EDITORIAL: Energía para crecer
EDITORIAL: Energía para crecer calidad de vida dependende una infraestructura In una región como Nuble, donde el desarrollo económico, la innovación productiva y la mejora en moderna y confiable, el anuncio de la Comisión Nacional de Energia (CNE) sobre la incorporación de dos nuevas subestaciones eléctricas en su"Propuesta preliminar de obras necesarias y urgences 2025" no solo es una buena noticia, es una respuesta a una necesidad largamente postergada que por fin empieza a materializarse. Nuble ha vivido, durante la última década, un proceso sostenido de transformación. El crecimiento urbano en Chillin, el impulso agroindustrial, el auge del turismo rural en el Valle del Itata y la proyección logistica de su ubicación estratégica han elevado sostenidamente la demanda energética. Sin embargo, la red de transmisión que sostiene este desarrollo presenta un rezago que ha puesto en jaque el dinamismo regional. Líneas operando al limite, cortes reiterados en zonas rurales y una notoria incapacidad para responder a nuevos proyectos de inversión energética dibujan un panorama estancado. La inclusión de las subestaciones Punilla (San Carlos) y Quinchamali (Chillan) representa un avance concreto hacia una red eléctrica más sólida. Se trata de inversiones que superan los US$ 27 millones y que, de acuerdo con el cronograma de la nueva Ley de Transición Energética, deberian estar operativas en 2030. Esto no solo aliviará la sobrecarga actual de las lineas, sino que permitira atender una demanda creciente con mejores estándares de calidad y continuidad. Detrás de estas cifras y siglas técnicas, hay realidades muy tangibles. La subestación Punilla beneficiará directamente a sectores históricamente postergados como San Fabián, cuyos habitantes, muchas veces, han debido enfrentar un suministro deficiente en pleno invierno cordillerano. Más aun, esta infraestructura podria proyectar su cobertura hacia otras comunas rurales como Coihueco, fortaleciendo un sector agricola clave para la región. La subestación Quinchamali, por su parte, responde a una necesidad largamente diagnosticada. Es la zona sur de Nuble (Bulnes, Quillon, Ranquil) la que ha sufrido mas severamente las consecuencias de una red saturada. La obra permitirá redistribuir cargas, liberar capacidad en la linea Charrua-Chillin y, con ello, dar viabilidad a decenas de proyectos de inversion que hoy esperan, en pausa, una factibilidad energetica que no existe. La inclusión de estos proyectos en la categoria de "obras necesarias y urgentes" implica, además, un cambio importante en el modo de hacer política publica. Por primera vez, la CNE acoge una propuesta regional como la de Copelec, que desde 2023 empujó técnicamente la iniciativa Quinchamali, dándole voz a una empresa local que conoce de cerca las carencias del sistema. Que este proyecto sea ahora considerado eficiente tanto técnica como economicamente por la CNE, revela que el Estado puede -y debeescuchar al territorio,. Por supuesto, este es solo el comienzo. Si bien el decreto que oficializa su licitación se espera para este año, aun quedan etapas: observaciones, informes de conformidad y ajustes técnicos. Yluego, la ejecución: 48 meses de trabajos que requerirán coordinación, fiscalización y voluntad politica sostenida.
Es crucial que estas obras no se transformen en promesas demoradas o incumplidas, como tantas veces ha ocurrido.. La inclusión de las subestaciones Punilla (San Carlos) y Quinchamali (Chillán) representa un avance concreto hacia una red eléctrica regional más sólida. Se trata de inversiones que superan los US$ 27 millones y que, de acuerdo con el cronograma de la nueva Ley de Transición Energética, deberían estar operativas en 2030. Esto no solo aliviará la sobrecarga actual de las líneas, sino que permitirá atender una demanda creciente con mejores estándares de calidad y continuidad. EDITORIAL