Gustavo Ponce Lerou, precursor del yoga en Chile pone a la venta su centro: “Decidí que tenía que vender todo y retirarme”
Gustavo Ponce Lerou, precursor del yoga en Chile pone a la venta su centro: “Decidí que tenía que vender todo y retirarme” "E ste es el último curso que doy en Brasil, después me queda uno en enero en CanalOm y con eso cuelgo los guantes". Gustavo Ponce Lerou (78) es reconocido como el precursor del yoga en Chile. En 1996 inauguró el centro Yogashala en Las Condes y el centro de retiro y bienestar CanalOm en Los Vilos. Hoy, ambos inmuebles lucen el cartel "Se Vende". El segundo hermano del empresario Julio Ponce Lerou, se retira del negocio. Habla con "El Mercurio" desde Río de Janeiro, donde está oficiando el penúltimo taller de Yoga antes de su salida.
Deja claro que hablará de todo, menos de su hermano, con quien estuvo la semana pasada en el homenaje que le hizo SQM en Iquique, tras anunciar su salida oficial de las sociedades que conforman el grupo Pampa. "Él es sumamente reservado", indica Gustavo.
Y vuelve al yoga: "Los indios son muy sabios y dicen que el ser humano vive 100 años, por lo que hay que dividir la vida en etapas de 25 y cuando uno llega a los 75, que fue mi caso hace tres años, decidí que tenía que vender todo y retirarme", relata.
Sin embargo --agrega-era un mal momento. "Ahora que se acerca el cambio de Gobierno y seguramente se va a reactivar el sector inmobiliario, pensé que era un buen minuto para poner en venta ambas propiedades". Yogashala es la escuela de yoga más antigua de Chile. Está en la calle Marne en la comuna de Las Condes, y se emplaza en un terreno de 420 m 2 y 284 m 2 construidos. El recinto tiene un valor de UF 22.500, lo que equivale a más de $880 millones. CanalOm está en Los Vilos, Cuarta Región, en un terreno de 25 mil m 2. Tiene 23 habitaciones, dos comedores, cancha de tenis, piscinas, spa, entre otras instalaciones. Su valor es de UF 77.000, equivalente a unos $3.022 millones, más de US$ 3 millones. El 2024 lo puso en venta. Hoy, ambos están encargados a varias empresas de corretaje para concretar su enajenación. Y ya han surgido interesados.
Por Yogashala, cuenta que un indio representante del movimiento Hare Krishna, una rama del hinduismo, quería comprar el lugar para hacer un templo. "Me ofreció la mitad del valor que tiene y cash, pero no me era conveniente", dice. P o r C a n a l O m, e n tanto, asegura que casi cerró el negocio con un consorcio ruso que quería hacer de este un centro de longevidad utilizando inteligencia artificial. De hecho, señala que le habían ofrecido incluso quedarse como consejero o asesor. Sin embargo, a los pocos días de cerrar el trato, se cayó. "Pero la puerta no se ha cerrado totalmente", dice. Una vez que las ventas se c o n c r e t e n, G u s t a v o P o n c e --cuenta-se dedicará a cuidar de sí mismo.
Entre esos planes está recuperar su vínculo con Japón, país al que llama su segundo hogar luego de haber vivido por más de 20 años, donde incluso fue embajador entre 1987 y 1990, al final del período de Augusto Pinochet. "Me gustaría instalarme ahí, no en las grandes ciudades, sino en una isla donde nadie sepa quien soy", cuenta.
Y agrega: "En Japón me siento absolutam e n t e e n c a s a, quiero estar allá un par de meses al año o más, y así también practicar caligrafía japonesa que es uno de mis hobbies, para eso se nec e s i t a t i e m p o ". Además prevé term i n a r u n l i b r o --"quizás va a ser el último que escriba"--, se llamará Yoga Hormonal. Ponce ya tiene a su haber 25 publicaciones. Yoga: "Es lo que hago hoy sin parar" El retiro de Gustavo Ponce no fue automático. El año pasado empezó a alejarse de las clases.
