Columnas de Opinión: Humanizando la educación
Columnas de Opinión: Humanizando la educación OPINIÓN Cuando hablamos de educación, por norma nos vienen a la mente estos tres verbos: aprender, evaluar y examinar. Aprender es algo inherente al ser humano, y muchas veces va de la mano de la curiosidad, que también nos acompaña allá donde vamos. Evaluar, evaluamos constantemente en nuestra vida: a cada instante, analizamos lo que ocurre a nuestro alrededor, sopesamos qué hacer según lo que hemos evaluado, reflexionamos y actuamos en consecuencia. Esa evaluación, como ves, siempre va asociada a una reflexión, por pequeña que esta sea. Y unido a esa reflexión va el aprendizaje, hayas acertado con la decisión o no. Básicamente, esta podría ser la descripción de cualquier acción que hagamos a lo largo del día. Si vuelves a leer el párrafo de la lluvia, descubrirás decenas de evaluaciones que se hallan implícitas en tu quehacer diario, con la consiguiente reflexión y la decisión posterior. Y todas ellas te llevan al aprendizaje. Todas ellas son parte de la vida, y en ningún momento nadie te examinó para decirte si pasabas al siguiente nivel. Sí, aquí llega el tercer verbo: examinar. Quizá en este instante has fruncido el ceño, pensando que voy a desdeñar su importancia: algo que forma parte de nosotros mejor no removerlo, ¿verdad? Una acción sin la que no puedo imaginar la educación. Una parte sin la que educar pierde sentido. Así fui educado, así lo llevo conmigo.
Pero no: no nos iremos “a los extremos”. Este verbo también forma parte de nosotros, como algunos más que veremos a lo largo de estas páginas: escuchar, compartir, sumar, cuidar, incluir, acompañar, superarse, soñar, crecer o vivir, que los reúne todos.
César Bona (2021) nos cuenta cosas que son obvias, cosas que damos por hechas y, precisamente por eso, a veces no se hacen, bien porque consideramos que las tenemos asimiladas y educar en ellas sería redundante, o bien porque son tan importantes que han de ser tratadas en todas las materias.
En este caso pasan a formar parte de lo transversal, esa cinta transparente con la que se envuelve el currículo y que, desgraciadamente, tantas veces se desvanece cuando se encuentra con la realidad de los contenidos. Estos no dejan espacio ni tiempo para tratar aquello que es tan importante en la vida. Y, con todo, y a pesar de las dificultades, miramos adelante con un gran objetivo. El fin de la educación es dar herramientas, no solo transferir conocimiento.. Joaquín Aguirre López Doctor en Ciencias de la Educación