente su desencanto con Boric: “generó muchas expectativas y hoy gobierna dando explicaciones”, dijo en noviembre pasado.