EDITORIAL: Disensos en el Socialismo Democrático
EDITORIAL: Disensos en el Socialismo Democrático L a imagen de unidad que presenta el oficialismo ante las elecciones de fin de año --candidata presidencial única y posible lista parlamentaria unitaria-contrasta con la actual fragmentación opositora. Sin embargo, tras esa corteza unitaria, el oficialismo esconde variados disensos, algunos de naturaleza política y otros de carácter estratégico o táctico. Ello es particularmente notorio en el Socialismo Democrático.
La dificultad de Jeannette Jara para conformar sus equipos técnicos, especialmente los encargados de su programa económico; el que ella haya escogido la palabra "reseteo" para describir lo que debe hacer con su campaña después de haber triunfado en las primarias, dando a entender que se le hace necesario alejarse de su propia colectividad, el Partido Comunista; y las declaraciones de diversas figuras cercanas al Socialismo Democrático que anuncian que no votarán por ella, son todas indicativas del referido disenso. Los conceptos manifestados en entrevistas recientes por el economista y militante PS Óscar Landerretche ilustran el origen del problema.
Para Landerretche, las profundas diferencias que mantiene con el PC --tanto en lo referente al tipo de democracia a la que ese partido aspira, incompatible con la democracia liberal que la socialdemocracia preconiza, como en lo relativo al programa económico-se hacen irreconciliables si la coalición de izquierda es dirigida por una candidata de ese partido. Ello, considerando el papel central que juega la figura presidencial en el sistema político chileno. Tal postura, con mayor o menor énfasis, se extiende a muchos partidarios del Socialismo Democrático, especialmente entre quienes tienen un perfil más técnico o no son militantes de los partidos del sector. A diferencia de ellos, entre los dirigentes, el hecho de que sus colectividades hayan participado en la primaria que escogió a la candidata Jara los obliga a apoyarla, al menos públicamente.
Pero, además, quienes son candidatos a la reelección parlamentaria o bien pretenden postular al Congreso se dan cuenta de que sus opciones se acrecientan si se logra una lista unitaria, lo que supone, como contrapartida, ordenarse en el apoyo a Jara. Esto lleva a muchos a evitar expresar disensos y a otros a ir aún más allá, travistiendo antiguas reticencias frente al PC para aparecer ahora como férreos partidarios de su candidata. Y junto con ello, algunos, en la búsqueda de votos, se ven tentados a agregar a lo anterior planteamientos abiertamente populistas.
Emblemático en esto ha sido el diputado Daniel Manouchehri (PS), cuyos proyectos de ley han incluido eliminar la UF de créditos hipotecarios, arriendos, educación y salud, y conceder un día libre a las personas en su cump l e a ñ o s, a d e m á s d e otorgárselo a quienes se les muera una mascota.
Por lo mismo, llama también la atención que el ministro de Hacienda --quien advirtió con certera claridad que eliminar la UF de los créditos hipotecarios sería un terremoto económico-promueva sin embargo un discutible proyecto tributario que plantea bajar el umbral del impuesto global complementario a los tramos más altos, para financiar el otorgamiento de beneficios a emprendedores y pymes, así como a propietarios de vivienda de la tercera edad, con un costo fiscal estimado en US$ 1.000 millones. Ello sugiere que la necesidad de atraer votos se ha incorporado incluso a los planteamientos técnicos del Gobierno en su última etapa. Las campañas están en sus inicios.
El resultado del intenso debate político que se avecina, en el que la coherencia de las posiciones de cada quien será puesta a exigente prueba, tendrá un impacto decisivo en la manera en que esos disensos se expresen en el voto popular. El rápido y obsecuente ordenamiento de dirigentes y candidatos contrasta con la resistencia de sus cuadros técnicos para apoyar a Jara. Disensos en el Socialismo Democrático.