Autor: FERNANDO ZAVALA
Sebastián Lelio: “Hacer un musical a mi manera es algo que vengo incubando hace años”
Sebastián Lelio: “Hacer un musical a mi manera es algo que vengo incubando hace años” “No soy necesariamente un el desafío de hacer un devoto del género, pero musical a mi manera lo vengo incubando desde hace muchos años”, admite Sebastián Lelio, quien el 28 de agosto estrenará en salas locales el cumplimiento de ese sueño, “La ola”, aplaudida en su debut en el pasado Festival de Cannes y que se inspira en las manifestaciones feministas de 2018 en Chile. “Hacer un musical es como convertirse en cirujano de cerebro, o sea, es una especialidad de un nivel de dificultad técnica mayor. Entonces, para lograrlo tuve que comenzar a especializarme y hacer eso fue un placer”, agrega.
Aquella especialización le tomó años, partiendo como una curiosidad que ya se puede ver en películas como “Gloria” o “Una mujer fantástica” y que tuvo un acercamiento en el corto realizado en pandemia para la película “Homemade”, producida por Fábula, que Netflix estrenó en 2020. “Fue muy educativo, porque me di cuenta de que la dimensión técnica del musical es extremadamente difícil”, afirma. Con “La ola”, el cineasta se atreve con un género poco abordado en el cine latinoamericano. En Chile el más recordado es “El Gran Circo Chamorro”, de José Bohr, estrenado en 1955; y “Rojo, la película” (2006), de Nicolás Acuña, es tal vez el ejemplo más reciente. Lelio señala que en Latinoamérica no hay una tradición de cine musical. “Nuestra industria es más frágil y hacer un musical es muy caro.
Además, es como si no nos estuviera permitido pensar que podríamos abordar nuestros problemas con los elementos que son esenciales al musical como el esplendor estético, el dispendio, la espectacularidad, incluso el lujo, si se quiere. Y al no tener esa tradición, al no existir el musical latinoamericano, para nosotros fue como una bendición y también una condena. Esto, porque como no teníamos el conocimiento técnico de cómo hacerlo, operamos libres de las cadenas de la tradición. Tomamos el esplendor y el espectáculo de la tradición americana y la mezclamos con la función europea más política y más desafiante de la irrupción de la música y del baile”, indica.
Con cuidados números musicales (uno de ellos tuvo 400 personas frente a las cámaras) y coreografías a cargo del estadounidense Ryan Heffington, la música estuvo a cargo del socio habitual de Lelio, el británico Matthew Herbert, y un conjunto de Sus definiciones El musical de su vida: “Bailarina en la oscuridad” (2000), de Lars von Trier “Me marcó profundamente. Es una película que amo y que me tocó vivírmela justo cuando estaba estudiando Cine.
Me impactó su modernidad, además que es un maravilloso escupitajo a la frivolidad del cine musical de mera evasión”. Un musical de su infancia: “Pink Floyd The Wall” (1982), de Alan Parker “Hubo un año entero en que, cuando era chico y llegaba del colegio, todos los días veía esa película. Fue el primero que me marcó”. Un musical perfecto: “Cantando bajo la lluvia” (1952), de Stanley Donen “Esta la vi cuando ya empecé a estudiar los clásicos y me parece una película perfecta. De hecho, la vi hace un par de años en un cine en Berlín con la sala llena con niños y todavía funciona.
Los niños estaban felices”. Un musical que no le gusta: “Chicago” (2002), de Rob Marshall “La verdad es que no me llamó la atención, no me interesó el tema”. El caso “Emilia Pérez” (2024): “Yo estaba filmando La ola cuando me enteré de que Jacques Audiard estaba preparando un musical en español. La verdad estaba muy interesado en lo que un director tan dotado podía hacer. Y cuando la vi me di cuenta de que nosotros con La ola no tenemos nada que ver con Emilia Pérez. Nosotros no estamos haciendo turismo cultural, lo que estamos contando nos duele y nos importa hasta los tuétanos. Son cosas distintas”. ZERÉPANERACAM 17 compositoras chilenas como Ana Tijoux, Camila Moreno y Javiera Parra, entre otras.
La historia escrita por Lelio, Manuela Infante, Josefina Fernández y Paloma Salas gira en torno a Julia (Daniela López), una estudiante de Música que se involucra en el movimiento que surge después de que varias de sus compañeras denuncian acoso y abuso al interior de su universidad. Ella misma es una víctima y se convierte en pieza central de las manifestaciones. El utilizar el musical para contar una historia controvertida fue uno de los mayores desafíos para Lelio. Pero ahí también estaba uno de sus mayores anhelos. El director estima que el género musical, en las últimas décadas, estéticamente se fue quedando atrás, se recluyó en ejercicios de nostalgia y la presencia de lo político se volvió cada vez más escasa.
“Entonces, uno de mis anhelos era intentar hacer un musical contemporáneo que no se tratara del mero esplendor evasivo sino que combinase el esplendor estético, la gran escala, el espectáculo, la inventiva y el juego que el género musical exige con la poética y con un tema de total actualidad que nos interpela a todos y que es complicado de abordar a través de la estrategia quizás contra intuitiva de un musical, que es un género que tiene una vocación celebratoria”. A su juicio, cruzar esas dos cosas que están en contradicción le parecía un problema fascinante, peligroso, contemporáneo y desafiante. “Y creo que, justamente, del choque de esas contradicciones, del vitalismo con el dolor, surgen probablemente algunos de los destellos más fértiles e interesantes de la película.
Eso es lo que me interesaba y eso es lo que andaba buscando”, sostiene.. El cineasta ganador del Oscar por “Una mujer fantástica” entrega sus definiciones en torno al género al que pertenece su nueva película, “La ola”, que debutará en Chile el próximo 28 de agosto. Lelio destaca la oportunidad de poder utilizar un musical para abordar temas controvertidos. Daniela López encarna en “La ola” a una estudiante de Música que se involucra en el movimiento feminista. “Bailarina en la oscuridad”, con Björk, es uno de sus referentes en el género.