Pena de muerte
Pena de muerte Señor Director: Las declaraciones del gobernador de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, sobre la pena de muerte, reabren nuevamente un debate que es un retroceso civilizatorio para nuestra democracia.
Es importante recordar que la pena de muerte desde el 2001 asido parcialmente derogada olo sigue vigente en el Códig de Justicia Militar para los tiemos de guerra en nuestro orde namiento jurídico, existiendo e ramitación diversos proyectos de ley para derogarla completaente. Ello debe ser complecon el artículo 4 de la onvención Sobre Derechos Humanos, que señala expresamente que en los Esta dos que la pena de muerte se ha ya abolido, esta no podrá reesta blecerse.
Infringir dicha disposi ión implicaría el incumpliiento de obligacione: internacionales para el Estado Desde el ámbito de la política riminal, no existen estudios que aseguren que la pena de muerte funcione como disuasivo para la omisión de crímenes y delitos En esta línea, declaraciones de defensa o de reapertura del debae sobre la pena de muerte po parte de las autoridades carece absolutamente de sustento técnio y solo apuntan a promove desmesuradamente el populismo penal y una lógica de terraplanismo en materia de derechos humanos, En un contexto donde la seguridad es una de las principales preocupaciones de la población, no solo es deber de las autoridades atender dichas deandas, sino que también hacerlos en consonancia con los derechos humanos y la evidencia empírica.
El Salvador es un ejemplo clarísimo de esta grave situa de esta naturaleza proliferen cor el objetivo de captar al electorao y crear falsas soluciones a problemas que requieren soluciones ido testigo por décadas del poulismo penal y la existencia d políticas criminales ineficientes es momento de parar y corre