Autor: ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
AURORA EGIDO: “En el español, cada individuo es protagonista de la lengua”
AURORA EGIDO: “En el español, cada individuo es protagonista de la lengua” Fina, de voz suave y opiniones ricas y fundamentadas, Aurora Egido (Guadalajara, 1946) se convirtió en 2014 en la primera secretaria de la RAE, desde su fundación en 1713. Con humor, le resta importancia a este hito. “Nunca he querido entrar como mujer en nada, aunque creo, por cierto, que es conveniente que la mujer se vaya incorporando a todo. Siempre digo que lo hará por el peso de la gravedad. Es decir, por el peso de sus investigaciones y trabajos, y por lo grave que resulta que no esté en muchos sitios”, comenta con una sonrisa.
Esta destacada filóloga, que es una de los grandes expertos en el Siglo de Oro español, estuvo en Chile con ocasión del encuentro de hispanistas que reunió en Santiago a más de 500 especialistas del mundo.
Egido es nada menos que la presidenta de honor de la Asociación Internacional de Hispanistas (AIH). Ella comenta su alegría por el congreso realizado en Chile, organizado por las universidades de los Andes, Católica y Chile, que abordó temas de historia, lengua, literatura y cultura hispana.
También subraya el reforzamiento de los lazos entre la AIH y la Real Academia Española (RAE). “Antes se consideraba hispanista al estudioso extranjero, que por vocación se dedicaba al estudio de la lengua y la cultura española. Pero ya Dámaso Alonso dijo que los hispanistas somos todos, tanto nativos como no nativos, los que nos dedicamos al estudio de la lengua, la literatura y la cultura hispánica. A Chile han venido especialistas de cerca de 50 países, algunos incluso de Asia.
Es una gran oportunidad para dialogar, conocer nuevos estudios y hacer vida comparada, como yo le digo”, comenta, durante un descanso, en el edificio de la biblioteca de la Universidad de los Andes, donde se realizó gran parte del congreso. Ha señalado que sobre el español a veces hay mucho número y pocas nueces. Que se habla bastante de los 600 millones de hablantes, pero no de otras aristas.
“A veces se nos llena la boca con los números, pero debemos ser conscientes de que, en las instituciones de poder, en las políticas y las económicas, el español no ocupa el Baltasar Gracián y Elon Musk Baltasar Gracián es considerado una de las cumbres de la narrativa filosófica española y sus obras han sido objeto de varios estudios por parte de Aurora Egido.
En Chile la académica presentó su reciente libro “Baltasar Gracián o la libertad del ingenio” (U. de Zaragoza, 2025). También ha analizado en detalle una de sus obras maestras, “El Criticón”, novela alegórica que abarca toda la vida humana, a través del impulsivo Andrenio y del prudente Critilo. Considerado un precedente del existencialismo, Gracián fue muy admirado por filósofos como Schopenhauer. “Claro que El Criticón hay que tomárselo de pequeñas dosis. Es complicado, una exquisitez”, comenta Egido. “De Gracián, lo que hoy se comenta mucho es su Oráculo manual y arte de prudencia (1647), que incluye 300 aforismos comentados”. Elon Musk citó el Oráculo en X y causó revuelo. Y hace unas décadas, el editor Cristopher Maurer realizó una versión en inglés, que tituló The Art of Worldly Wisdom: A Pocket Oracle. Se vendieron más de cincuenta mil ejemplares y se convirtió en una guía para ejecutivos en tiempos de crisis. “Qué gracia, Gracián en Wall Street”, comenta divertida Aurora Egido. lugar que debiera. Tenemos que aspirar a eso, porque la utilidad de la lengua pocas veces se enuncia, pero es importante. En la economía española, las actividades vinculadas al español representan un 15 por cierto del Producto Interior Bruto, y ese porcentaje está creciendo. Cada país tiene que ser consciente de que el español no solo es hermoso, rico y numéricamente importante, sino también útil para la economía y para el país. El cine y la música en español, por ejemplo, han llevado a muchos jóvenes a aprender español. De eso hay que sacar provecho, como decía Horacio”. En “El Mercurio”, el presidente de la RAE se refirió a los cambios en el lenguaje. Dijo que estos debieran nacer del uso y no de imposiciones estatales. “Hay un dicho clásico que dice César, tú podrás dar la nacionalidad a tus soldados, pero no podrás imponerles la lengua.
Frente al diccionario francés y al italiano, que son más normativos, los diccionarios del español, desde el Diccionario de Autoridades de la RAE del siglo XVIII al de María Moliner, se centran en el uso de la lengua.
En el español, cada individuo es el verdadero protagonista y dueño de la lengua”. “En el caso del lenguaje inclusivo, yo observo que quienes lo emplean en los discursos lo hacen durante algunos minutos, pero luego se incorporan al uso generalizado. La economía del lenguaje les impide usarlo por un tiempo extenso.
Claro, hay temas que se pueden educar a través de la lengua, pero las imposiciones son complicadas y pueden provocar el efecto contrario, sobre todo si van en contra de la economía en el uso de la lengua.
