Autor: Mario Inzulza S.J. Teólogo; profesor Facultad de Teología Pontificia Universidad Católica de Chile
P. SAMUEL FERNÁNDEZ: «La iglesia debe estar unida, pero al modo de Dios»
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SAMUEL FERNÁNDEZ: «La iglesia debe estar unida, pero al modo de Dios» «La iglesia debe estar unida, pero al modo de Dios» Académico de reconocida trayectoria en el estudio de los primeros tiempos del cristianismo, se refiere a lo tratado en el Concilio de Nicea, efectuado hace 1.700 años. «Si la unidad de Dios es el modelo de la unidad de la Iglesia, debemos afirmar que la diversidad entre los creyentes no es una amenaza a la unidad, sino su sustento», expresa. Mario Inzulza S.J.
Teólogo; profesor Facultad de Teología Pontificia Universidad Católica de Chile El primer viaje oficial fuera de Italia del papa León xiv muy posiblemente será a fines de noviembre a la ciudad turca de Iznik, que hace 1.700 años, cuando tenía el nombre de Nicea, acogió al primer concilio ecuménico.
Aunque al cierre de la presente edición de Mensaje esto no era aún confirmado, el pontífice ha manifestado su interés en estar presente en la correspondiente conmemoración y encontrarse allí con el patriarca de Constantinopla, Bartolomé, y Bartolomé, y los máximos representantes de la Iglesia ortodoxa.
A comienzos de junio, el papa se reunió con los asistentes a un simposio ecuménico organizado por la Asociación InternacionalTeológica Ortodoxay realizado en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, en Roma, ante quienes expresó que «el Concilio de Nicea es una brújula que debe seguir sirviéndonos de guía hacia la plena unidad visible de todos los cristianos; siendo fundamental fundamental para el itinerario común que católicos y ortodoxos han emprendido juntos desde el Concilio Vaticano ti». Y recalcó que aquel encuentro, efectuado el año 325, inauguró inauguró «un camino sinodal» que hoy se debe reforzar.
Sin embargo, ese tema es solo uno de los varios a destacar de ese hito para la Iglesia, sobre el cual dialogamos dialogamos con el sacerdote y profesor Samuel Fernández, en su oficina de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Es doctor en teología, siendo su área de investigación la Patrística es decir, la reflexión de los primeros pensadores cristianos, y su actividad académica en esa área ha sido reconocida, entre otras instancias, por su incorporación como miembro de número en la Academia Chilena de Historia.
Al comenzar el diálogo, nos relata que en abril ya estuvo en la mencionada ciudad de Turquía, en un encuentro internacional dedicado a recordar el concilio: El Patriarcado de Constantinopla organizó una semana de estudio a la que invitó a profesores de varias tradiciones cristianascatólicos, protestantes, anglicanos, metodistas, ortodoxos, etc. a compartir nuestras reflexiones reflexiones sobre el concilio de Nicea. De hecho, este concilio es aceptado prácticamente por todas las tradiciones cristianas. Junto con la Biblia, Nicea es un punto de referencia y de encuentro de todas estas tradiciones. En esa oportunidad presenté los frutos de mi último libro, consagrado justamente justamente a este concilio: Fontes nicaenae synodi. Las fuentes contemporáneas para el estudio del Concilio de Nicea. ,Qué explica que se haya realizado este concilio? Partamos por algo general. Desde el inicio del cristianismo han existido discrepancias entre las diversas comunidades; por ejemplo, Pedroy Pablo se dieron cita en Jerusalén (so) para discutir si los gentiles convertidos al, Fontes Isicaenae sgnodi. Lasf uentes contemporáneas para el estudio del ConciliodeNicea, Editorial Sígueme, Salamanca, 2025,400 páginas.. P. SAMUEL FERNÁNDEZ: «La iglesia debe estar unida, pero al modo de Dios» cristianismo debían cumplirlas leyes judías. Hubo que encontrar rápidamente modos institucionales de resolver los desacuerdos tanto doctrinales como disciplinares que iban apareciendo. Así, la naciente Iglesia «copió» creativamente creativamente el modo de resolver las discrepancias que existían en su tiempo: el debate filosófico y el modelo del tribunal romano. Al combinar estos dos modelos, empezaron a surgir reuniones sistemáticas en las que la comunidad creyente tomaba decisiones o zanjaba desavenencias en los modos de vivir la fe. Primero, estas reuniones eran muy informales; después, se fueron organizando mejor.
