EDITORIAL: Lecciones que cuesta aprender
EDITORIAL: Lecciones que cuesta aprender EDITORIAL Lecciones que cuesta aprender a tormenta de arena y viento que afectó a Aricael pasado jueves no solo sorprendió por su intensidad, con ráfagas superiores alos 50 km/h, sino también por las consecuencias que dejó: caída de ramas, toldos y objetos metálicos que dañaron el tendido eléctrico, provocando extensos cortes de luz en sectores como Azapa, Las Palmas y San Ignacio de Loyola, en principio. Pero entre la noche del viernes y las primeras horas de ayer sábado hubo más sectores afectados. Ayer, dos días del evento, aún hay reportes de intermitencias, lo querefleja una preocupante fragilidad en la infraestructura energética de la región.
La Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) ha desplegado fiscalizaciones en terreno y exigido a las empresas respuestas técnicas claras, mientras que el Ministerio de Energía plantea la urgencia de mejorar la resigencia de mejorar la resiliencia del sistema. Desde la empresa CGE se activaron protocolos de contingencia, incluyendo equipos técnicos reforzados y atención prioritaria a usuarios electrodependientes. ES Lo ocurrido en Arica, con la tormenta de arena y los cortes de luz, no puede analizarse de manera aislada". No obstante, más allá de la reacción, el foco debe estar en la anticipación. Lo ocurrido en Arica no puede analizarse de manera aislada. Hace casi un año, las fuertes tormentas en la zona centro-sur del país dejaron millones de personas sin electricidad por varios días, colapsando la logística energética y evidenciando graves debilidades del sistema. Esa experiencia, que debió haber dejado importantes lecciones, aún parece no traducirse completamente en medidas concretas y preventivas en otras regiones del país. La preparación frente a fenómenos extremos ya no es una opción, es una Obligación. La planificación, el mantenimiento oportuno y la inversión en infraestructura más resistente son tareas urgentes. No se trata solo de reparar lo dañado, sino de construir un sistema capaz de soportar estos eventos sin afectar la vida cotidiana de las personas. Porque en el norte extremo del país, donde el desierto convive con la vulnerabilidad, el viento puede no avisar. Pero las autoridades, las empresas y la ciudadanía ya no pueden decir que no sabían. decir que no sabían..