COLUMNAS DE OPINIÓN: Columnas de sabiduria gnostica
COLUMNAS DE OPINIÓN: Columnas de sabiduria gnostica Por: Omer Silva Villena osilvaville@gmail.com exacadémico ufro/uach Profesor/lingüista Sí, más de alguna vez hemos vistos esas construcciones o pilares a las entradas de edificios como universidades, tribunales o cortes de justicias, templos o iglesias. Ciertamente, Ciertamente, pasamos por alto estos frontis que parecen “palacios solemnes” edificios o simples aulas magnas, Pensamos que forman parte de la arquitectura moderna en el diseño de ciudades y estructuras institucionales.
En la historia arquitectónica del Ser Humano esas figuras o columnas no fueron creadas para adorno Es cuestión de observar observar imágenes de antiguos monasterios, templos, sinagogas, catedrales o iglesias ¿ No le ha llamado a Ud. la atención estas construcciones que observamos en las entradas? Al observarlos nuestra mente-conciencia se puede conmover transportándose a tiempos tiempos inmemoriales, palacios de sabiduría o justicia, pero como vivimos los tiempos del kali-yuga o del materialismo racional.
Como en el lenguaje de los pájaros, le decimos pasa, pasa, enséñame a pasar”. Se ha investigado en las fuentes de la China milenaria o las obras Sánscritas de la India manuscritos tibetanos entre otras tantas fuentes, así como piezas arqueológicas arqueológicas encontradas que, indican la sabiduría de las civilizaciones pretéritas. Por ejemplo, México, Egipto, India, Tibet y Grecia hay una sabiduría universal que siempre es más o menos similar; sólo cambian sus aspectos según los pueblos, naciones y lenguas. Trataré Trataré de sintetizar algunas ideas respecto de cuatro grandes pilares que han iluminado la conciencia más allá de la razón teórica o práctica: filosofía, arte, ciencia, y, religión.
Filosofía: Implica siempre un mensaje, una orientación, una enseñanza dirigida a la consciencia del ser humano invitando a una reflexión consciente, elevándonos a las cumbres del nuestro “real Ser”. Lo divino que hay en cada criatura humana. Buscamos aquí el amor por la sabiduría, y, sin descanso, la verdad y sus trasfondos íntimos. Es un error pensar que sólo la encontramos en la tradición griega en un Sócrates, Platón Platón o Solón. La filosofía es un funcionalismo natural de la conciencia que brota en las diversas latitudes de nuestra existencia a lo largo de la historia humana. Por eso es “perenne et universalis” encontrándose en cualquier obra hindú o en cualquier piedra arqueológica o monolito originario. En todos los países del orbe palpita una sabiduría oculta. De paso, en Egipto la de los hierofantes y en las pirámides de Teotihuacan (México) (México) se puede escuchar el VERBO de los antiguos maestro cJe Anahuac. En Grecia los Misterios de Eleusis. En el Alto Cuzco los sacerdotes Incas que brillaron como soles resplandecientes junto a los iniciados de Anahuac. Urge encontrar aquellos principios éticos que constituyen la piedra fundamental de las grandes culturas del pasado.
Una “antropología gnóstica” nos permite escudriñar los arcanos o secretos que arrojan luz a los controvertidos enigmas de nuestra humanidad extrayendo el “espíritu que da vida”, más allá de la “letra que mata”. Los códice mexicanos, papiros egipcios, ladrillos asirios, rollos del Mar Muerto, extraños pergaminos, templos antiguos, sagrados monolitos, monolitos, viejos jeroglíficos, pirámides, sepulcros milenarios, etc. ofrecen, en su profunda simbología, un sentido especial de un conocimiento trascendental que escapan al racionalismo racionalismo especulativo.
En cualquier relato o escrito siempre debemos buscar aquello que se relaciona con el Ser nuestra parte divina, pues el “silencio es la elocuencia de la sabiduría”. Arte: En síntesis, sólo existen dos tipos, el “arte subjetivo” que a nada conduce, y el “arte regio” u objetivo, real, y trascendental, como nos enseña J. Adoum.
