Autor: Luis Cifuentes, investigadordel Centro de Cambio Global UC, Profesor Adjunto, Escuela de Ingenieria UC
El calor extremo: un problema de salud pública
Director: A medida que el planeta se calienta, las olas de calorseestán convirtiendo en una amenaza cada vez más cuente y peligrosa para humana. Lo queantesse consideraba un fenómeno meteorológico puntual ahora es una realidad persistente que afecta amillones de personas entodo el mundo y Chile no es la excepción.
Los hallazgos de la tercera fase del estudio “Cambio Climático y Salud”, desarrollado por el Centro de Cambio Global dela Pontificia Universidad Católica de a Bupa Chile, revelan un panorama preocupante: las muertes atribuibles al calor solo en la Región Metropolitana se han cuadruplicado en las últimas tres décadas, pasando de un promedio de 250 casos anualesenlos años 90 a más de 1.200 Estos noson solo datos, sino historias de personas que han visto afectada su salud y calidad de vida debido a las temperaturas extremas.
Desde los años 80, las muertes por calor han superado consistentemente alas provocadas por el frío y, mientras que en las décadas de 1980 solo el 1,2% delos fallecimientos estaban relacionadoscon altas temperaturas, en lo que va de la década del 2020 esta cifra ya alcanza y las proyecciones para la década 2041-2050 es de 4,7% Frente a esta realidad, es fundamental que todoslos sectores secomprometan a enfrentar este desafío.
Las empresas tienen un rol clave en esta tarea, nosolo porque son parte de las comunidades que se ven afectadas y por los considerables impactos quese están produciendo en distintos sectores económicos, sino porque también tienen la capacidad de liderar procesos deadaptación y mitigación.
Iniciativas como el Protocolo Empresarial de Protección Frente al Calor, impulsado por Bupa Chile y desarrollado junto a Acción Empresas, son un ejemplo concreto de cómo el sector privado puede contribuira mitigarlos impactos del calor extremo. La data nos lo está diciendo: la gente muere producto de las temperaturas extremas y no podemos sersimples espectadores, Tenemosla obligación de involucrarnos y ser factores de cambios en nuestro entorno. Adaptar las ciudades, modernizar la infraestructura y transformar nuestros sistemas de salud no es solo una opción, es una necesidad urgente, No podemos seguir esperando que estos cambios ocurran de manera natural. Debemos tomar medidas concretas hoy para construirespacios más seguros y resilientes para todos. El tiempo para actuares ahora.