Autor: ING. MARCELO ALIAGA QUEZADA marcelo@aliaga.cl
Columnas de Opinión: De Romeral a Licantén, de la lava al agua
Columnas de Opinión: De Romeral a Licantén, de la lava al agua hacer megaproyectos, pares viales, bypasses, etcéterabien podríamos redirigir los esfuerzos por beneficiar una vez más al automóvil para pasar a beneficiar a ciudades completas que se ven inundadas una y otra vez.
Intentemos gestionar profesionalmente los flujos de agua, especialmente en los lugares más conflictivos, invirtamos esos miles de millones en proteger ciudades que siguen teniendo probabilidad de pérdida completa, pongamos el talento, el concreto y constructoras a disposición de anticipar lo que una y otra vez nos sigue pasando. Pongamos las fichas del RS en salvar vidas y no en incitar arriesgarlas en pistas de carrema públicas.
Solo en (des) control de personas tenemos tres casos en tres semanas de incidencias sin anticipar: asado privado en nieves de Romeral, asado en dependencias fronterizas de Paso Vergara y arrieros varados a su suerte en la nieve. Al otro extremo, un corte de electricidad dejó sin agua, sin conectividad y sin bomberos a toda la costa. Sinceremos el riesgo para partir por exponer la fragilidad institucional, la apuesta reactiva y el descontrol. Todo bien con dar señales de tranquilidad a la comunidad, por Ley, pero en Licanten volverán a la vigilia en el próximo temporal. Solo por el agua, no por la lava.
Los volcanes se han tomado la agenda tanto por el lado chileno como por el lado argentino, en eso que antes llamaban "macrozona Maule Mendoza". Para dimensionar magnitudes, consideremos que en récords de erupciones anteriores, una distancia amplia de rocas devenidas en proyectiles podrian alcanzar distancias de entre 20 a 30 kilómetros del cráter. Quizá Los Queñes podría acercarse a esa distancia. Los centros urbanos más densos están mucho más lejos que esto. En cuanto a la lava, en un lento flujo podría llegar a unos 60 kilómetros, siguiendo la ruta de la gravedad.
Asi las cosas y viendo lo que ya ha pasado en erupciones anteriores frente a Curicó, las mayores consecuencias a primera vista podrían provenir de la ceniza volcánica y su impacto en el devenir doméstico y productivo, en lluvias, gases, restricción aeronáutica, daño a terrenos cultivables, en fin. Distinto es un lahar. Un flujo asociado a la actividad volcánica, más destructivo que todos los efectos predichos. Porque mezcla sedimento, agua y lo que esté a su paso. Volvemos entonces a nuestra frecuente visitante, el agua y la deuda permanente por ser gestionada de forma efectiva. Durante el Siglo XX, en el caso del Planchon, se cuenta una decena de erupciones, mientras que hemos perdido ciudades completas por la incapacidad de proyectar el control anual del agua.
Por eso la definición legal de reunión de las máximas autoridades vinculadas a la emergencia parece un ápice alejada de la realidad, entregando una sensación de control de riesgo frente a un riesgo aún más impredecible e inmanejable. Favorablemente, no construimos al lado del volcán, como si solemos hacerlo al lado del rio o frente al mar.
Hemos dicho acá que si ansiamos generar empleo y obras públicas, especialmente afines a la construcción -como nos encanta Intentemos gestionar profesionalmente los flujos de agua, especialmente en los lugares más conflictivos, invirtamos esos miles de millones en proteger ciudades que siguen teniendo probabilidad de pérdida completa.. Intentemos gestionar profesionalmente los flujos de agua, especialmente en los lugares más conflictivos, invirtamos esos miles de millones en proteger ciudades que siguen teniendo probabilidad de pérdida completa.