Esculturas de la Plaza de Armas esperan su restauración
Esculturas de la Plaza de Armas esperan su restauración Patricio Moraga Vallejos Esculturas de la Plaza de Armas esperan su restauración Resultaron dañadas durante el estallido de 2019.
Hay interés municipal por recuperarlas, pero sin fecha en el horizonte D icen que la Plaza de Armas de Talca es de las más bellas del país. ¿Mito o realidad? En un mundo de percepciones, es difícil saberlo. Si bien la jardinería, el arbolado, los bancos de madera y bicicleteros contribuyen a creerlo, lo cierto es que hay otros elementos que no ayudan. Es el caso de las esculturas que resultaron destruídas durante el estallido social del 2019, cuyo autor es desconocido y que representan a figuras medievales vestidas con atuendos militares. Dos de ellas ya no están y solo quedan los pies en la base, y otra está decapitada. Las "ausentes" se ubican en los costados norponiente y suroriente. La tercera, en el lado norte de la plaza, a la altura de CORFO. Otra misteriosa escultura de representación griega -sería Deméter, diosa de la agricultura y protectora de la fertilidady está emplazada en el costado nororiente y una copa ornamental en el costado surponiente.
Éstas se encuentran en buen estado, salvo el rayado de sus bases. "Las que fueron dañadas, nosotros las retiramos para contratar la restauración por parte de los profesionales competentes", señaló el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz, indicando que el mismo ejercicio harán con otras estatuas o monumentos ubicados en la Alameda.
Explicó que si bien en su momento se le dio prioridad a la recuperación del mobiliario urbano y semáforos dañados durante el estallido, existe un proceso en marcha de evaluación de costos para la contratación de profesionales y avanzar con la restauración.
Eso sí, por el momento no hay plazos a la vistaLo que sí está en el horizonte es el Mundial de Fútbol Sub 20, donde Talca es una de las sedes, y seguramente la Plaza de Armas será uno de los lugares a conocer y recorrer por los "futboleros" que visiten la ciudad.
Sería plausible que ese impulso municipal alcanzara para echarle "una manito de gato" a otras instalaciones como el alumbrado y la limpieza de otros monumentos como el de Monseñor Manuel Larraín, que mira hacia la Catedral, y que se encuentra con pintura encima y casi no se puede leer la reseña de su base.
PRIMERA RESTAURACIÓN Las esculturas "guerreras" ya habían resultado severamente dañadas con el terremoto del 2010, lo que llevó a un proceso de restauración coordinado por la Universidad de Talca, a través del profesor Pedro Zamorano, del Instituto de Estudios Humanísticos Abate Juan Ignacio Molina y que culminó con éxito dos años después. A cargo de la restauración estuvo el escultor José Gajardo, en su taller en Doñihue, en la región de O'Higgins, y contó además con la participación de actores privados como el empresario Guillermo García. Este trabajo colaborativo derivó además en la edición del libro "Monumentos Escultóricos de Talca, historia, terremoto y restauración", por parte de Zamorano y García, recibiendo una distinción del Consejo de Monumentos Nacionales. Actualmente, las bases y pedestales parecen encontrarse en buenas condiciones, esperando el regreso de las esculturas. Se dice que estas esculturas serían trofeos traídos desde Perú, en el contexto de la Guerra del Pacífico, donde se ha destacado insistentemente la participación del Batallón Talca.
En el mencionado texto "Monumentos Escultóricos de Talca", Jaime González, de la Academia Chilena de la Historia, narra el arribo en 1881 de estas estatuas a la ciudad por solicitud del coronel José Francisco Gana, y que fueron tomadas del gobierno peruano. Se hablaba de 21 bultos enviados a Talca, aún cuando llegaron 23, dos de ellos no contabilizados.
Al principio, estas esculturas de mármol habrían sido exhibidas en los patios del Club Talca, para luego pasar definitivamente a instalarse en los pasillos de la Plaza de Armas, no sin antes una fuerte controversia social. En todo caso, las esculturas de la Plaza de Armas han dado pie a otras historias. Corre el cuento -sin evidencia ni verificación algunaque en los tiempos de la colonia, cuando Talca era una villa, dos hombres armados se batieron a duelo por el amor de una mujer. El vencedor habría financiado la construcción de estas esculturas y la ubicación de éstas, en honor al rival caído y su familia.
Y es que sobre la Plaza de Armas de Talca -la que data de 1742 (antes hubo otra), la que fue defendida a muerte por Carlos Spano y Marcos Gamero, y tantos otros, contra los realistas, y la que antiguamente separó a ricos y pobres-, se dicen muchas cosas..