Autor: JUDITH HERRERA C.
Madres jóvenes de nacionalidad extranjera se concentran en regiones del norte del país
En zonas como Tarapacá, Antofagasta y Arica, los nacimientos están marcados por la presencia de madres inmigrantes. En tanto, en la RM la maternidad se desplaza hasta pasados los 30 años. Los recientes resultados del Censo 2024 sobre fecundidad confirman la crisis de natalidad que experimenta Chile, y ofrecen una perspectiva en cada una de las regiones. Si en el norte destacan las madres jóvenes, muchas extranjeras, en la Región Metropolitana (RM) se consolida la tendencia de postergar la maternidad, especialmente en comunas de nivel socioeconómico más alto. Un análisis realizado por el Centro de Conocimiento e Investigación en Personas Mayores (Cipem) de la U. Del Desarrollo y Los Héroes, muestra que en regiones como Tarapacá, Antofagasta y Arica y Parinacota la maternidad está marcada por una fuerte presencia de inmigrantes en edad fértil, en especial madres jóvenes. Patrones similares al Chile de hace décadas En Tarapacá, por ejemplo, el 57,2 % de las progenitoras adolescentes, es decir, mujeres de entre 15 y 19 años con al menos un hijo, son foráneas.
En Arica, ese grupo representa un 49,8 %, y en Antofagasta, el 52,9 %. Esos porcentajes son mayores que el promedio nacional de madres extranjeras en esa misma categoría, que llega a un 24,5 %, y muestran una realidad específica: en el norte, la maternidad sigue ocurriendo a edades tempranas y en un perfil social en su mayoría foránea.
Mauricio Apablaza, director de Investigación del Cipem, plantea que “no se trata de que este grupo haya aumentado su fecundidad, sino que mantiene patrones similares a los observados en Chile hace una década, mientras que el resto de la población ha modificado su conducta reproductiva hacia una materni- - DISPARES REALIDADES. — Mientras el norte enfrenta déficits en prevención del embarazo adolescente, la zona central presenta barreras estructurales que dificultan la concreción de proyectos familiares. 57,2 % de las madres adolescentes en Tarapacá, de entre 15 y 19 años, son extranjeras. 53,5 % de las mujeres de la RM entre 15 y 49 años ha tenido hijos, la cifra más baja del país.
Análisis muestra diferencias etarias en fenómeno de la fecundidad en Chile, según datos del Censo 2024: £6 Más allá del diseño de políticas nacionales de natalidad, resulta crucial contar con mecanismos que permitan traducir dichas políticas en estrategias”. MAURICIO APABLAZA DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN DEL CIPEM UDD-LOS HÉROES 66 La precariedad habitacional, la residencia en campamentos y la migración irregular intensifican la exclusión social”. MÓNICA SOTO ACADÉMICA DE LA U. ALBERTO HURTADO dad más tardía”. Mónica Soto, académica de Economía de la U.
Alberto Hurtado, precisa que este fenómeno no puede entenderse solo por las decisiones individuales, “sino que responde a un entramado de factores estructurales que requieren una atención urgente”. Advierte que “la precariedad habitacional, la residencia en campamentos y la migración irregular intensifican la exclusión social, limitando gravemente el acceso a educación sexual, servicios de salud reproductiva y redes de protección”. Para Matías Gómez, director del Laboratorio de Conversación Pública de la U.
Central, “hoy en la juventud chilena, respecto de la extranjera, existen horizontes disímiles sobre las expectativas futuras”. Dice que, por ejemplo, los chilenos tienden a retrasar la formación de familia, mientras que en los foráneos “sí se contempla en sus proyectos de vida tempranos”. En cambio, el fenómeno en la RM es el opuesto: la maternidad se posterga cada vez más, ya que solo el 53,5 % de las mujeres entre15 y 49 años ha tenido hijos, la cifra más baja del país.
En comunas como Providencia, esa proporción cae al 31,5 %. Según plantea el análisis, esto no necesariamente refleja una visión negativa hacia la maternidad, sino una postergación cada vez más marcada, influida por el acceso a educación superior, las exigencias laborales y la falta de redes de cuidado. Las santiaguinas que optan por ser madres lo hacen mayoritariamente pasados los 30 años.
De acuerdo con el estudio, se trata de una decisión influida por la necesidad de estabilidad económica y profesional, que sin embargo también tiene consecuencias demográficas: la fecundidad total disminuye, y el promedio de hijos por mujer se reduce.
Apablaza comenta que la tendencia se configura también a raíz de “la precariedad laboral persistente, la crisis habitacional y la insuficiencia de servicios de cuidado infantil accesibles y de calidad”. Concuerda Paola Contreras, docente de Educación y Humanidades de la U.
De Tarapacá, quien añade como factor en la capital “una transformación cultural: muchas mujeres priorizan su autonomía y desarrollo profesional antes de asumir la maternidad”. medidas de acuerdo con los fenómenos Según el análisis, el contraste entre el norte y el centro del país deja claro que las políticas públicas no pueden ser homogéneas. Donde hay maternidad joven e inmigrante, se necesitan servicios de salud accesibles, educación sexual, y protección social. Mientras, donde hay postergación, la urgencia está en la conciliación trabajo-familia, acceso a jardines infantiles y viviendas compatibles con la crianza.
También apunta a que mientras la macrozona norte enfrenta déficits en prevención del embarazo adolescente, la zona central presenta barreras estructurales que dificultan la concreción de proyectos familiares deseados, especialmente entre mujeres que postergan la maternidad por razones educativas, laborales o económicas. “Más allá del diseño de políticas nacionales de natalidad, resulta crucial contar con mecanismos que permitan traducir dichas políticas en estrategias locales efectivas. Esto exige avanzar hacia una gobernanza participativa”, añade Apablaza.
“Las políticas públicas deben ser multidimensionales y sensibles a la realidad territorial”, señala Soto, y dice que, por ejemplo, en el norte se debe “reforzar la atención primaria de salud, garantizando la presencia de equipos interculturales y estrategias específicas de prevención del embarazo adolescente”. Mientras, Contreras señala que en la capital se deben priorizar “medidas que reduzcan el costo de oportunidad de la maternidad, como subsidios al cuidado, flexibilidad laboral, y vivienda accesible para familias jóvenes”.