Columnas de Opinión: Nadie puede solo
Columnas de Opinión: Nadie puede solo OPINIÓN Hace unos días, un cliente fundador de una fintech de asesoría de inversión me comentó: “Hablamos de inclusión financiera, pero lo primero es la educación financiera. Queremos empujarla, pero no podemos solos. Falta un puente”. Ese puente son las alianzas estratégicas entre empresas y organizaciones sin fines de lucro.
Desde la Rerum novarum de León XIII en 1891 y, en Chile, con pioneras como doña Juana Ross Edwards, quien en esa época construyó hospitales y escuelas sabemos que ambos mundos son parte del mismo tejido. Hoy, sin embargo, las empresas no apoyan a cualquiera y las fundaciones no pueden esperar recursos solo apelando al corazón. En un seminario del ESE Business School se reveló que el 57% de las fundaciones percibe menos colaboración empresarial que antes. Pero el interés sigue ahí, aunque la pregunta ya no es “¿ quién necesita ayuda?”, sino “¿ quién puede ayudarnos a resolver un problema que también es nuestro?”. Ahí está el desafío. La fundación que toque la puerta de una empresa debe llegar con un modelo comercial definido y una propuesta de valor alineada con las prioridades de la compañía. No basta con decir “somos buenos”, sino comunicar que se es bueno en algo que a la empresa le importa. No es pedir favores, sino mostrar propósito, convicción y capacidad de ejecución. Para esto, el modelo startup es un buen referente. Aunque su tasa de fracaso triplica a la de las fundaciones, las startups que tienen un modelo claro y un relato potente siguen obteniendo financiamiento. Una fundación debe hacer lo mismo: entender a fondo los dolores de la empresa antes de presentar su propuesta. La educación fin a n c i e r a e s u n ejemplo. Para una fintech, que las personas no entiendan sus productos es un problema real. Chile está bajo el promedio OCDE en esta materia, y enseñar a ahorrar es tan importante como fomentar el deporte y la alimentación saludable. Llevar una vida financiera ordenada, a la larga, da bienestar y libertad. Pero nadie puede solo.
Para lograr sus propósitos, las organizaciones sin fines de lucro y las empresas necesitan vincularse mediante alianzas basadas en la confianza y la transparencia, generando círculos virtuosos que ayuden a resolver problemas que el Estado no logra abordar solo. La Teletón lo demuestra.
Una causa clara unida a la banca y a los medios se transformó en una fórmula ganadora que hoy es sinónimo de Chile. ¿Y si creamos la “Teletón” de la educación financiera? Porque, insisto, para que haya inclusión, primero tiene que haber educación. Sí, el 90% de las veces la respuesta será un “no”, pero el 10% que dice “sí” puede cambiarlo todo.
El Papa Francisco lo reafirmó: “El empresario es fundamental en toda buena economía, pero no hay buena economía sin buenos empresarios”. Yo, respetuosamente, agregaría: “Y sin buenos aliados”. ¿Quién se anima? n ¿ Y si creamos la “Teletón” de la educación financiera? Porque, insisto, para que haya inclusión, primero tiene que haber educación.. ¿Y si creamos la “Teletón” de la educación financiera? Porque, insisto, para que haya inclusión, primero tiene que haber educación. MATÍAS VALENZUELA ABOGADO