Así nacieron los sínodos o concilios: palabras latina y griega para decir «reunión de obispos». Unificar la Iglesia Cómo es posible sintetizar los objetivos que asumió este concilio? Nuevamente, algo de contexto: antes del añ0312, el cristianismo era una religión de pequeñas comunidades; muchas de ellas, perseguidas por manifestar públicamente su fe. Pero en ese año, sucede algo que cambiaría el destino del cristianismo de manera decisiva: los emperadores Constantino y Licinio aceptan oficialmente la legitimidad del cristianismo en el Imperio. Especialmente Constantino Constantino consideró que su deber como emperador era apoyar el desarrollo de la Iglesia y comenzó a intervenir mucho en cosas eclesiales, a veces por petición de los obispos. De hecho, Constantino es quien convoca al Concilio en Nicea. ¿Su objetivo? Unificar la Iglesia frente a una potencial potencial división. Esta necesidad de unidad tenía, al menos, dos niveles. Por un lado, había discrepancias jurídicas.
Era necesario acordar, por ejemplo, la jurisdicción de los obispos para conceder el episcopado a otros obispos, o bien tener una fecha común para la celebración de la Pascua tanto en la Iglesia oriental como en la occidental. Y, por otro lado, había discrepancias doctrinales, donde la principal era la identidad divina de Jesús. De hecho, el emperador convoca este concilio fundamentalmente para zanjar esta controversia en torno a Jesús, la cual se conoce como la «crisis arriana». Debate teológico con consecuencias decisivas último.
De hecho, el Concilio de Nicea es conocido por esto Arrio fue un presbítero cristiano originario de Alejandría, que se hizo conocido, a través de su predicación e himnos litúrgicos, por su interpretación sobre la naturaleza de Jesús. A sujuicio, el Hijo no era eterno como el Padre, sino que el Hijo «aparece» cuando Dios decidió crear el mundo. Esta idea provocó una crisis que exigía una definición clara para evitar una división al interior de la Iglesia. T «La fe de Nicea no fue unpuntofinal, sino un nuevo inicio en la comprensión del ser de Dios revelado por Jesús». En este debate, nos encontramos con dos grandes teorías. Por un lado, la teoría de Arrio: el Hijo ha sido generado por el Padre al momento de crear. Antes de la creación, Dios está originalmente solo; al momento de crear, Dios «se vuelve» Padre al generar al Hijo. Y la otra teoría es la doctrina proveniente de Orígenes, teólogo del siglo III: tanto el Padre como el hijo son coeternos; no existe un instante en que Dios no sea Padre e Hijo.
El problema, entonces, ¿era si Dios es Trinidad? A riesgo de ser extremadamente abstracto, yo resumiría la disputa del siguiente modo: ¿ es Dios eternamente trino o se volvió trino para nosotros? Si afirmamos lo primero, Dios es comunión entre el Padre y el Hijo desde siempre; el vínculo entre el Padre y el Hijo e. h “II // 1 1) 1 SaMuel Fernández. P. SAMUEL FERNÁNDEZ: «La iglesia debe estar unida, pero al modo de Dios» no depende del plan de creación. En tanto, si afirmamos que Dios «se volvió trino», lo originario de Dios no sería la comunión, sino una especie de «autonomía solitaria» que, en un momento segundo, se vuelve relación entre Padre e Hijo. En otras palabras, si Dios no es comunión desde siempre, entonces su ser trinitario no le pertenece desde siempre. La comunión no sería esencial en Dios, sino accidental. Este debate teológico bastante abstracto abstracto tiene consecuencias decisivas para la comprensión cristiana de Dios y de la creación.
La fórmula de Nicea Antes de abordar las consecuencias de estas afirmaciones: afirmaciones: ¿ por qué es importante la fórmula de Nicea? ¿ Cómo quedó expresada este debate? En términos doctrinales, la crisis teológica quedó quedó zanjada al declararse ilegítima la postura de Arrio. La fórmula acordada por los obispos declaraba que el Hijo es estrictamente co-eterno con el Padre; en términos técnicos, técnicos, se afirma que el Hijo es «consustancial» con el Padre.
Ahora bien, lo novedoso de esta fórmula es su objetivo: mientras las anteriores fórmulas de fe tenían objetivos litúrgicosycatequéticos, Nicea define los límites de legítima interpretación del dogma y, por tanto, buscaba buscaba ser una especie de «certificado de ortodoxia» para los obispos que lo firmaran.
