Alianza se prepara para diversos escenarios
Alianza se prepara para diversos escenarios La invasión de Ucrania fue una llamada de alerta para los estrategas de la OTAN, que debieron analizar si estaban preparados para esta nueva realidad, una que puso a la guerra en su frontera y que los obliga a actualizar sus planes. Está en marcha un ejercicio militar, "Steadfast Defender", el más grande desde la Segunda Guerra Mundial, que comenzó en enero y terminará en mayo, y se desarrolla en toda la región europea.
Participan 90 mil efectivos (la mitad norteamericanos), 50 buques de guerra, más de 80 aviones, helicópteros y drones, así como unos 1.100 vehículos de combate, y tienen como enemigo teórico un país imaginario con evidente parecido con Rusia. Está pensado para demostrar "la unidad, fuerzas y determinación para proteger a todos los miembros, los valores y el orden internacional basado en reglas", según la descripción que hace el comandante de las fuerzas aliadas. Pero su importancia radica más bien en que comprobarán el estado de preparación de las fuerzas, su forma de coordinación y rapidez para responder a una amenaza.
Por el tamaño de la operación, es también una acción disuasiva potente, un mensaje a Moscú de que la OTAN está lista para la acción y que pueden movilizar enormes recursos (incluidos los de EE.UU. ) en caso de una contingencia bélica. Pero los comandantes están preocupados y se escuchan voces sobre las vulnerabilidades de los aliados.
No solo porque el gasto no es suficiente para cubrir las necesidades de modernización, sino también porque falta conciencia de que hay un peligro real de que la guerra se expanda y sea tarde para ponerse al día.
Algunos dicen que las declaraciones alarmantes de ciertos militares --como el general inglés que llamó a entrenar a todos los británicos y tener un "ejército de ciudadanos" listos para luchar-tienen por objeto remecer a la opinión pública y a los políticos de que hay una necesidad real de invertir más en defensa. Eso no ocurre en todos los países por igual. En los del Este, en las repúblicas bálticas, Polonia y Finlandia, por razones geográficas, hay una mayor percepción de peligro y preparación para defenderse.
En Finlandia, de hecho, el 80 por ciento de los hombres hacen el servicio militar, y si bien las fuerzas armadas cuentan con 19 mil efectivos, con los reservistas el contingente llega a 238 mil soldados. Quizás no necesiten por ahora tocar la diana, pero ante la imprevisible política del Kremlin no pueden bajar la guardia..