COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿Dónde está el Presidente"?
COLUMNAS DE OPINIÓN: ¿ Dónde está el Presidente"? hile amaneció el miércoles con el estómago apretado: un papá y su hija de siete años fueron acribillados con más de 75 balazos en La Granja.
Los peritos hablan de una ejecución; la niña agonizó hasta la madrugada y el país se congeló de rabia e impotencia. ¿El Jefe de Estado? Lanzó un tuit de compromiso, apagó el celular y desapareció del mapa.
Dos días antes, Alberto Carlos Mejía, sicario acusado de matar al "Rey de Meiggs", se esfumó por el Paso Chacalluta gracias a un "error" judicial de proporciones y a una frontera que es, literalmente, una huella en la arena. Mientras el narco hace lo que quiere, Hacienda admite que el déficit estructural 2025 llegará a -1,8% del PIB, reventando por segunda vez sus propias metas. El ministro Marcel dice que basta un "pequeño ajuste", fórmula que en castellano simple significa más tijera social, más impuestos o ambas. Tres golpes en la misma semana. Seguridad, fronteras y caja fiscal en rojo.
Cualquier líder decente estaría quemando suelas en terreno, comandando un gabinete de crisis, firmando decretos. ¿Dónde está Boric? En La Moneda, sí, pero montando la pasarela "Democracia Siempre" con Lula, Petro, Sánchez y compañía, los rockstars del progresismo que coleccionan escándalos de corrupción como estampillas.
Selfies, discursos vibrantes contra "el extremismo", aplausos de ONG extranje¿ Dónde está el Presidente"? Presidente"? Por Cristián Valenzuela Por Cristián Valenzuela Por Cristián Valenzuela ras y cero línea directa con la morgue de La Granja o el cuartel de Arica.
La pregunta es inevitable: ¿ Qué urgencia pesa más para el Jefe del Estado chileno? ¿ La urgencia de una madre que entierra a su hija masacrada por balas que nunca debieron volar? ¿ La urgencia de un país que ve cómo el crimen organizado entra y sale por la puerta norte mientras la burocracia se culpa mutuamente? ¿ La urgencia de un déficit que se ensancha justo cuando las familias adelgazan sus bolsillos? La respuesta, por desgracia, también es evidente: la prioridad presidencial es la foto multicolor, el discurso edulcorado sobre democracia "vibrante" y la condena a "los extremismos", todo ello mientras la realidad extrema se despliega a pocas cuadras de La Moneda. Se exhibe al mundo un salón alfombrado lleno de compromisos grandilocuentes, mientras, fuera de cámara, las fronteras crujen, los tiroteos se multiplican y la billetera fiscal no cuadra. No es que Boric no pueda estar en todas: puede y debe estar donde arde la casa. Podría liderar un comité permanente con Carabineros, blindar el norte con control militar real y cortar grasa estatal para frenar el déficit. No lo hace porque --seamos francosvive secuestrado por su propia pose. Hay algo casi obsceno en este contraste. No es solo descoordinación: es una ausencia moral. Porque la seguridad pública no es un hashtag; la disciplina fiscal no es un cuadro en Excel; la vida de un niño no es un dato colateral en la batalla comunicacional.
Cuando la cúspide del poder decide que su agenda internacional es más urgente que el funeral de la propia nación, el mensaje que se envía es brutal: que la patria se las arregle sola, que los muertos esperen, que los vivos se aguanten. Es un acto de abandono disfrazado de diplomacia, un escapismo cobarde que prefiere las luces de un escenario global antes que la oscuridad de su fracaso local. Durante la campaña se prometió "más democracia para más derechos". La gente entendió que eso significaba vivir sin miedo, recuperar el barrio, volver a confiar en su propio país. Pero en vez de derechos llegaron excusas; en vez de democracia real llegaron cumbres llenas de discursos huecos y aplausos de cartón. Así que, Presidente, aterrice. Bájese del pedestal, deje de creerse el gurú moral de Sudamérica y mire a los ojos a las familias que entierran niños. Aquí abajo las madres no entienden de geopolítica ni de hashtags, entienden del miedo de salir a la esquina, del dolor de una sala de velatorio.
Aquí abajo el sicariato manda señales más claras que cualquier cancillería, y el déficit fiscal no espera ni una semana más para engordar la deuda que hipotecará el futuro de los que vienen detrás. ¿Dónde está el Presidente? ¿ En qué foto sonríe mientras un país entero aprieta los dientes? Si usted no es capaz de dar la cara cuando el país se desangra, si prefiere la comodidad del extranjero antes que el barro de su propia tierra, usted no es Presidente, es un espectador de lujo de una tragedia nacional. Ojalá que la próxima vez la respuesta no sea una excusa ni una postal internacional. Ojalá que la próxima vez la respuesta sea: en Chile, dando la pelea que juró dar y que hoy, con su silencio y su ausencia, está perdiendo. sencia, está perdiendo..