En eso, los niños son grandes maestros, son de una claridad meridiana y lo dicen todo en el menor tiempo posible”. También se ha referido al bilingüismo, que no debiera ser tomado como una competencia entre lenguas. “Gracián dijo que las lenguas son las llaves del mundo. Cuantas más lenguas, más llaves tienes, más oportunidades. Pero si tú quieres imponer solo una lengua, como trató de hacer Franco por tantos años, primero no acabas con la otra lengua, porque cada uno la lleva dentro. Y segundo, se puede generar el efecto contrario. Hay que entender la pluralidad lingüística como riqueza y no como un problema o competencia”. Léxico agresivo “Hay palabras que renacen, otras que mueren, otras que evolucionan. Góngora, por ejemplo, empleó la palabra joven. Entonces no se usaba, se decía mancebo. Los poetas tienen genio anticipado, se adelantan al futuro. Son profetas de la lengua que vendrá”, comenta Egido, citando de nuevo a Gracián. A ella le preocupa que esta riqueza y renovación del español sufra un proceso de “unificación hacia abajo”, por efecto de la globalización y de tecnologías como la inteligencia artificial. “La RAE está preocupada por el lenguaje con que se nutren las máquinas.
No por el deseo de imponer nuestras propias normas, sino para evitar que las normas las fijen las máquinas y nos hagan hablar de cierta manera”. ¿Cómo sería eso? “Por ejemplo, la creación de un cierto acento. Hoy, cuando ves una película en inglés, te pide escoger una traducción al español de España o al español de Hispanoamérica. Según Egido, hay que cuidar la riqueza de los acentos en América.
“Ese supuesto hispanoamericano, de acento neutro, lo está creando una máquina”. Entre las sesiones del encuentro de hispanistas, el diálogo sobre “El español que compartimos” generó especial entusiasmo en el auditorio (que incluía a importantes autoridades de la RAE). Entre las aristas abordadas estuvo la tensión entre lo local y lo global, el léxico compartido y las particularidades de ciertas zonas.
Natalia Castillo Fadic, lingüista y lexicógrafa, profesora de la UC, participó en la conversación y explica a Artes y Letras que “hay una amplia porción del léxico que es compartida por los hablantes de una lengua, posibilitando la comunicación.
Se trata, sobre todo, de palabras con significado gramatical o funcionales, como artículos o preposiciones (el, de, y, a), o palabras de alto uso con significado amplio (ser, vida, mundo). Si se comparan los 100 vocablos más usados en Chile con los 100 más usados en Puerto Rico, coinciden en un 75 por ciento”. Los vocablos compartidos, normalmente de significado más general (por ejemplo, café), coexisten con otros de significado más específico (nube, en Málaga, es café con mucha leche), que son propios de lugares, grupos o circunstancias.
“En Chile, las investigaciones sobre grandes corpus (datos) muestran que lo más característico del país es nuestro altiro y, quizás, el uso de ya para decir sí”, explica la coordinadora del “Diccionario Fraseológico Panhispánico” de la Asale. De acuerdo con Castillo nueva académica de número de la Academia Chilena de la Lengua “en un contexto de globalización, ya en Chile novio y pololo coexisten en armonía.
Algunos lo perciben como empobrecimiento del léxico local, para otros es más bien ganancia: si antes conocíamos una palabra, ahora tenemos dos”. Agrega que streamers como el español AuronPlay hoy interactúan en directo con miles de personas por plataformas como Twitch.
“Esto muestra que el léxico propio de un lugar, como España, es entendido fuera de sus fronteras y también puede alternar con el léxico local”. En el diálogo también participaron Francisco Moreno, director del Observatorio Global del Español del Instituto Cervantes, y María Antonieta Andión, lingüista cubana de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). La moderadora fue la destacada lingüista chilena Soledad Chávez Gajardo, directora del Departamento de Lingüística de la U. de Chile.
A E L O R E I V A J O C S I C N A R F : N Ó I C A R T S U L I S E D N A U Y uno se pregunta, ¿cuál es el español de Hispanoamérica, en materia de acento o de vocabulario? Pues es evidente que hay muchos. Ese supuesto hispanoamericano lo está creando una máquina, con un acento neutro que no es ni venezolano, ni mexicano, ni chileno. Eso empobrece, es una unificación hacia abajo”. También, en muchos países, como España, Estados Unidos y Chile, se vive una polarización importante, que se alimenta con el uso de un lenguaje agresivo. “Hoy existe una fiebre de agresividad alucinante en el uso del lenguaje. El ataque furibundo y a veces sin fundamento ha llegado a todos los niveles. Las redes sociales lo fomentan día a día, pero hoy el problema lse da hasta la Cámara de Diputados. Parece un encefalograma plano, ya casi no distingues niveles cultos ni medio cultos del habla, todo es igual de bajo.
