COLUMNAS DE OPINIÓN: El Chile que viene
COLUMNAS DE OPINIÓN: El Chile que viene Estamos viviendo un momento crucial en la historia de Chile. El país desea vivir en paz, poder trabajar y prosperar, dejar atrás la etapa de inseguridad, decadencia y un progreso detenido, entre la maraña burocrática, la ausencia de energías y la ideologización. Los chilenos piden un gobierno de emergencia, que logre dar un vuelco decisivo hacia el futuro. La crisis global que vive el país no puede enfrentarse con debilidad o con diagnósticos interesados, woke o simplemente ciegos ante la realidad. Los problemas son múltiples, con violencia y malos resultados en muchos establecimientos educacionales, listas de espera indignas e interminables en salud, falta de vivienda y proliferación de campamentos.
A ello se suma una economía detenida y que solo creó ¡ 141 empleos en el último año! A esta penosa mediocridad, muy distante de las reales posibilidades del país, se suma un problema mayor, relacionado con el avance del crimen organizado y el descontrol migratorio, que terminan haciendo de Chile un país fácil para quienes delinquen, asesinan y secuestran, mientras encuentran más dificultades quienes buscan trabajo y mejores condiciones de vida para sus familias. Cada semana nos vemos sorprendidos por anuncios de muertes de niños, la actuación de bandas criminales y problemas con el comercio ilegal. Podemos observar esta realidad con la misma indolencia que hemos visto tantas veces en los últimos años. Algunos pensarán que son exageraciones o mirar solamente el vaso medio vacío.
Sin embargo, esta vez la situación es diferente, como lo saben los millones de chilenos que sufren la inseguridad, los cientos de miles de jóvenes que no encuentran empleo, esa gente honesta que busca trabajar o estudiar y que enfrenta al narcotráfico y la violencia con un apoyo estatal insuficiente. Por eso Chile necesita un gobierno de emergencia, que actúe con sentido de urgencia, determinación y sin complejos.
Donde las autoridades trabajen al servicio de la gente y no del partido de turno, donde las cuotas de cargos para operadores sean parte del pasado y los recursos lleguen directamente a las personas más necesitadas.
Más que recurrir a los "cuadros políticos" a los que se hacía referencia en estos días, en un gobierno de José Antonio Kast se sumará a las personas que tengan talento, preparación, valentía y convicción para enfrentar la crisis generalizada, independiente de su militancia política. Cuando los países enfrentan desafíos como los que tiene Chile hoy, emergen varias alternativas, que van desde los diagnósticos equivocados hasta la incapacidad de liderar y revertir la situación. Hay otras posibilidades, ciertamente malas y destructivas, como la violencia, aunque también fracasadas como las utopías llenas de promesas y tristes realidades.
Pero también existen otras opciones, que aparecen cuando un pueblo cansado, pero maduro, emprende el camino hacia el futuro con decisión, consciente de que la tarea es difícil, pero convencido de que es necesario trabajar y superar las dificultades para llegar a la meta.
Esta es la situación actual de Chile, país cansado, pero esperanzado, con gente dispuesta a dar vuelta el partido y asumir el futuro no como una fatalidad, sino convencidos de que las cosas irán mejor si trabajamos unidos. Este es el contexto en el cual se desarrollarán las elecciones presidenciales y parlamentarias de este 2025. Asumimos los desafíos presentes con entera convicción y responsabilidad.
Los Republicanos nos hemos preparado durante años para gobernar y hemos recorrido Chile con pasión, escuchando y trabajando, con diagnósticos claros, programas de acción y un liderazgo que tiene las condiciones para dirigir al país en este gobierno de emergencia. Frente a las dificultades y amenazas, José Antonio Kast ha dicho muy claro: "No nos van a amedrentar, porque no les tenemos miedo.
Chile necesita un cambio, un cambio radical, que permita terminar con este gobierno de izquierda fracasado, y comenzar a construir las bases de un Chile más libre, más seguro y que progresa económicamente para todos". Es verdad: si la fuerza de Chile se pone de pie, ni las funas, ni las mentiras, ni la violencia podrán detener el progreso. Y el gobierno de José Antonio Kast nos permitirá mirar el futuro con ojos distintos, sabiendo que no estamos condenados a la decadencia. El cambio de rumbo ya empezó y por eso nuestros compatriotas pueden mirar el futuro con esperanza.
Un diagnóstico crudo no es una mala noticia, sino el anticipo del cambio que viene, una muestra de determinación de quienes se resisten a seguir viviendo en la mediocridad, de quienes aspiran a vivir en un país seguro, que progrese y que tiene sueños de grandeza, porque sabe que sus posibilidades son muy superiores a la compleja situación que hemos sufrido estos años.
El Chile que viene "... más que recurrir a los `cuadros políticos' a los que se hacía referencia en estos días, en un gobierno de José Antonio Kast se sumará a las personas que tengan talento, preparación, valentía y convicción para enfrentar la crisis generalizada, independiente de su militancia política... ". ARTURO SQUELLA Presidente Partido Republicano. -