CARTAS: SALA DE CLASE: VOLVAMOS A LO CLÁSICO, EL PIZARRÓN Y LOS CUADERNOS
CARTAS: SALA DE CLASE: VOLVAMOS A LO CLÁSICO, EL PIZARRÓN Y LOS CUADERNOS EO SALA DE CLASE: VOLVAMOS A LO CLÁSICO, EL PIZARRÓN Y LOS CUADERNOS Señor director: La ntroducción de tecnologías digitales en la educación, como pizarras interactivas, tablets y aplicaciones educativas, prometía mejorar el aprendizaje estudiantil. Desde los años 80, estas estas herramientas han reemplazado gradualmente métodos tradicionales como el pizarrón yíos cuadernos, cuadernos, respaldadas por políticas y tondos que tomentan su uso. Sin embargo, tras décadas de implementación, estudios recientes cuestionan su etectividad. Por ejemplo, investigaciones en España muestran que, aunque el 83% de los docentes usa herramientas herramientas digitales diariamente, no hay evidencia clara deque mejoren el rendimiento académico. Un caso emblemático es el uso de presentaciones presentaciones digitales, como PowerPoint, ampliamente adoptadas en aulas. Aunque tacilitan la estructura estructura de las clases y reducen la necesidad de tomar apuntes, investigaciones revelan que su impacto en el aprendizaje es limitado o incluso negativo. Es más, algunos datos indican que el acceso previo a diapositivas puede reducir la asistencia y el rendimiento a una clase, mientras que presentaciones presentaciones sobrecargadas generan distracción en los estudiantes. Platatormas para generar contenidos y test interactivos también entrentan escepticismo, ya que los estudios sugieren que estas tecnologías no siempre cumplen sus promesas promesas educativas.
A pesar de la modernización de las aulas con dispositivos de última generación, la evidencia cientítica señala que los métodos tradicionales -como la pizarra, el cuaderno y el lápizsiguen siendo más etectivos para el aprendizaje, La tecnología, tecnología, aunque útil en ciertos contextos, no ha demostrado superar las ventajas pedagógicas de as herramientas clásicas, invitando a retíexiovar retíexiovar sobre su uso equilibrado en la educación. ALEJANDRO CATALDO Académico de la Facultad de Economía y Negocios Universidad de Talca.