Autor: GABRIEL ORMEÑO PRESIDENTE IMPPA
Columnas de Opinión: Lo que Chile puede aprender de Marruecos
Columnas de Opinión: Lo que Chile puede aprender de Marruecos Marruecos ha desarrollado una política agrícola ambiciosa y estratégica que ha transformado significativamente sus zonas de secano, caracterizadas por una escasez estructural de agua y baja productividad. A través del Plan Marruecos Verde y otras iniciativas públicas, el país ha implementado un modelo de desarrollo rural que hoy convierte a la agricultura en su principal fuente de ingreso. Este modelo podría ser fuente de inspiración para países como Chile, que enfrentan desafíos similares en vastas extensiones secas, pero que aún carecen de políticas integradas y eficaces.
Uno de los pilares de la estrategia marroquí ha sido la construcción de embalses de acopio para capturar aguas de lluvia, deshielos y escurrimientos invernales, lo que ha permitido la disponibilidad de agua durante la temporada seca.
Este sistema se complementa con la instalación de acumuladores y una red de canales de distribución, lo que no solo asegura el riego, sino que permite revitalizar miles de hectáreas de tierra anteriormente abandonadas por la falta de agua. La política agrícola en estas zonas secas no se limita al riego, sino que también ha promovido una diversificación de cultivos resistentes y rentables: cereales, olivos, leguminosas, cítricos, entre otros. Además, se ha impulsado la integración ganadera con especies adaptadas como los ovinos y caprinos, fortaleciendo tanto la agricultura campesina como los proyectos de mediana y gran escala. Con estas bases, Marruecos dio un paso más: la incorporación de cultivos de exportación, como los olivos y granados, tomates, cítricos y productos con valor agregado, desarrollando una agroindustria competitiva a nivel internacional. Esto ha convertido a la agricultura no solo en motor de crecimiento económico, sino en un eje de desarrollo territorial, inclusión social y lucha contra la desertificación.
La pregunta inevitable es: ¿ por qué Chile, con una vasta superficie de secano, no ha seguido un camino similar? Chile posee un enorme potencial en sus regiones centro y norte para aprovechar aguas de invierno, cuencas estacionales y humedales andinos mediante pequeñas represas, acumuladores, infraestructura de distribución y tecnología de riego eficiente. Sin embargo, las políticas públicas han sido fragmentadas, cortoplacistas y centralizadas, sin una visión territorial ni una estrategia de Estado que articule al sector agrícola con el hídrico, energético y medioambiental.
El discurso de “Chile potencia agroalimentaria” ha sido más retórico que efectivo, ya que no se ha traducido en acciones estructurales en las zonas de secano, donde el abandono rural, el éxodo de agricultores y la desertificación avanzan. A diferencia de Marruecos, no se ha establecido una política clara para el aprovechamiento productivo del agua, la diversificación agrícola inteligente ni la incorporación progresiva de sistemas ganaderos sostenibles. Reflexión final: El modelo marroquí demuestra que con visión estratégica, inversión en infraestructura y políticas de fomento articuladas es posible convertir territorios secos y marginales en polos agrícolas dinámicos. Chile, con su experiencia técnica, diversidad agroclimática y acceso a tecnología, tiene incluso mayores ventajas comparativas.
La lección es clara: No basta con proclamar que Chile será una potencia agroalimentaria; se requiere una voluntad política real, con acciones concretas que empiecen en el secano y apunten a un desarrollo rural inclusivo, resiliente y orientado a la exportación. Marruecos ya lo hizo. ¿Qué estamos esperando?.