Autor: CAMILA FIGUEROA
Jueza ordena alejamiento virtual a ex pololos durante un año
La mujer saltó sobre la camioneta de su antiguo novio y luego la estrelló contra un portón )) “A las personas le afecta que dañen ese espacio porque afecta el cómo te gustaría ser visto” Daniel Halpern. Los pololos acordaron no acercarse de manera virtual ni física. Es una orden de alejamiento, evitar que se acerque a mí y a mi círculo, principalmente. Temo por la eventual funa en redes sociales”, exclamó un desesperado hombre en el Juzgado de Garantía de San Antonio. La noche del sábado, una ex pareja de pololos discutió en algún recóndito lugar del litoral central. La mujer, relató la fiscal Karina Franco, tras una verborrea de insultos, subió al techo de la camioneta de su ex y saltó sin parar hasta dejarla casi completamente abollada. Además, encendió el motor del vehículo, puso marcha atrás y estrelló la camioneta contra el portón de la casa de su ex pololo. El, impávido frente a la ira de la mujer, llamó a Carabineros y se la llevaron detenida. La mujer tuvo el control de detención, ante la jueza María de Los Ángeles Ceardi, la mañana del domingo. “Encuentro que es un locura estar sentada acá”, le dijo la mujer a la jueza. “Si usted lo encuentra una locura, los hechos no debieran haberse producido”, respondió la jueza. C o que a mi me gustaría solicitar Mantener la reputación virtual “El Ministerio Público la está formalizando. Para que usted evite ir a juicio y sea eventualmente condenada o absuelta, se le está ofreciendo una salida alternativa que se llama acuerdo reparatorio”, le explicó la jueza a la mujer. Ese acuerdo reparatorio, mencionó la fiscal Franco, consistía en tres peticiones que debía cumplir la mujer: pedir disculpas públicas en la audiencia, alejarse físicamente y no mencionarlo en redes sociales. Todo eso, por un año. "Quiero que se aleje y que no se refiera a mí en redes sociales”, le repitió el hombre a la jueza, quien finalmente aprobó el acuerdo reparatorio. “La imputada se compromete a no acercársele más y a ninguno de sus familiares, además de no hacer mención de él ni de sus familiares en ninguna red social”, dijo Ceardi al finalizar la audiencia. Daniel Halpern, académico de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica, entiende la preocupación del hombre por su imagen virtual. “Las cosas que nos afectan son las que nos importan. Entonces, ¿por qué a ese hombre le importa tanto que en un mundo virtual, intangible, se puedan decir cosas sobre él?”, reflexionó el doctor en Comunicaciones de la Universidad de Rutgers. Halpern explicó que la respuesta tiene relación con que gran parte de la vida de las personas es impactada por lo que sucede en lo virtual. “Uno podría pensar que es solo un mensajito, pero ese mensajito puede desarmar la vida de alguien. Para entenderlo, existe el concepto de identidad, que es cómo yo me veo; y el de imagen, que se define en cómo me ven los demás. El cómo me ven los otros impacta en cómo me veo yo”, describió. La mayoría de los usuarios de redes sociales, dijo Halpern, ponen su mejor perspectiva en esa realidad virtual. Una especie de fantasía, en la que es posible validarse y proyectar un ideal de persona y pensamiento. “A las personas le afecta que dañen ese espacio, porque afecta el cómo te gustaría ser visto. Si empiezan a hablar mal de mí, uno podría creer eso realmente. Así de grande es el impacto. Piensa que mucha gente conoce a otros a través de aplicaciones. Estos comentarios pueden afectarles su reputación, son puntos negativos”, advirtió. Juan Carlos Lara, director de Investigación y Políticas Públicas de Derechos Digitales, agregó que la restricción de no mencionar al ex pololo por un año es un tanto excesiva. “Si uno lo mira desde afuera, si esto fuera impuesto por un juez (fue un acuerdo de ex pololos, ratificado por un juez), sería una restricción prácticamente inaceptable de la libertad de expresión. Hay fallos que dicen que las personas no deben publicar información de ciertas características, que difamen o afecten la honra de otro, por ejemplo.
Cuando se trata de (si el acuerdo estableciera) ninguna forma de expresión, también limitamos la capacidad de hablar de una persona, incluso con fines contrarios a la deshonra”, dijo el abogado de la Universidad de Chile y magíster en Derecho y Tecnología de la Universidad de California, Berkeley. La ex pareja llegó a un acuerdo reparatorio. El hombre pidió que ella no escribiera nada de Él en redes sociales. Rafael Gumucio Privado de tu vida L a existencia -o más bien las existencias virtualesa la que nos llevan las redes sociales nos están obligando a replantear lo que antaño llamábamos vida privada. Primero, porque no es ya privada, y luego porque ya no es nuestra vida sino otra que, con nuestro nombre, respira su propio aire y avanza a su propio ritmo. Los sentimientos expuestos, impuestos y sobrepuestos escasamente pueden resultar los mismos que los que se vivían a susurros y suspiros en cartas recónditas en tinta invisible. Todo ahora dura y permanece más. Todo es más Nuestra vida ya no es privada. Tampoco es nuestra vida sino otra que, con nuestro nombre, respira su propio aire y avanza a su propio ritmo. Personal y más social. Todo ocurre delante del mundo. Y no hay secreto y, sobre todo, no hay silencio. Venganza hay. Y angustia y miedo, pero en el apuro permanente apenas hay tiempo para sentirlo. Hay que actuarlo, gritarlo, publicarlo como un libro abierto que cubre el mundo entero, repartiendo a los cuatros vientos la nada y la cosa ninguna. Sentir, entonces, se vuelve imposible; y no sentir resulta improbable. Hay que estar y volver a estar, hasta que ese olvido, que se llama distracción, haga que todos pasen -de nuevoa Otra cosa.