COLUMNAS DE OPINIÓN: El sur es nuestro norte
COLUMNAS DE OPINIÓN: El sur es nuestro norte ENFOQUE El sur es nuestro norte Son tiempos inciertos, marcados por conflictos globales, el avance de gobiernos populistas que tensionan las relaciones internacionales y la revitalización del uso de la fuerza como método para alcanzar objetivos. Por eso, quien ocupe La Moneda en el próximo periodo debe tener claro que Chile debe enfocar su mirada hacia su extremo austral: la Antártica. Reafirmar nuestra convicción estratégica Jesús González Parada Ayudante del Centro de Estudios Europeos (CEE) no es una opción, es una necesidad. La Antártica no es un territorio lejano ni ajeno; es parte de nuestra proyección natural como país tricontinental. Representa un espacio de enorme valor científico, climático, político y estratégico. Una reserva vital de recursos y conocimientos que aún no dimensionamos del todo. Su importancia no solo radica en lo que es, sino en lo que será. Hoy, varias potencias renuevan sus intereses en la zona, incluidas aquellas sin reclamaciones formales, pero con presencia creciente al amparo de razones científicas o logísticas. Chile no puede descuidarse, el Tratado Antártico congeló las soberanías desde 1961, pero no las eliminó. En un mundo tensionado y con normas en entredicho, debemos proteger activamente ese marco jurídico, teniendo presente que su vigencia no está asegurada. En este contexto, Chile no ha permanecido inmóvil. El país ha dado pasos relevantes en los últimos años. La operación Estrella Polar III marcó un hito en términos logísticos y de presencia efectiva. Se han proyectado mejoras en infraestructura tanto en la región de Magallanes como en el propio continente blanco, fortaleciendo la conectividad, la investigación y la soberanía. El Plan Nacional Continuo de Construcción Naval, por su parte, asegurará una proyección marítima indispensable para nuestras aspiraciones australes. Quien asuma el gobierno deberá comprender la importancia de estos avances y la necesidad de mantener el rumbo. Preservar nuestra posición en la zona austral no es una consigna, sino una tarea permanente que exige visión, continuidad y voluntad política. Este desafío no es solo de un gobierno, sino del país. En los tiempos que corren, no podemos dar por sentada esa presencia; debemos cuidarla, sostenerla y, por sobre todo, potenciarla. Por tanto, quien lidere el país en el mañana deberá tener claro que, en medio de la incertidumbre global, nuestra brújula estratégica debe seguir apuntando hacia el sur. Porque el sur, hoy más que nunca, es nuestro norte.. -