Autor: MACARENA CERDA M.
“No por tratar de cumplir una promesa de campaña a medias, se va a hipotecar el sistema universitario”
“No por tratar de cumplir una promesa de campaña a medias, se va a hipotecar el sistema universitario” Entre los intrincados pasillos de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), enclavada en lo alto de Peñalolén, se sitúa la oficina de Francisco Covarrubias (50), quien en abril cumplió un año como rector. Conoce de memoria el edificio diseñado por el arquitecto José Cruz Ovalle, y su presteza al recorrerlo lo evidencia.
Y es que el ingeniero comercial está ligado desde hace casi 16 años a la institución de 10 mil alumnos de pregrado y posgrado, que tiene otras dos sedes en Santiago y una en Viña del Mar. ¿Qué balance realiza sobre su primer año como rector? “Ha sido muy gratificante. Esta es una universidad que tiene un grupo humano extraordinario, que tiene personas que piensan distinto, pero que conviven en la tolerancia, en el respeto y en el afecto.
Valoramos mucho esa pluralidad”. ¿Cómo ha visto la discusión que se ha dado en torno al proyecto de Financiamiento para la Educación Superior (FES)? “Yo creo que el FES es un mal proyecto, por muchas razones. No obstante, tiene algunas cosas que son rescatables.
Tiene un plan de renegociación de las deudas que parece ser razonable, y establece un sistema de cobro para el futuro sistema de financiamiento que se había planteado ya en el pasado muchas veces, que es muy razonable. Son cosas que se podrían aplicar al actual sistema”. Pero, ¿por qué el FES es un mal proyecto? “Porque quita recursos del sistema universitario. Algunos economistas hablan de US$ 200 millones, y hay estimaciones que llegan hasta US$ 500 millones anuales. Y si se le quita al sistema, se le quita a la investigación, a los centros especializados, a la cantidad de profesores de planta que puedes generar”. “Al mismo tiempo, está estableciendo un impuesto.
Un impuesto solidario, que se suma, por supuesto, al alza de la cotización previsional, que podría significar un incremento de la informalidad, pero sobre todo, que haya gente que tenga que pagar OLLAVRACNAITSIRC familias, donde hay instrumentos estatales y donaciones”. ¿La situación país actual da para perseguir esta clase de proyectos? “Si se busca abordarlos desde la racionalidad, sí. Pero si se busca abordarlos desde la consigna, desde la utopía, no. Porque los recursos fiscales son limitados, Chile está en un problema de crecimiento. Si se le quita el sistema, el sistema va a verse perjudicado. Tal como ya lo hemos visto con la gratuidad, donde hay muchas instituciones que están muy aproblemadas. Si le quita recursos, baja su calidad. No hay mucho misterio.
Es súper importante darle racionalidad a la discusión, y ser muy conscientes de que los recursos debemos gastarlos de la mejor forma posible”. ¿Cree que los recursos se gastan de buena manera? “La universidad chilena goza de un buen prestigio. Por supuesto que hay mejores y peores, pero a nivel de promedio, la universidad chilena está en un buen pie.
Sin embargo, el proyecto de la gratuidad, que también estuvo muy bien inspirado, tuvo problemas serios, y ha significado que hoy día tengamos ya cerca de 10 universidades que tienen serios problemas y que eran universidades que en algún momento fueron un lujo, un orgullo. Estamos hablando de universidades regionales, como la Austral, o la propia Alberto Hurtado, y otras que no han hecho tan pública su condición.
Sería un error cometer un segundo error con el FES”. Algunos rectores manifiestan que al menos la gratuidad asegura de mejor forma los ingresos de las universidades, teniendo en cuenta que hoy en día las familias tienen menor capacidad de pago “Muchas veces las familias son mejores pagadoras que el Estado, y basta ver en distintos ámbitos donde vemos problemas todos los días, como en los hospitales, que no les llegan los recursos.
El Estado no ha gozado de muy buen prestigio en su capacidad de pago, pero más problemático que eso es la dependencia de las instituciones de una única y exclusiva forma de financiarse, porque si mañana llega Trump a Chile, Bukele, Maduro, puede empezar a condicionar los proyectos educativos al pago, a una fijación de derechos donde hay discrecionalidad, entonces yo creo que eso es muy malo para un sistema plural como existe en Chile de universidad”. ¿En qué medida cree que este proyecto responde más a una decisión ideológica del gobierno de turno que a una política realmente enfocada en mejorar la educación? “Yo quiero partir de la creencia de que esto está bien intencionado. Este ha sido un tema central, además, para esta generación que está en el Gobierno. Se habló hace mucho tiempo de la condonación del CAE, pero ya nos dimos cuenta que no es posible. Había muchos eslóganes, y yo creo que los datos tienen que primar en esta discusión, que aunque bien intencionada, es utópica.
Lo más obvio es separar este proyecto en dos, para atender ambas materias”. ¿Qué se puede hacer para mejorar la situación? “Yo espero que prime la racionalidad, que pueda separarse el proyecto, pueda mejorarse lo que hay actualmente.
No por tratar de cumplir una promesa de campaña a medias, se va a hipotecar un sistema universitario que tiene fortaleza, hipotecar instituciones que han hecho un buen trabajo”. De cara a la Cuenta Pública, ¿qué cree usted que tiene el Gobierno para mostrar en cuanto a gestión de educación? “Yo creo que el Gobierno tiene muy poco que mostrar”. hasta tres veces su carrera. Y en algunos casos, de acuerdo con un estudio que hizo una académica de la University College London, hasta 10 veces. Y eso significa que las personas se van a dar cuenta de que no les conviene, y al no ingresar, desfinancian todo el sistema.
Esto fuerza a las universidades a ir tras los estudiantes que pueden copagar, lo que nos pone en una situación no deseable como país, lo que podría provocar más segregación”. Los ejemplos que está dando el mundo ¿ Cuál podría ser una buena alternativa ante este escenario? “El Estado tiene severos problemas para clasificar a los deciles. Si nosotros partiéramos de la base de que la clasificación es adecuada, este sería un impuesto a la clase media.
Y para las universidades que no estamos en gratuidad, hay un problema serio de autonomía, porque implica adscribirse a un sistema en el cual las vacantes, matrículas y precios quedan fijados, y a nosotros nos parece que eso no es adecuado, viendo, por ejemplo, lo que está pasando en Estados Unidos.
Las buenas experiencias en el mundo dan cuenta de financiamientos que son mixtos, donde aportan las personas, sus COPAGO El rector dice que, de aprobarse el FES, las universidades se verían forzadas a enfocarse en estudiantes que puedan copagar, lo que generaría más segregación. Advierte que la iniciativa sobre Financiamiento para la Educación Superior podría repetir errores y debilitar a instituciones ya afectadas por la gratuidad, además de disminuir la autonomía de las universidades. Las personas se van a dar cuenta de que no les conviene, y al no ingresar, desfinancian todo el sistema.
Esto fuerza a las universidades a ir tras los estudiantes que pueden copagar”. Las buenas experiencias en el mundo dan cuenta de financiamientos que son mixtos, donde aportan las personas, su familia, donde hay instrumentos estatales y donaciones”. Muchas veces las familias son mejores pagadoras que el Estado, y basta ver en distintos ámbitos donde vemos problemas todos los días, como en los hospitales, que no les llegan los recursos”. Francisco Covarrubias, rector de la U. Adolfo Ibáñez, sobre el proyecto FES:. Covarrubias advierte que las universidades se verían forzadas a enfocarse en estudiantes que puedan copagar, lo que generaría más segregación.