En tanto que certificado, la fórmula servía para mostrar la sintonía de los obispos ante el Imperio y la iglesia «oficial». La herejía y la ortodoxia empiezan a tener consecuencias no solo religiosas, sino Si solo dos obispos no firmaron, tanto debate no hubo... No es lo mismo el proceso que el resultado. Efectivamente, el resultado excluyó la propuesta de Arrio. Sin embargo, el proceso que llevó a dicha formulación fue intenso; de cierta manera, todas las posturas tenían algo de razón. Desgraciadamente, tendemos a imaginar estos debates eclesiales en «blanco y negro), entre «buenos y malos». La fórmula de Nicea es fruto de las discusiones y compromisos de todas las partes. Sin embargo, hubo una postura que tildó a la otra de herejía. Insisto en lo anterior: ese fue el resultado. En el debate, cada uno defendía lo que estimaba correcto para la fe común. Es cierto: el lenguaje de la época tilda a Arrio de «hereje». Pero, a la base, él es creyente y miembro de la Iglesia, como los demás.
Lamentablemente, los historiadores historiadores del siglo iv y y consideraron solo el testimonio de Atanasio diácono que asumió un rol importante en la recepción de Nicea, quien tuvo un relato demasiado unilateral y simplificador de lo sucedido durante el concilio. Los historiadores posteriores configuraron un relato histórico «en blanco y negro» en el que se perdió la complejidad y riqueza del proceso.
Cristianismo en contexto helenista Si este concilio reunía a creyentes, ¿no les bastaba lo dicho en la Biblia? ¿ Había dudas de la naturaleza de Jesús porque los evangelios no serían del todo claros? Toda experiencia de fe supone interpretación. La Biblia está escrita originalmente en lenguaje semita. Entonces, cuando los primerísimos cristianos dejaron por escrito que «Al nombre de Jesús, toda rodilla se doble» (Filipenses 2), estaban afirmando claramente que Jesús es Dios. Pero cuando el cristianismo empieza a desarrollarse desarrollarse en un contexto helenista y» por tanto, en un marco conceptual distinto, se volvió necesario interpretar lo anteriormente dicho. A riesgo de simplificar demasiado la historia del dogma, podría decir que Nicea está «diciendo» «diciendo» en categorías helenistas lo que ya está presente en el Nuevo Testamento respecto de la divinidad de Jesús.
A este cambio conceptualylingüístico desde categorías categorías semitas a helenísticas, hay que sumar otro elemento: la radical desproporción entre la realidad de Diosy el lenguaje El Credo de Nicea en el rqanuscrito Griego 474 de la Biblioteca Nacional de Francia. 44 civiles, como» por ejemplo, en la exención o el pago de impuestos. Naturalmente, esta interacción entre la Iglesia Iglesia y el imperio tendrá después grandes consecuencias. Sin embargo, en términos doctrinales, es importante importante destacar que casi todos los obispos estuvieron de acuerdo con la nueva fórmula, dando una señal de la unidad doctrinal de la Iglesia.
De hecho, solo dos obispos no firmaron.. jqiPIIC»r».. . rr..4.r.. v e v-. s -w. ir v, (1-irp. frr -»rt (cw.. 6I. --. 4Ç.L. 4-ib ) i, c4,, pL14+W V r-6--. p ?“.. r. ,.y MI. L6r) 1,4 L.. 4,j.. r4A. ”+ -.. r,,. ,4 -e k. »i4.. cr.. r., -pt c1_. t x+yTa 4o“ c. .... s ei.rr. 4 1. Mó H-. -I+1á.I. V T ;, ,1qov -,. -7,.. VP b )L. /4 k” »i -h w”-r% ) 301L TtI rrL) L. U1 Ji (. AA. 4 ¡1. L 1 TI Tb yrvi»-fi. ?$ov 4-. ¿, +. , ,. rt e y. i»... » ;. -7rro:r. 4Kw?. l mc.. . 1$ h-., 4 1. P. SAMUEL FERNÁNDEZ: «La iglesia debe estar unida, pero al modo de Dios» humano. Toda fórmula de fe requiere de interpretación porque refiere, ni más ni menos, que a Dios. De hecho, los obispos en Nicea buscaban una fórmula unívoca y, una vez que la encontraron, fue necesario interpretarla. Y este esfuerzo interpretativo realizado por la Iglesia ayer, deberá hacerse hoy, mañana y siempre. Dicho en otras palabras: la necesidad de constante interpretación no es un defecto de una fórmula de fe, sino su propia condición.
Fe cristiana e interpretación del creyente alafe? éQué significa que la interpretación sea inherente Cada afirmación acerca de Dios se enfrenta a la desproporción entre nuestro lenguaje humano y aquella realidad divina que la fórmula de fe intenta expresar. Si sostuviéramos que las fórmulas de fe son unívocas, la tradición tradición sería dicho coloquialmente como un «embudo» que, a través de los años, ha ido precisando lo que podemos decir de Dios. Bajo dicha perspectiva, la tradición no ha hecho más que «ir aclarando» cuáles son esas verdades, haciendo cada vez más estrechos los espacios de duda. Sin embargo, la fe cristiana supone que hay una interpretación de parte de quien cree.