Éste contiene preciosas verdades cósmicas, que podemos encontrar en la piezas antiguas como las pirámides, viejos obeliscos y en los bajos relieves del Egipto faraónico, en la reliquias arqueológicas de los Mayas, Aztecas, Zapotecas, Toltecas, o pergaminos de la Edad media, las pinturas de Miguel Angel, la Música de Beethoven, Mozart, Litz, Wagner, o la literatura universal como “La lliada” de Homero, la “Divina Comedia” de Dante, etc. Muchos de los grabados y dibujos de los aztecas, mayas, egipcios transmiten preciosas preciosas enseñanzas como las que encontramos en una catedral gótica. Recordemos a la Gioconda donde se ve la “Stella Maris”, nuestra “madre divina”, particular que llevamos dentro y nos guía en la “gran obra”; ella es Diana, Isis. El arte regio de la naturaleza es un medio transmisor de enseñanzas cósmicas.
Recordemos que las danzas sagradas transmitían también ciertos conocimientos cósmicos trascendentales como los “derviches “derviches danzantes” (fraternidad sufíes, trances para alcanzar a Dios)) eran o son las “siete tentaciones”. Las danzas sagradas de los tiempos del antiguo Egipto, Babilonia, Grecia, expresan grandes verdades cósmicas, antropogéneticas, psicobiológicas y matemáticas. matemáticas. Los Sábados eran días del teatro o “día de los misterios” que presentaban también “dramas cósmicos” maravillosos. En la música, ciertas notas pueden producir alegría en nuestro centro pensante y cierta religiosidad en nuestro centro motor que invitan a la oración o meditación. La escultura, cincelada en la dura roca a seres angelicales como la Esfinge de Giza en Egipto que nos habla de los cuatro elementos de la naturaleza y las condiciones básicas del Super-hombre. Lamentablemente, después de la Segunda Guerra Mundial nace el arte existencialista que expresa los “trastornos de la cognición humana”, antítesis de la Luz y las tinieblas. Ciencia: me refiero a la “ciencia pura” de R. Steiner en “Antroposofía” y J. Adoum en “Génesis Reconstruido”. No el podridero de teorías de la academia moderna.
Ciencia pura como la de Paracelso, o, Pablo de Tarso la que utilizó Moises o Jesús en sus prodigios prodigios que contiene una ética superior al servicio del Ser, sin intereses personalistas de la Universisad actual. Una ciencia que justifica el “progreso” mediante atrocidades terribles terribles no merece llarnarse ciencia. La ciencia de hoy afirma dogmáticamente una tesis mañana afirma lo contrario, con la soberbia que le caracteriza. Una ciencia, con muchas contradicciones, cree en lo que se ve, y, no cree para ver). Sin embargo, Einstein aceptó la “cuarta vertical” como dimensión superior. En la “ciencia pura” no existen teorías, sino hechos. En la ciencia pura se dispone de sistemas diferentes para la investigación que permiten desarrollar facultades especiales latentes como el Enoichion u ojo espiritual espiritual interno, presente en las cosmovisiones originarias. Religión: Hace falta disponer de estudios o investigaciones sobre religiones comparadas comparadas como para no aferrarse a dogmas nocivos que destruyen la espiritualidad. La raíz etimológica la encontramos en el vocablo latino “religare” que significa volver a unirse con la divinidad.
Si existe un nexo común de muchas religiones, entonces por qué tantos tantos conflictos absurdos. ¿Acaso no se podría pensar en una especie enfoque ecuménico ecuménico para creer en un Ser Superior? La “trimurti cristiana” tiene su exponente en todas la trimurtis religiosas como en Egipto (osiris, isis, horus), India (brahama, vishnu, Shiva), Cábala (kether, chokman, binah). Todas tiene cielos (aeones o dimensiones superiores) e infiernos (avernus, tártaro, patala, mixtian, xibalbá). Jesús es representado por Ormuz en Persia, enemigo de Ahriman o Satán que llevamos dentro. Quetzalcoatl en México, y Balder entre los Eddas germanos. Todos vienen de inmaculadas concepciones. En fin, como para ponerse a estudiar religiones comparadas. En los tiempos que vivimos, la religión se divorció de la ciencia y viceversa. La religión que desprecia la ciencia, es fanática y dogmática. La ciencia que rechaza la religión es una ciencia materialista. Si, debemos entrar en una ciencia espiritual, como lo afirmó Rudolph Steiner el padre de la Antroposofía.
Una joven antropóloga doctorada en “educación comparada”, docente en la Universidad Universidad Austral de Chile ha escrito en su texto “La Ciencia de Maravillarse”, Ed Kultrun, 2008 sobre la obsesión religiosa por la belleza, ciencia y arte en una dimensión religiosa. Jóvenes científicos debieran leerlo.. - -