Autor: Jorge Alvial Pantoja Delegado presidencial
Columnas de Opinión: Chile frente al riesgo sísmico
Columnas de Opinión: Chile frente al riesgo sísmico E pesca de Ruska, de magnitud Ireciente terremoto en la costa 8,7 en la escala de Richter, activo alertas de tsunami en diversos puntos del planeta.
En Chile, pais acostumbrado a convivir con la amenaza sismica, la emergencia fue una oportunidad para evaluar nuestra capacidad institucional y social frente a desastres naturales Nuestra historia está marcada por eventos de gran magnitud, como el terremoto de Valdivia en 1960, el más fuerte registrado en el mundo (9,5 Richter), y el del 27F 2010, con 8,8", que reveló importantes debilidades en la respuesta estatal y social ante catástrofes. Desde entonces, se ha trabajado para fortalecer la institucionalidad, mejorar la coordinación entre organismos y dotar al sistema de mayores recursos y capacidades. La reciente alerta en las costas chilenas, incluyendo la región de Los Rios, fue una emergencia real, no un simulacro dijimos con fuerza durante esos dias. Y como tal, puso a prueba años de preparación. Si bien la respuesta fue adecuada, la institucionalidad funcionó y se valoró la colaboración ciudadana, también se evidenció un elemento crítico: la percepción del riesgo. A pesar de las advertencias, muchas personas no reaccionaron con la urgencia esperada, lo que demuestra que la preparación no solo debe ser téenica, sino también cultural y educativa. Como académico e ingeniero, he dedicado parte de mi investigación doctoral a estudiar cómo la percepción del riesgo influye en la valoración de activos como la vivienda. El comportamiento humano frente a estos eventos es un factor decisivo en la eficacia de cualquier sistema de gestión de emergencias. El objetivo central siempre debe ser proteger la vida humana. En segundo plano, la infraestructura y el patrimonio. Solo asi se puede mitigar el impacto económico de estos eventos. Chile ha demostrado avances, pero queda camino por recorrer. Es fundamental que la ciudadanía esté informada, organizada y consciente de su rol. Porque una comunidad preparada no solo sobrevive a un desastre: lo enfrenta con resiliencia. C Columna.