COLUMNAS DE OPINIÓN: ATACAMA AVANZA, PERO SIN TODOS A BORDO
COLUMNAS DE OPINIÓN: ATACAMA AVANZA, PERO SIN TODOS A BORDO POR CRISTIAN ALZAMORA PRESIDENTE DE LA CÁMARA CHILENA DE LA CONSTRUCCIÓN (CCHC) ATACAMA L os últimos informes sobre el mercado laboral en nuestra región nos obligan a reflexionar. Atacama ha mostrado cifras alentadoras en el plano macroeconómico, como el crecimiento del PIB regional en un 7,7% y un alza del 10,7% en el IMACEC Minero durante el primer trimestre de 2025. Sin embargo, este dinamismo no ha logrado permear con igual fuerza en el ámbito del empleo. Es más: persisten señales de alerta que no podemos ignorar. La tasa de desocupación regional se ubicó en un preocupante 9,7%, superando el promedio nacional y mostrando un aumento interanual de 0,5 puntos porcentuales.
Este desempleo convive, paradójicamente, con una fuerza laboral activa y participativa: Atacama es la tercera región con mayor participación laboral del país (66,7% ), lo que demuestra que nuestra gente quiere y necesita trabajar, pero no está encontrando suficientes oportunidades. Más aún, los empleos que sí se generan no siempre ofrecen las condiciones de estabilidad que necesitamos. La informalidad laboral afecta al 29,1% de los ocupados, una tasa elevada que precariza las condiciones de vida de miles de trabajadores y retrasa el desarrollo social de nuestra región. Esta realidad golpea con más fuerza a las mujeres, quienes, aunque han aumentado su presencia en el mercado laboral, siguen enfrentando mayores niveles de informalidad y menores ingresos. En este escenario, hay iniciativas que sí muestran caminos posibles. Un ejemplo claro es el avance en materia de transporte público en Copiapó, que será la primera ciudad de Latinoamérica en contar con una flota de buses 100% eléctricos.
Este paso no solo crea nuevos puestos de trabajo asociados a la operación, mantenimiento y gestión del sistema, sino que también mejora la calidad de vida de los copiapinos, reduce la contaminación y marca un estándar de futuro. Sin embargo, este tipo de medidas no puede quedarse solo en la capital regional: necesitamos políticas similares que beneficien al resto de las comunas y provincias de Atacama, generando oportunidades equitativas para todos sus habitantes. En paralelo, llama la atención que sectores tan estratégicos como la minería --motor histórico de nuestra economía nacional y regional-hayan mostrado una caída del 9,2% en la ocupación, pese a su expansión económica.
Este desajuste entre crecimiento y generación de empleo plantea una pregunta incómoda: ¿ estamos avanzando hacia una economía que crece, pero excluye? Desde la Cámara Chilena de la Construcción en Atacama creemos firmemente que esto no puede ser aceptado como una normalidad. El crecimiento sin empleo de calidad es crecimiento a medias.
Necesitamos con urgencia políticas que apunten a diversificar nuestra matriz productiva regional, potenciar sectores como la construcción, el transporte, el comercio y los servicios, y apoyar decididamente el desarrollo de capacidades locales, sobre todo en las mujeres y en los jóvenes. También es imprescindible que el Estado y el mundo privado trabajemos juntos para mejorar la calidad del empleo. Esto no solo significa avanzar en formalización y condiciones laborales dignas, sino también apostar con decisión por la creación de capacidades técnicas en nuestra fuerza laboral. La formación técnico-profesional, la capacitación permanente y la reconversión laboral deben estar en el centro de una estrategia que prepare a las personas para los desafíos de una economía más compleja, tecnificada y sostenible. Atacama merece una economía inclusiva, que le devuelva a las familias la seguridad de un empleo digno y estable. Porque el verdadero desarrollo no se mide solo en puntos del PIB, sino en la calidad de vida de las personas que construyen esta región día a día. ATACAMA AVANZA, PERO SIN TODOS A BORDO.