Ya no es tanto una cuestión de estética, sino un problema social”. La distancia entre lengua y literatura La separación entre la enseñanza de la lengua y de la literatura española es un tema que le inquieta. “Totalmente. Creo que parte de la culpa en este fenómeno tiene que ver con la evolución de las universidades y su especialización. Antes no había departamentos diferenciados de filología y de literatura, ni separaciones entre literatura colonial, moderna, etc. Además, hoy cada tesis doctoral es sobre un tema microscópico y se echa de menos una mirada al contexto, a la historia de la literatura española.
Y no tengo nada contra los estudios culturales, pero pienso que si tú los desgajas del árbol de la filología, de la historia, de la literatura y de la lengua, eso se convierte en algo muy simple, se pierde la riqueza”. ¿Esta distancia repercute en la enseñanza escolar? “Así es. El vocabulario gramatical y lexicográfico se ha especializado mucho y, al trasladarlo a la enseñanza primaria y secundaria, se torna en un aprendizaje muy difícil para el niño. Por otra parte, la enseñanza escolar hoy es muy fragmentaria. Se lee un poema suelto, un trozo del Quijote, unos párrafos de Galdós.
Se ha ido perdiendo la historia de la literatura, falta una panorámica del contexto histórico, cultural y social”. En Chile, la aplicación de categorías propias de las ciencias exactas a las humanidades genera críticas. ¿Hay un problema similar en España? “Hoy las humanidades somos las hermanas pobres de las ciencias exactas, no solo en Chile o en España, sino en muchos lugares. En España, el baremo para las plazas universitarias o en la supervisión del Estado sobre las investigaciones es el científico.
Vale más un artículo de 20 páginas en el que no has descubierto nada, que una edición anotada de El Criticón de Baltasar Gracián, realizada en 14 años y publicada por tres colegas míos de la Universidad de Zaragoza.
Así están las cosas”. Escritores de oro y miel Especialista en el estudio del Siglo de Oro de las letras españolas en el que brotan talentos como Cervantes, Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca, Garcilaso de la Vega y san Juan de la Cruz, Egido advierte sobre la tendencia de etiquetar a los creadores del siglo XVII como “barrocos”, término surgido a fines del siglo XIX en el campo artístico, que a veces oculta el influjo del Renacimiento y el Humanismo. Cervantes ha sido uno de los focos de sus estudios. “A veces entendemos mejor el presente desde el pasado, sobre todo desde la literatura. Por ejemplo, lees el Quijote y en el Quijote está todo. Es un oráculo vital. Dices: Caray, pero si esto está pasando hoy también. Además, leer a Cervantes es un gozo, su español es de una gran sencillez y limpieza. Y no era un ingenio lego.
Todo lo trasladaba a una lengua humanista y renacentista, siguiendo el modelo de Juan de Valdés: escribo como hablo”. Góngora y Gracián son otros autores que ha abordado Egido, “sus obras, como diría mi abuela, son caldo de cabeza”, comenta entre risas. En Chile, la académica presentó el libro “Mañana serán miel.
Estudios y comentarios sobre poesía del Siglo de Oro”. Allí aborda distintas aristas de esta poesía y recorre imágenes y citas vinculadas a las abejas, aludiendo a Séneca y su sentencia sobre la semejanza entre autores y abejas. Para el pensador romano, los escritores liban en distintas obras hasta lograr su propia “miel” poética.
Ya al terminar la entrevista, Aurora Egido nos regala unos versos de Góngora, que hablan de la miel que pueden crear no solo las abejas, sino también la poesía: “Las flores del romero/ niña Isabel / hoy son flores azules/ mañana serán miel”. La enseñanza escolar de literatura hoy es fragmentaria. No se leen obras y se ha perdido la historia de la literatura”. Existe una fiebre de agresividad en el uso del lenguaje, a través del ataque furibundo y a veces sin fundamento. Se ve no solo en redes sociales, sino en la Cámara de Diputados”. Autor complejo, Gracián genera ecos hasta hoy. “En un contexto de globalización, ya en Chile novio y pololo coexisten en armonía”, dice Natalia Castillo. Erudita y entretenida, la académica española, de visita en Chile para el encuentro de hispanistas, opina sobre el lenguaje actual y la posibilidad de que las máquinas definan nuestro habla. Entre medio recita unos versos de Góngora y cita a Baltasar Gracián. Egido navega entre el pasado y el presente a través de lo que mejor conoce: el mar de las palabras. ENTREVISTA Primera secretaria de la RAE en toda su historia ¿ Novio o pololo? AURORA EGIDO:. ‘‘La enseñanza escolar de literatura hoy es fragmentaria. No se leen obras y se ha perdido la historia de la literatura”. ‘‘Existe una fiebre de agresividad en el uso del lenguaje, a través del ataque furibundo y a veces sin fundamento. Se ve no solo en redes sociales, sino en la Cámara de Diputados”. Autor complejo, Gracián genera ecos hasta hoy. “En un contexto de globalización, ya en Chile ‘novio’ y ‘pololo’ coexisten en armonía”, dice Natalia Castillo.