Carlos Maillet: “La restauración crítica no sirve para todo”
Carlos Maillet: “La restauración crítica no sirve para todo” Carlos Maillet: “La restauración crítica no sirve para todo” Carlos Maillet: “La restauración crítica no sirve para todo” U n interesante debate se ha generado, en cartas al director, sobre patrimonio versus memoria, a raíz de la iglesia de la Veracruz (declarada Monumento Histórico en 1983), vandalizada en el contexto de la revuelta de 2019.
El templo del barrio Lastarria será sometido a un proyecto de restauración liderado por los arquitectos Ximena Joannon y Cristián Sáez, gracias a una propuesta que ya ha pasado varias etapas, entre ellas la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales. El punto de partida del debate fue una columna de opinión publicada el pasado 21de junio, en la Revista Vivienda y Decoración.
Ahí el arquitecto Sebastián Gray sostuvo que hoy surge la discusión sobre la manera de recuperar lo perdido y que la pregunta recurrente es "cómo rescatar un elemento considerado valioso y, al mismo tiempo, poner a la vista los hechos trascendentales que lo han afectado, su memoria histórica". El profesional, en alusión al estallido de 2019, planteó que las "huellas físicas de explosiones humanas de esta magnitud y significación son testimonios imposibles de ignorar, mucho menos negar o intentar borrar". Ayer, el arquitecto Carlos Maillet se sumó al debate y en su carta dijo que "convertir la destrucción en relato estético, sin atender a su trasfondo ético y teológico, arriesga legitimar la iconoclasia como parte del proceso restaurador" En conversación con "El Mercurio", Maillet, quien es director de la carrera de Arte y Conservación del Patrimonio de la Universidad San Sebastián y fundador del Grupo Praedio, distingue entre una restauración tradicional, que busca devolver los monumentos a su estado idealizado, eliminando cualquier señal de deterioro o daño. "En el caso de las iglesias chilenas, esta perspectiva es particularmente relevante, ya que devolverlas a su esplendor original implica no solo un acto de reparación física, sino también de sanación cultural y espiritual", apunta Maillet.
Y por otra parte, señala la llamada restauración crítica y que aboga por conservar las marcas del tiempo como una forma de respetar la memoria histórica del edificio. "Esta perspectiva plantea que las cicatrices del pasado no deben ser borradas, ya que constituyen una narrativa visual de la historia viva del lugar", explica el experto.
NEGAR SU FUNCIÓN ORIGINAL Para Carlos Maillet, quien además participó recientemente en un conversatorio sobre este tema organizado por la Universidad Diego Portales, este último enfoque tiene límites éticos y culturales, especialmente cuando las ruinas deslegitiman los valores espirituales y comunitarios que estos espacios representan. "En el caso de las iglesias, la conservación de la destrucción como un acto estético puede interpretarse como una negación de su función original: ser un espacio de culto, reflexión y comunidad.
Al dejar las iglesias en ruinas, se corre el riesgo de reducirlas a meros objetos arqueológicos, despojándolas de su significado espiritual y cultural, lo que podría interpretarse como una forma de violencia simbólica hacia las comunidades de fieles", dice.
Maillet considera que, en el caso de la Veracruz, se podría dejar una ventana rota o una figura dañada para explicar a los visitantes los efectos de la intolerancia religiosa en medio de un conflicto. "Puede ser, pero eso no es lo más importante. Hay un problema ético clave que consiste en rescatar el valor material e inmaterial del inmueble. Los templos religiosos son íconos, simbolizan algo trascendental para los católicos, pero también para los musulmanes y judíos por citar otras creencias. Lo principal del edificio religioso no es contar la historia, sino simbolizar para lo que fue construido". El arquitecto afirma que "la restauración crítica no sirve para todo. No es como regla mágica.
Los edificios religiosos que tienen un uso vivo, como la Veracruz, merecen un destino que realce su vocación original, donde la estética material esté subordinada a esa vocación, no al revés". Finalmente, detalla que un debate similar se vivió en la recuperación de Notre Dame de París. "Algunos arquitectos plantearon dejar las huellas del incendio, pero se optó por una restauración tradicional porque es un patrimonio vivo. Se entiende que ahí ocurren signos, símbolos y actos muy relevantes", concluye Carlos Maillet.
Carlos Maillet: "La restauración crítica no sirve para todo" El arquitecto entra al debate sobre la iglesia de la Veracruz y dice que devolver el esplendor a los templos religiosos implica un acto "de sanación cultural y espiritual". MAUREEN LENNON ZANINOVIC Así lucen la bóveda y las paredes incendiadas de la iglesia de la Veracruz. Desde hace más de un año, en el templo se realizan misas y está abierto para que las personas pueden contemplar su interior, recogerse o rezar. FELIPE BAEZ La arquitectura del templo fue iniciada por Claude Brunet des Baines y continuada por Fermín Vivaceta. FELIPE BAEZ Sin Asignar Sin Asignar.