"Vamos encadenando crisis, reforma y fracaso"
"Vamos encadenando crisis, reforma y fracaso" El investigador del CEP, Fabián Belmar.
Fabián Belmar: E n abril pasado dos jóvenes hinchas de Colo-Colo, de 13 y 18 años, fallecieron tras una "avalancha" de fanáticos que quisieron entrar sin pagar al Estadio Monumental para ver un partido del equipo nacional en Copa Libertadores. El incidente generó una crisis --las siempre tensas relaciones entre la seguridad pública, los eventos deportivos masivos y las responsabilidades de los clubes-y estuvo en el debate durante días. Sin embargo, y tras algunas semanas, la discusión se fue diluyendo.
Sobre este fenómeno, los investigadores del Centro de Estudios Públicos (CEP) Fabián Belmar, Aldo Mascareño, Juan Rozas y Pablo Henríquez, trabajaron en un análisis a partir de 5.585 publicaciones en redes sociales (Facebook e Instagram) para determinar cómo fue cambiando el discurso público sobre el tema.
Belmar --doctor (c) en Procesos e Instituciones Políticas de la UAI, licenciado en Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Talca-ahonda en un concepto surgido en el estudio: la "gestión simbólica de crisis", es decir, cuando algún hecho provoca una serie de reacciones enérgicas de parte de la elite política, con los consecuentes anuncios en materia legal que, rápidamente, se muestran ineficaces para solucionar el problema de fondo.
Un fenómeno que dice, se amplifica a otras áreas. "Esto no es más que políticos buscando votos" --¿ Cómo opera la "gestión simbólica de crisis"? --Lo primero que sucede es que hay una escandalización, ya que la crisis se comienza a viralizar por las redes sociales, permeando luego a los medios de comunicación. Ante este escenario, el Estado, con el Gobierno a la cabeza, propone una solución que se anuncia con fanfarria, bombos y platillos.
Sin embargo, lo que termina ocurriendo es que todo este clima se termina diluyendo con el tiempo. --Es el anuncio del Presidente Boric de combatir como "perros" la delincuencia, pero también la oposición anunciando proyectos de ley que no quedan en nada. --Nosotros planteamos este mecanismo para el caso específico de la violencia en los estadios, porque era lo contingente en ese momento. Pero obviamente después de esta lectura nos dimos cuenta que este planteamiento se da en otra áreas: Gobierno, anuncios presidenciales, proyectos de ley, y políticas públicas que se suponen son de largo aliento.
El investigador del CEP, coautor de un reciente trabajo sobre cómo la política reacciona frente a la violencia en los estadios, dice que "en Chile la forma de hacer política es a través de la política reactiva". F O T OGR AFÍA : CL A UDIO COR TE S Luciano Jiménez "Vamos encadenando crisis, reforma y fracaso". "Vamos encadenando crisis, reforma y fracaso" --¿ En qué otras áreas de las políticas públicas se puede encontrar esta "gestión simbólica de crisis"? --Por ejemplo, las olas de reformas ante casos de corrupción. En la investigación del MOP Gate, por poner un caso, hubo una primera agenda anticorrupción. Luego vino lo del financiamiento ilegal de la política, con otra nueva agenda. Ahora pasó lo mismo con el caso Convenios. Son anuncios que se van debilitando en el tiempo. También funciona para otras instancias como las indagaciones por la muerte de niños en residencias del Sename o las muertes por el 27-F.
Hay como una serie de medidas que buscan atender el corto plazo, pero una vez que se va perdiendo el interés por ese asunto contingente, el entusiasmo por implementar medidas más de mediano o largo plazo se va diluyendo. --Como en otras oportunidades, no pasó mucho tras la crisis del Estadio Monumental. ¿Cuál es la conclusión de aquello? --Quizás la lectura politológica más concreta responde obviamente a los ciclos electorales. --Políticos que reaccionan para buscar votos. --Como planteamos en el estudio, el hecho de atender las crisis de esta manera parcializada, y no con mecanismos de fondo, permite segmentarlas, ir atendiéndolas a pequeños pasos; y esos pequeños pasos permiten hacer campaña política. En este mismo Gobierno sucede: las cosas pendientes se atenderán en el Gobierno siguiente.
Todo queda sujeto a la reelección política; como bien dices, no es más que políticos buscando votos. --Ustedes mencionan un patrón que se repite en este tipo de situaciones. --Hay un patrón: existe una crisis en la cual se promete una reforma, esa reforma fracasa y ese mismo fracaso se usa como crisis para generar una nueva reforma. Vamos encadenando crisis, reforma y fracaso. Y eso es lamentable porque el fracaso que se genera sirve para avanzar en agendas políticas. Cada vez que hay algo que se toma la agenda, los candidatos aprovechan para proponer sus ideas.
Eso no está mal, per se, pero pensar que la política es eso y no tener una patita en el largo plazo es un problema estructural que vamos a seguir replicando, porque esto ya se instaló. "El concepto barra brava está ausente" --En su trabajo, ustedes determinaron que conceptos como "barras bravas" terminaron por desaparecer del discurso público a medida que pasaba la crisis. ¿Por qué ocurre esto? --Algunos podrían pensar que es una cuestión meramente semántica, que da lo mismo si le decimos hinchas, fanáticos o barristas.
