Autor: Paulo Corti
Los huemules del parque nacional Cerro Castillo: ¿ No es mejor prevenir que curar?
Los huemules del parque nacional Cerro Castillo: ¿ No es mejor prevenir que curar? Médico Veterinario, M.Sc., Ph.D.
Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales Universidad Austral de Chile El Parque Nacional Cerro Castilo es uno de los refugios más importantes para el huemul (Hippocamelus bisulcus), una especie en peligro de extinción que representa no solo un patrimonio natural de la Región de Aysen, sino también un emblema de conservación binacional entre Chile y Argentina. Sin embargo, esta población enfrenta amenazas emergentes que requieren atención urgente. Entre ellas destacan la presencia de especies exóticas invasoras, como el ciervo rojo y el jabali, asi como enfermedades infecciosas transmitidas por el ganado doméstico. Una de estas enfermedades es la linfoadenitis caseosa (también conocida como pseudotuberculosis), causada por la bacteria Corynebacterium pseudotuberculosis.
Esta infección, ya bien conocida por la gente de Aysen, afecta principalmente a ovinos y caprinos, provocando abscesos internos y extemos, deterioro del bienestar animal y pérdidas económicas para los ganaderos debido a decomisos en plantas faenadoras. En el ganado, existen tratamientos con antibióticos y estrategias de manejo sanitario que permiten su control. En el huemul, en cambio, el escenario es mucho más complejo. El tratamiento de animales silvestres como el huemul conlleva riesgos importantes. ya que requiere su captura y anestesia, lo que puede generar un nivel de estrés significativo o incluso comprometer su vida. Además, tratar individuos enfermos rara vez resuelve el problema de fondo si la fuente de contagio sigue presente. Las soluciones deben enfocarse en las causas primarias: el contacto estrecho y recurrente entre huemules y ganado infectado. La detección de linfoadenitis caseosa en huemules del Parque Nacional Cerro Castillo tambien sugiere que podrían existir otras enfermedades del ganado afectando a esta especie. La transmisión puede darse por diversas vias: agua contaminada, contacto con heces, uso compartido de fuentes minerales, heridas provocadas por alambres de pua o incluso por interacciones agresivas entre individuos. Algunas bacterias patógenas pueden permanecer viables en el ambiente durante semanas o meses, lo que dificulta su control. No podemos ignorar que la viabilidad a largo plazo de los huemules del Parque Nacional Cerro Castillo esté en riesgo. En este contexto, todas las acciones que ayuden a reducir esos riesgos son bienvenidas. Sin embargo, es fundamental comprender que no existe una única solución. Una de las medidas recientemente impulsadas ha sido la creación de un centro de rescate para huemules. Aunque esta iniciativa responde a una preocupación legitima por el bienestar de la especie, presenta Importantes limitaciones. El manejo en cautiverio puede inducir niveles elevados de estrés en una especie tan sensible como el huemul, lo que podria agravar su condición clinica o favorecer la aparición o progresión de otras enfermedades. Bajo estas circunstancias, podría existir el riesgo de que el propio centro funcione como un reservorio de enfermedades infecciosas. Además, el traslado desde zonas remotas hasta el centro conlleva riesgos importantes. A esto se suma su ubicación cercana a una ruta transitada, que representa una posible via de introducción constante de agentes infecciosos, ya sea por el transporte de ganado o de mascotas de turistas. Ante este panorama, cabe preguntarse: ¿ qué otras alternativas tenemos? En situaciones como esta, es recomendable priorizar medidas preventivas, prácticas, de bajo costo que puedan sostenerse en el tiempo y con impacto a escala poblacional. Una de estas estrategias es la implementación de zonas de amortiguamiento o "cordones sanitarios" en tomo a áreas protegidas como el Parque Nacional Cerro Castillo. Estas zonas no buscan excluir la actividad ganadera, sino promover un manejo sanitario riguroso del ganado que habita en los alrededores del parque. Esto implica evitar el ingreso de animales domésticos al area protegida, monitorear su salud y reducir al minimo los puntos de contacto con los huemules. Este enfoque, ampliamente utilizado en otras partes del mundo, ha demostrado ser eficaz para disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades entre animales domésticos y especies silvestres amenazadas. El huemul necesita, más que tratamientos individuales, un entorno saludable y libre de presiones innecesarias. Un sistema de monitoreo epidemiológico que considere al ganado como una posible fuente de contagio, junto con politicas de manejo territorial consensuadas con las comunidades ganaderas, puede marcar una diferencia real. Si queremos que el huemul continúe formando parte del paisaje patagónico, debemos avanzar hacia soluciones integrales preventivas. Promover ecosistemas saludables es, sin duda, la mejor medicina que podemos ofrecer. Opinión.