Autor: SOFÍA FARÍAS G.
Empresario y toma de su propiedad en Recoleta: “No puede ser que estemos al arbitrio de esta gente”
Empresario y toma de su propiedad en Recoleta: “No puede ser que estemos al arbitrio de esta gente” Hace dos meses no sabía del paradero de su inquilino, a quien le arrendaba una propiedad en Recoleta desde hace 12 años. Gonzalo H. (58) se preocupó ya que el hombre le pagaba religiosamente los días cinco de cada mes y parecía haber desaparecido. Luego de llamarlo por teléfono en múltiples ocasiones sin éxito, durante la primera semana de junio, finalmente, logró contactarlo. El propietario quedó impactado con su relato.
Unos desconocidos lo golpearon y lo dejaron muy malherido, pues el objetivo de los agresores era que abandonara la vivienda ubicada en calle El Roble, a dos cuadras de la estación de metro Einstein y a cuatro minutos de distancia, en auto, del municipio. Si bien el móvil detrás de la golpiza no es claro, el exarrendatario había construido piezas en la propiedad, las cuales subarrendaba por $150 mil cada una, principalmente, a extranjeros. Él, dice, solo se enteró años después de esta situación. Tras esa conversación, Gonzalo H., empresario con alrededor de 22 trabajadores, fue a ver con sus propios ojos lo que ocurría en el lugar.
El empresario envió hace unos días una carta al director de “El Mercurio” y conversó también con este medio. n Su arrendatario fue expulsado a golpes Gonzalo H. cuenta que el inmueble lo adquirió en 2009 como inversión, pues en ese entonces el sector contaba con excelente conexión, estaba a minutos del aeropuerto y lo que más seguridad le dio era que el barrio era tranquilo y rodeado por muchas empresas, el ambiente propicio para generar un negocio. Su infraestructura en esa época eran tres oficinas, un sector abierto y un baño, los que luego supo fueron transformados en habitaciones destinadas al subarriendo. En ese contexto, su exarrendatario le pidió que no fuera a la Gonzalo H. experiencia no había sido buena. Los tres le dijeron que habían sido amedrentados y sus familias amenazadas. “Estoy frustrado por la dificultad de encontrar defensa, el miedo de los abogados por los inmigrantes violentos y el s i n n ú m e r o d e muertos por sicariato”, sostiene.
Aunque, recientemente, consiguió que un conocido lo representara. n Posible multa y una extraña recomendación “Como empresario me siento tan desvalido porque no puedo recurrir al Estado y estoy recurriendo a los medios para que mi caso se escuche y no terminar muerto, como otros más que han baleado (... ), yo no voy a aflojar con este tema, y dejarlos que se queden ahí con la propiedad y ¿ yo pagando dividendo y contribuciones? Es abs u r d o (.. . ). M e siento desvalido, desprotegido y sin tener a quién recurrir”, comenta con frustración.
“No puede ser que estemos al arbitrio de esta gente reclama y que el Estado chileno con su burocracia y desidia no haga nada”. Incluso, dice, conversó con inspectores municipales de Recoleta, quienes le indicaron que le iban a cursar multas por el subarriendo. Funcionarios que, a su vez, le sugirieron inscribir un arma para defender su propiedad y su integridad, afirma Gonzalo H. propiedad. “Él me dice que por favor no vaya al galpón, para que no me pase algo.
Y como empresario y dueño no le hice caso y fui, me entrevisté con algunos de los arrendatarios que estaban ahí y les dije que por favor, si no tenían inconvenientes, siguiéramos funcionando y me pagaban a mí el arriendo que le pagaban a él o incluso algo menos (... ), la gente me dijo que iban a hacer una junta y me iban a responder”. n “Esta propiedad la estamos manejando nosotros” Después de ir al domicilio, afirma, recibió un llamado telefónico. Pensó que serían los subarrendadores y contestó, pero se equivocaba.
“Me llama por teléfono un personaje con acento colombiano, diciéndome que me iba a meter plomo (... ). Aló, Gonzalo, me dijo, mira, yo te voy a meter plomo, no quiero que te acerques por acá, porque esta propiedad la estamos manejando nosotros, así que, y yo le colgué”, narra la víctima. Además, dice que quien se tomó su morada ahora estaría cobrándoles $170 mil por pieza a los inquilinos.
Tras lo ocurrido, el empresario buscó ayuda legal; sin embargo, consultó a tres abogados y los tres se negaron a tomar el caso, porque ya habían abordado situaciones similares viviendas tomadas por extranjeros y la No voy a aflojar con este tema, y dejarlos que se queden ahí con la propiedad y ¿ yo pagando dividendo y contribuciones? Es absurdo”.. ............................................................................... GONZALO H. EMPRESARIO TOMAS Vecinos del sector denunciaron que es habitual ver casas tomadas por desconocidos para luego subarrendarlas.. El inmueble hoy lo ocupan extranjeros, que subarriendan a una persona con acento colombiano, dice.
Lo sabe porque esa fue la voz al otro lado del teléfono que le advirtió que no se acercara al lugar o “le metería plomo”. Acusa que el Estado, con “su burocracia y desidia”, no hace nada ‘‘No voy a aflojar con este tema, y dejarlos que se queden ahí con la propiedad y ¿ yo pagando dividendo y contribuciones? Es absurdo”.. ............................................................................... GONZALO H. EMPRESARIO TOMAS Vecinos del sector denunciaron que es habitual ver casas tomadas por desconocidos para luego subarrendarlas.
SUBARRIENDO. — Actualmente, en el inmueble —a dos cuadras de la estación de metro Einstein— hay piezas que están siendo subarrendadas a extranjeros por cerca de $170 mil, por un hombre que sería de nacionalidad colombiana.