De hecho, este año no ha realizado ninguna. "Me quedan estos dos cursos y con eso se termina mi ciclo de enseñanza", dice en alusión al taller que está realizando en Brasil y otro que impartirá en enero próximo en CanalOm. "Creo que he dejado un legado importante porque he formado a miles de profesores en todas partes del mundo. Ahora les corresponde a ellos continuar con esto", subraya. Ponce, pasó su niñez con su familia en La Calera.
En el colegio era el primero en gimnasia, "si no me sacaba un siete me deprimía, pero no me importaba que me fuera mal en matemáticas". Partió en el yoga a los 11 años, de manera autodidacta, luego de haber encontrado un libro en una venta de segunda mano.
Le llamó la atención la portada donde había un hombre con color de piel diferente y un turbante. "Lo abrí y había fotografías en blanco y negro de una persona haciendo unos ejercicios que me parecían bastante curiosos.
Me lo compré y lo tengo hasta hoy". El libro se llama `Yoga y Deporte' de Selvarajan Yesudian y la húngara Elizabeth Haich, quienes introdujeron esta práctica en Europa. "Esto era cuando nadie había escuchado la palabra yoga en Chile, ni siquiera yo. Ponía el libro en el suelo y trataba de hacer las posturas que allí aparecían", recuerda. La secundaria la hizo en el Instituo Barros Arana; junto a sus hermanos viajaban desde Quillota en tren a Santiago donde pasaban toda la semana en el internado.
A los 16 años se matriculó en Derecho en la Universidad de Chile donde estuvo 4 años y a los 21 se fue en barco a Japón desde Buenos Aires a estudiar artes marciales pero sin abandonar el yoga, ya que le daba la flexibilidad que necesitaba para sobresalir en más en esta disciplina. Sin embargo, unos años después se lesionó y volvió al yoga 100%. "Es lo que hago hoy sin parar". Trabajó y vivió en diferentes países. En 1975 estuvo en Chile, donde fue uno de los primeros agregados comerciales de ProChile, y el año 77 volvió a Japón donde desarrolló una ascendente carrera hasta ser embajador en el país nipón. En paralelo, comenzó a enseñar yoga a sus amigos. De hecho, fue en esa época cuando compró el terreno en Los Vilos donde poco a poco fue construyendo CanalOm. En 1990 se fue a Bélgica a cargo de la oficina de SQM y como responsable de todos los mercad o s d e E u r o p a, Oriente y Oceanía. En 1995 estuvo en India, país al que fue durante 45 años seguidos y vivió tres años. En esa oportunidad estudió con el creador del método Ashtanga Vinyasa Yoga, que luego introdujo en Chile. Ya en 1999 cuando terminó de construir Yogashala empezó a enseñar y a dedicarse enteramente a esto. Incluso, hace algunos años desarrolló un nuevo método que ha enseñado internacionalmente, conocido como GPBalance o Yoga Hormonal. "GP son mis iniciales. El cuerpo y la mente siempre deberían estar en un estado de homeostasis que se consigue con los 7 hábitos de higiene de vida que propongo. Es un método que ha crecido rápidamente", cuenta. Y agrega: "Mi gran orgullo es haber creado un método que ayuda a la salud de miles de personas como es el Yoga Hormonal". Ahora, le dice adiós a la enseñanza. Sin embargo, es claro que esto no implica dejar de practicar. "Para mí, el yoga es un amor apasionado al que le he sido absolutamente fiel toda mi vida. Hasta que la muerte nos separe", subraya entre risas.
Gustavo Ponce Lerou, precursor del yoga en Chile pone a la venta su centro: "Decidí que tenía que vender todo y retirarme" Tras su retiro, prevé irse a Japón, país donde fue embajador y además terminar de escribir el libro `Yoga Hormonal', basado en un método que él creó. MACARENA PÉREZ · MARÍA JESÚS COLOMA El centro de retiro y yoga CanalOm está ubicado a la orilla del mar en Los Vilos, cuarta región. CARLA DANNEMANN Gustavo Ponce (78) en Brasil, donde está impartiendo su penúltimo curso como maestro de Yoga antes de su retiro. El Centro Yogashala, primera escuela en Chile que actualmente está a la venta y tiene un costo de más de $800 millones. Entre telones.