EDITORIAL: El real “termómetro? de un candidato
EDITORIAL: El real “termómetro? de un candidato E EDITORIAL El real “termómetro” de un candidato Labranza se ha convertido sin quererlo en un termómetro de prácticas políticas distintas. Dos visitas recientes retratan el abismo entre dos formas de entender el servicio público.
En abril, Evelyn Matthei llegó para un encuentro con la viuda del asesinado suboficial Eugenio Nain, pero cuando un dirigente vecinal intentó plantearle los problemas de Brisas de Labranza, la candidata se retiró sin concederle unos minutos. Protocolo sobre empatía. Este jueves, el mismo territorio escribió una historia distinta.
José Antonio Kast, tras participar en Enela Temuco, hizo una visita sorpresa a “Las Obreras”, un grupo de emprendedoras de la villa Los Jardines que trabajan en condiciones indignas: piso de tierra, sin baño y con una infraestructura precaria.
Lo que siguió fue un “masterclass” de política territorial: el candidato recorrió cada rincón tomando notas en su libreta, compartió una once con las vecinas, y lo más revelador atendió personalmente a cada uno de los más de 50 asistentes que querían una foto, un saludo grabado o simplemente contarle sus problemas. En un Chile donde entre el 75 y 89% de la población desconfía de los partidos (CEP), este contraste no es anecdótico. Mientras algunos políticos siguen midiendo su éxito en minutos de pantalla, otros redescubren que la legitimidad se construye en el fragor de la realidad. Las imágenes no mienten: Kast tomando once en un piso de tierra y escribiendo las inquietudes versus Matthei subiendo a su vehículo sin atender al dirigente que le pedía a gritos unos minutos para conversar. La verdadera crisis de representación no se resolverá con mejores promesas, sino con mejores prácticas. Los vecinos no piden que sus candidatos obren milagros, sino solo ser escuchados y que se tomen acciones ante sus requerimientos.
Cuando un candidato, no importa el color político, se toma el tiempo para anotar personalmente en su libreta que faltan baños en una sede comunitaria, está haciendo algo importante: demostrar que la política puede volver a ser herramienta de transformación. El desafío está servido: en tiempos de desencanto, solo sobrevivirán quienes entiendan que antes que candidatos, deben ser personas con auténtica vocación y convicción.. - -