La cuenta de la vieja
La cuenta de la vieja de la vieja es un antiguo dicho hispano que significa realizar un cálculo matemático de manera muy básica o rudimentaria, como contando con los dedos de la mano o anotando unos números en una servilleta (que es la acepción que utiliza Máximo Pacheco para defenderse de las críticas al acuerdo SQMCodelco). Pero "la cuenta de la vieja" también tiene una versión positiva: que es la capacidad de resolver de manera simple, didáctica, comprensible, una cuestión compleja, o una operación aritmética sofisticada. Y hablando de cuentas, no se debe confundir "la cuenta de la vieja" con la Cuenta Pública. La solemnidad de la segunda ya se expresa en que se escribe con mayúscula, porque es un nombre propio. La Cuenta Pública, también conocida como Discurso Presidencial o Mensaje Presidencial, es una institución en Chile. En ella comparece el Presidente de la República ante el Congreso Pleno para dar cuenta del estado administrativo y político de la nación. La tradición viene desde 1833 y siempre se realizaba el 21 de mayo, hasta que en 2017 se cambió al 1 de junio. En efecto, hoy es 1de junio y durante esta mañana el Presidente Boric entregará la última Cuenta Pública de su mandato. Escribo esta columna sin haber leído el discurso y por lo tanto lo que diré al respecto es mera especulación. Lo que pasa es que existen grandes expectativas respecto del Discurso Presidencial de este año, no solo porque es el último de este gobierno, sino porque ocurre en pleno proceso electoral presidencial. Piensen que justo en un mes más la izquierda estará votando en sus primarias.
Entonces en el oficialismo hay dos bandos en este asunto: Los que quieren que el Presidente haga una larga lista de logros de su mandato para comenzar a construir el relato del "legado"; y los que prefieren que el jefe de Estado entregue una lista de pocas cosas para hacer de aquí al fin de su gobierno, pero que las cumpla de verdad. Pero hay un problema: ninguna de las dos expectativas tiene posibilidad de ser satisfecha. La expectativa del gran legado ya no se cumplió. El gran legado que quiso dejar este gobierno era una nueva constitución identitaria y eso no ocurrió. Tampoco logrará la meta de crear 700 mil empleos o de mejorar la seguridad pública. Para qué hablar de un legado en crecimiento económico. Y lo mismo pasa por la lista de promesas express. El aborto libre no tiene los votos para aprobarse, tampoco podrá el Presidente cumplir su sueño de cortar relaciones diplomáticas con Israel. Y el plan de resolver el famoso tema de la permisología no alcanzó a estar listo antes del discurso.
Mi punto de vista --insisto, antes de haber leído la Cuenta Pública-es que los únicos logros concretos, físicos, que podrá enumerar son el acuerdo previsional, la ley de 40 horas y dos o tres cosas más. Es decir, se podrían contar con los dedos de una mano. Igual que "la cuenta de la vieja". Sí, ya lo intuyen, por ahora creo que lo de hoy será más una "cuenta de la vieja" que una Cuenta Pública presidencial. La cuenta de la vieja Los únicos logros concretos, físicos, que podrá enumerar son el acuerdo previsional, la ley de 40 horas y dos o tres cosas más. Es decir, se podrían contar con los dedos de una mano. Igual que "la cuenta de la vieja". LA COLUMNA DE JOE BLACK.