Editorial: ¿Cambios radicales en Bolivia?
Editorial: ¿ Cambios radicales en Bolivia? do cayeron vino la debacle. Sin nuevas inversiones en explotación ni en exploración, el gas se agotó en los pozos y las exportaciones ya no pudieron pagar los enormes gastos comprometidos. Bolivia pasó de exportador de gas a importador de combustibles.
Las reservas del Banco Central se acaban (165 millones de dólares en abril), el déficit fiscal aumenta (10% del PIB), la inflación se dispara (17% acumulada en 2025) y la escasez de dólares impide importar alimentos, combustibles y medicinas. Mientras, la Asamblea Legislativa demora en aprobar créditos para financiar los gastos.
La disputa entre Arce y Evo por la candidatura del MAS, infructuosa (ninguno de los dos fue el abanderado), terminó en la fractura del partido, y en bloqueos en el Congreso y en los caminos por los partidarios del líder cocalero. Las protestas y el malestar aumentan. Este cuadro puede explicar por qué las encuestas pronostican una segunda vuelta reñida entre dos opositores y no una que enfrente, como en ocasiones anteriores, al gobierno socialista con la oposición. Aunque hay varios candidatos de la izquierda, son los que defienden el libre mercado los que están siendo favorecidos por los votantes. A Quiroga y Doria se suma Manfred Reyes Villa, otro opositor que propugna un cambio de modelo económico y la defensa de la democracia.
Los tres firmaron en junio un “Acuerdo por el bien común de Bolivia”, en el que reconocen que la “única salida pacífica y democrática (a la crisis) son las elecciones” rechazando “toda forma de violencia, coerción política y bloqueos” y cualquier intento por “alterar la sucesión legal de autoridades”. Si bien no se conocerá el ganador hasta el balotaje de octubre, las encuestas indican que la competencia está centrada en dos figuras de amplia trayectoria, Jorge “Tuto” Quiroga y Samuel Doria Medina, quienes comparten el objetivo de hacer cambios profundos al fracasado “modelo social económico comunitario productivo” implementado por el MAS con Evo Morales y Luis Arce, responsable de la grave crisis que agobia a los bolivianos. El candidato oficialista, Eduardo del Castillo, apenas marca en las encuestas. Mientras Arce, Evo y Del Castillo intentan defender los logros de sus gobiernos, la realidad muestra decepcionantes resultados.
La nacionalización de los hidrocarburos en 2006 trajo un boom económico gracias a los altos precios de la década posterior, pero cuansector energético”. Para atacar la crisis económica, anuncia que aplicará un plan de austeridad y un severo ajuste para cerrar el déficit y estabilizar las finanzas fiscales. En la misma línea, Doria Medina propone “desmantelar el modelo del MAS” con reformas constitucionales que permitan la inversión extranjera.
Su idea es “hacer cambios profundos para salir del estatismo y tener una economía capitalista, competitiva, abierta al mundo”. En sus primeros 100 días buscaría “atajar la crisis con rapidez” a la manera de Javier Milei, ha dicho, partiendo por eliminar los subsidios a los combustibles, que en 2024 demandaron tres mil millones de dólares (la bencina en Bolivia cuesta 0,30 dólares el litro). Dice que no les teme a protestas similares a las de 2010, que obligaron a Evo a revertir esa decisión.
Otra medida clave para controlar el déficit, dice Doria, es cerrar ciertas industrias creadas por el MAS, “inversiones irracionales”, como un complejo azucarero en una región en la que no hay El martes se desarrollará el último debate presidencial, al que Quiroga no se presentaría porque es el cierre de su campaña, un día antes de la veda electoral.
La discusión será un contrapunto entre las ideas de Doria Medina (que comparte Quiroga) sobre liberalizar la economía, y los representantes de la izquierda, que quieren mantener el control estatal de sectores “estratégicos” y de los recursos naturales. También participará Rodrigo Paz Pereira, aspirante que disputa el tercer lugar con Reyes Villa y con Andrónico Rodríguez, antiguo aliado de Evo.
El viernes pasado, por primera vez, Quiroga superó a Doria en una encuesta del diario El Deber, de Santa Cruz, obteniendo 24,45 por ciento frente al 23,64 por ciento del empresario, diferencia dentro del margen de error.
El expresidente (2001-2002), un feroz opositor de Evo y Arce, es un firme partidario de un “cambio radical”, y dice que para “recuperar 20 años perdidos” se deben “modificar todas las leyes que desincentiven capitales para el caña y fundiciones sin mercados para sus productos.
Arce, como ministro de Economía de Evo y luego Presidente, pretendía “industrializar, transformar y generar valor agregado”, para evitar que “los extranjeros se lleven recursos y nos dejen migajas”. Deseos que terminaron en fracaso, como la estrategia del litio. Con una de las mayores reservas mundiales del mineral, Bolivia no ha podido hacer casi nada con ellas. Acuerdos con empresas chinas y rusas están empantanados en el Congreso, por supuestas irregularidades en las licitaciones y molestia de las comunidades indígenas por no ser consultadas. Morales había declarado en 2010 la “soberanía del litio”, la cual suponía hacer inversiones para fabricar baterías y hasta autos eléctricos. Nada de eso se hizo, por mala gestión, incapacidad profesional, científica y técnica, e inviabilidad de los proyectos, entre otras razones, por lejanía geográfica. Hoy existe solo una planta estatal del mineral, con una producción muy limitada. Proyectos similares para una nueva etapa. Las elecciones del próximo domingo en Bolivia prometen ser el inicio de un nuevo ciclo político, con los candidatos de oposición liderando las preferencias del electorado. Los 20 años de dominio del Movimiento al Socialismo parecen llegar a su fin. E N F O Q U E S I N T E R N A C I O N A L E S