Incluso hay distinciones que son bien simplistas como señalar que quienes protagonizan los desórdenes no son hinchas o son "falsos hinchas". La evidencia a nivel sudamericano es bien clara en señalar que hay grupos que pueden ser identificados por sus grados de intensidad: en una hinchada se encuentran primero los asistentes al estadio. Luego están los fanáticos, los que se sienten identificados con un equipo y cantan canciones. Posteriormente está la barra, que ya tiene una estructura; y después están las barras bravas. En la literatura sudamericana éstas son consistentemente identificadas como personas que gestionan violencia y eso lleva a actos como vandalismo.
Nos llamó la atención que ese concepto de barra brava estaba ausente. --¿ A qué se refiere? --Se mencionaba a la Garra Blanca, a otros sectores de la barra, pero la comunicación hegemónica durante esos 20 días analizados fue "desastre", "avalancha", etc., que daba a entender que los hechos producidos habían sido espontáneos. Ni el Gobierno ni las policías podrían haber hecho algo ya que la situación se habría dado de forma imprevista. Y esto no fue así. Las barras bravas tienen una orgánica; la organización se gestionó por redes sociales días antes, e incluso hubo un banderazo donde ya se había producido una avalancha.
Hay una estructura, no fue espontáneo. --¿ Pero por qué se pierde el concepto? --Se pierde porque tanto desde la prensa, como desde el punto de vista legislativo, se ha tratado al barrista como una persona conflictiva. ¿Todos los barristas son conflictivos? No, no todos lo son.
Hay barristas que tienen expresiones populares, de cultura, pero está este otro grupo, las barras bravas, que lo que hacen es generar una economía política de la violencia. --No hubo grandes cambios en el tema de la violencia en los estadios. --Han pasado tres meses y no se ha hecho nada. Las comunicaciones en redes sociales por este tema duraron cinco días, y luego --muy rápidamente-cambió la agenda. Tenía que seguir el fútbol, la pelota tenía que seguir rodando.
Cuando cambia el interés y deja de hegemonizar el discurso en redes sociales, se escapa la ventana para poder implementar políticas públicas y deja de ser redituable para las figuras políticas. --En su análisis también detectaron el traspaso de responsabilidades políticas entre un sector y otro. La palabra "ministro" surgió mucho en las publicaciones de redes sociales. --La seguridad debería ser un tema de Estado y lamentablemente durante el último año se ha politizado. Las políticas de seguridad y de control del orden público no deberían ser ni de izquierda ni de derecha. Lo mismo las políticas de salud. Y lamentablemente, quizás por la polarización o la atomización del sistema político, cada vez hay menos espacio para miradas de largo plazo. Cada vez hay más líderes que funcionan con lógicas clientelares que proponen políticas efectistas.
Por ejemplo, en los estadios ponen más cámaras, hay más controles, pero no van a la raíz del asunto. "La elite está limitada conceptualmente" --¿ Se ha hecho común hacer política a corto plazo? --Pareciera que es una forma de hacer política en Chile; políticas que atienden al problema concreto, a la contingencia, crisis o tragedia.
Tras lo ocurrido en el Monumental se cerró el programa Estadio Seguro, ¿pero qué se propuso a cambio? --¿ Pero cuál sería la solución? --Es que mientras haya esta dinámica de obtener votos y obtener rendimiento a partir de contingencias, es muy difícil que se deje de hacer política reactiva. Esto demuestra que en Chile la forma de hacer política es a través de la política reactiva. Y se ha dejado de lado, no quiero decir los grandes acuerdos, pero sí que las políticas públicas deben ser de Estado.
Lo que ahora está pasando, lamentablemente, es que estamos bajando el interés por esas políticas de largo plazo. --Bueno, muchos cargos en el recién creado Ministerio de Seguridad han sido llenados por operadores políticos. --Ese es muy buen ejemplo de política reactiva y de gestión simbólica de crisis. Un ministerio que se abre y que promete aires de cambios no es nuevo. Sucedió anteriormente con el plan Estadio Seguro y con la ley de Violencia en los Estadios. Y si viene sucediendo reiteradamente, no tenemos razones para pensar que en esta ocasión la cosa será diferente.
El Ministerio de Seguridad está con cargos que son más bien políticos y refleja nuevamente esta tensión: políticas de seguridad que deberían ser políticas de Estado, están siendo utilizadas por el Gobierno para implementar una agenda parcial y de corto plazo. --¿ La elite política está actuando con marcos conceptuales limitados para enfrentar estas crisis? --Por un lado están limitados conceptualmente, y por otro mantienen una distancia con la evidencia empírica. En el caso del barrismo, las discusiones que se tienen no abarcan una categorización profunda de las personas que asisten a los estadios.
Entonces, si no estamos teniendo una discusión formal respecto a quiénes asisten a los estadios, y pensamos que todos ellos son personas violentas, hacemos política de esa manera y vamos a fracasar rotundamente. --Antes lo legal era el eje de la solución de los problemas, pero hoy pareciera que eso ya no corre mucho. --Hay un quiebre que se abrió a partir de los procesos constituyentes. Después de dichos procesos como que los chilenos nos fuimos desencantando con esta idea de que las leyes solucionan nuestros problemas. Las dificultades en seguridad, economía, salud y educación son mucho más complejos que lo meramente legal.
El hecho de atender las crisis de manera parcializada, y no con mecanismos de fondo, permite segmentarlas; y esos pequeños pasos permiten hacer campaña política". Quizás por la polarización o la atomización del sistema político, cada vez hay menos espacio para miradas de largo plazo. Cada vez hay más líderes que funcionan con lógicas clientelares que proponen políticas efectistas"..