Editorial: Cuando la vocación sostiene un sistema
Editorial: Cuando la vocación sostiene un sistema L a amenaza de cierre que se cierne sobre el Establecimiento de Larga Estadia para Adultos Mayores (Eleam) "Casa Amable" de Puerto Montt no es sólo la cronica de una crisis financiera; es un espejo que refleja las profundas grietas del sistema de cuidados e interpela a la comunidad.
La situación de sus 28 residentes, personas en extrema vulnerabilidad y sin redes de apoyo, pone sobre la mesa una verdad incómoda, expuesta ayer por este Diario: la dignidad de los mayores parece depender más de la caridad esporádica que de una estructura de protección social sólida y garantizada por el Estado. Resulta admirable observar la respuesta de la sociedad civil. Las colectas, las rifas, la donación de estufas por parte de trabajadores del MOP y los aportes de empresas locales son un testimonio de la empatía y el compromiso que anida en la ciudadanía. La Fundación Clown Hospitalario Chile, al asumir un desafio que otros desecharon, ha demostrado una vocación inquebrantable, transformando un espacio en un verdadero hogar. Estos actos de generosidad han mantenido a flote el recinto, pero es imperativo preguntarse si este es el modelo al que se debe aspirar. La buena voluntad, por mas noble que sea, es por definición finita y no puede constituir la base de un derecho fundamental. Sin embargo, mientras la dirección del hogar lucha por cubrir un déficit mensual que supera los $18 millones, las respuestas institucionales parecen desconectadas de la urgencia. La declaración del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), que alude a convenios vigentes y acompañamiento técnico, contrasta con la realidad de una calefacción desactivada y una deuda que ahoga. El hecho de que el organismo no haya recibido una "comunicación formal" del cierre no mitiga el riesgo real y tangible que enfrentan los residentes, para quienes no existen cupos alternativos en toda la región. El caso de "Casa Amable" trasciende la anécdota. Se convierte en un simbolo de la externalización de la responsabilidad estatal hacia la sociedad civil. Se aplaude el voluntarismo, pero se normaliza la precariedad.
Resulta loable y digno de celebración cada gesto solidario, pero es preciso advertir sobre el peligro de permitir que la caridad se convierta en la política social por defecto.. Aplaudir la solidaridad de "Casa Amable" es necesario, pero advertir sobre normalizar la precariedad es un deber cuando adultos mayores arriesgan terminar en la calle. E Editorial