La renuncia
La renuncia Por Max Colodro Filósofo y analista político l ahora exministro Mario Marcel esgrimió razones familiares para dejar su cargo, y no hay ningún motivo para ponerlo en duda. Con todo, el problema para el gobierno es que ello no soslaya la lectura política de un hecho inesperado, que priva a la actual administración de su principal activo político.
Su partida, entonces, a menos de tres meses de que el oficialismo se juegue su sobrevivencia en las urnas, tiene un efecto relevante sobre el escenario electoral, más aún cuando la candidata del gobierno vive momentos aciagos y las encuestas anticipan una eventual derrota en segunda vuelta.
Así, por mucho que de verdad haya un tema personal, la decisión del ministro de Hacienda de escoger este momento para abandonar su puesto no deja de ser una señal y de reforzar una sensación, que solo vienen a confirmar un cuadro de naufragio anticipado. Es una ironía: un gobierno que comenzó antes de su inicio, está terminando antes de su final. Porque, en rigor, lo que esta administración encarna empezó a instalarse con el estallido social y, sobre todo, con la imposición por "la vía de los hechos" del proceso constituyente. El triunfo de Gabriel Boric no vino sino a coronar el proceso refundacional abierto en Chile a través de la anomia y la violencia política.
El sueño de zafar al fin de la institucionalidad impuesta por la dictadura y de abrir las puertas a un nuevo modelo económico, cristalizó con la llegada al poder de una nueva generación. llegada al poder de una nueva generación. El camino estaba trazado y la nueva Constitución sería su carta de navegación. Pero la senda fue plena en renuncias y no en logros, partiendo por la derrota en las urnas de la propuesta constitucional del oficialismo. Ese día histórico, otro 4 de septiembre, la generación en el poder se estrella contra el muro de la realidad y algo muy vital del gobierno llega a su fin. Su alma, su carta de navegación, lo más parecido al Chile que siempre soñaron, sucumbe sin contemplaciones. Pero no es todo. El gobierno tiene que renunciar después al fin de las AFP y jugarse por una reforma previsional que terminará duplicando los recursos administrados por la industria. Se renuncia a su veza la reforma tributaria y a limitar el peso de las isapres en el sistema de salud. Y renuncias son todas y cada una de las leyes de seguridad aprobadas en estos años, iniciativas que en su mayoría fueron cuestionadas cuando quienes hoy son gobierno estaban en la oposición. La partida anticipada de Marcel no podría entonces no representar algo de esa renuncia existencial, desmesura de un tiempo que ya no hay con qué llenar. Vacío impuesto por un nuevo destino frustrado, cuyo horizonte más probable es la entrega del poder a los adversarios de siempre.
En simple, realismo con renuncia en todos los frentes relevantes, ceremonia del adiós iniciada por el más importante de los ministros, quien decidió ser el primero en hacer de su propia renuncia una alegoría histórica. histórica.. - -