De hecho, los primeros primeros discípulos tuvieron que interpretar las palabras y acciones de Jesús; después, las generaciones posteriores debieron interpretar los testimonios de dichos discípulos; y, finalmente, todo hombre y mujer debe interpretar cómo esos textos y testimonios les son motivo de esperanza y salvación.
Toda comunidad creyente, en todo tiempo y lugar, deberá enfrentarse a la misma pregunta: ¿ quién es Dios? Podremos contar con la ayuda de la tradición, pero la respuesta requiere constante actualización tanto personal como comunitaria. El caso de Nicea es una interpretación auténtica, realizada en un contexto histórico concreto. A quienes estuvieron allí les hizo sentido dejarlo definido como lo hicieron. Nosotros, ayudados por esa reflexión, debemos encontrar nuestras respuestas. Ser fiel a la tradición tradición no implica simplemente repetirla. La auténtica tradición es una guía indispensable para mantener vivo lo más valioso del cristianismo: encontrarse directamente conJesús resucitado, quien está constantemente haciendo nuevas todas las cosas. Una vocación relacional iQué es valioso destacar del Concilio de Nicea para los creyentes de hoy? En primer lugar, una consideración antropológica. antropológica. Si Dios es originalmente relación entre el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, la naturaleza misma de Dios es relacional. Dios no entró en relación «en algún momento», sino que siempre fue vínculo y apertura a otro. Si reconocemos reconocemos que el ser humano es «creado a imageny semejanza de Dios)), también debemos reconocer el carácter relacional del ser humano.
En una sociedad tan individualista como la nuestra, nos viene bien escuchar que el otro no es un competidor ni una amenaza a nuestra identidad, sino alguien alguien que nos realiza en nuestra vocación más radical. La relación con los demás no es algo accidental; es, más bien, lo que nos constituye como seres humanos. En segundo lugar, una reflexión eclesiológica. La gran mayoría de los concilios y Nicea no es una excepción fueron espacios de tensas discusiones. Hay que desidealizar estos acuerdos y no imaginarlos como si fueran espacios carentes de tensiones y disputas. La unidad se logró por medio de la discusióny negociación. Es cierto que el lenguaje ocupado creyentes y herejes da la impresión de bandos ganadores y perdedores.
Pero si la actual Iglesia quiere ser fiel a Nicea, la unidad debe reflejar el modo como Dios quiere que seamos uno; somos llamados a ser uno, pero «al modo de Dios». Lamentablemente, el discurso de la unidad de la Iglesia ha sido históricamente una justificación para el pensamiento único, como si la solidez de la unidad radicara radicara en la uniformidad. Sin embargo, si la unidad de Dios es el modelo de la unidad de la Iglesia, debemos afirmar que la diversidad entre los creyentes no es una amenaza a la unidad, sino su sustento. La Iglesia debe estar unida, pero al modo de Dios. Finalmente, hay que retomar la importancia de la interpretación. La fe de Nicea no fue un punto final, sino un nuevo inicio en la comprensión del ser de Dios revelado por Jesús. Luego de Nicea, hubo que reunirse varias veces para aclarar cómo entender que el Padre y el Hijo fueran consubstanciales. De hecho, un par de décadas después, en el año 381 en Constantinopla, los obispos nuevamente fueron convocados a discutir cómo entender la fe trinitaria. trinitaria. Es necesario insistir en que el lenguaje humano no es capaz de «decir» a Dios de una manera unívoca. Podemos experimentar el misterio de Dios, pero jamás atraparlo. Y porque toda afirmación de fe está bajo el riesgo de la interpretación, interpretación, debemos reunirnos, una y otra vez, a discutir cómo entendemos la fe, la esperanza y el amor.
Si somos creyentes, siempre seremos agentes activos de nuestra fe y de las afirmaciones que den cuenta de ella. 1%l El credo de Nicea Creemos en un único Dios Padre todopoderoso, hacedor de todo lo visible y lo invisible. Y en un único Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, generado del Padre como Unigénito, es decir, de la sustancia del Padre.
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, generado no hecho, consustancial con el Padre, por medio del cual llegaron a ser todas las cosas, las que están en el cielo y las que están en la tierra. El que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó, se eecarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, subió a los cielos Y vendrá a juzgar a vivos y muertos. Y en el Espíritu Santo..