Columnas de Opinión: Mil pedazos construyen una historia
Columnas de Opinión: Mil pedazos construyen una historia uando un crítico liteC rario dice que un texto se lee de corrido es un gran halago para su autor.
Más allá del género, con esto se entiende que las ideas están "bien hiladas", es decir, funcionan como un resbalín, al lector le dan un placer estético y quizás un nuevo pensamiento o formas de ver las cosas. El escritor lee aquel comentario y suspira, porque hilar ideas es complejo, todavía más en una época de sobreestimulación, con redes sociales y notificaciones que brillan como neones.
Si alguien, mediante el acto de telepatía logró que otro alguien a quien tal vez nunca conozca, se dejara cautivar lo suficiente con palabras durante horas, es decir, pudo paralizar e introducirlo en su mundo. que lo más probable es que sea una mentira, lo logró. Leer, contar de corrido parece un acto muy natural, pero es un artificio complejo. Basta escucharse hablar un rato, intentar seguir la conversación desde afuera, para indignarse con la cantidad de digresiones que ocurren en un diálogo cotidiano. La vida no tiene guion, ni orden, cuestionó William Shakespeare ("Hamlet"), a lo sumo, locura.
El físico chileno y Premio Nacional de Ciencias Eric Goles publico hace poco un ensayo titulado "Vida artificial", donde analiza desde las matemáticas y la literatura la posibilidad de que se genere vida que no tenga origen orgánico, con pasajes hacia la mente de Mary Shelley ("Frankenstein") o Lord Byron ("Don Juan"). El jurista y creador de varios de los códigos que hoy rigen la vida en sociedad, Andrés Bello, anotó en el acta de fundación de la Universidad de Chile que "todas las verdades se tocan". Un algoritmo, una operación matemática, pareciera ser tan literaria y tan antigua como los versos de "El cantar de los cantares". Hoy, que la vida, las formas SHUTTERSTOCK luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas. .. ", para luego explicar que es una historia de amor, filosofía y jazz que se lee de dos formas: primero, en el orden habitual de los capitulos, y segundo, se inicia en el 73 y se sigue el orden propuesto por el escritor. "como un hipervínculo", es decir, la estructura de internet como lo conocemos hoy. El libro fue publicado en 1963. Un ave rara en la biblioteca es el tomo de Cortázar, al igual que "Viñamarinos. aburridos, excéntricos y decadentes", de la chilena Catalina Porzio, editado en 2015, aunque ya cuesta encontrario.
El texto se enfoca en la evolución histórico social de la ciudad jardín, a través de sus ciudadanos ilustres, aunque no son ellos ni la autora quienes tienen la voz narrativa, sino que avanza mediante citas de diarios u otros autores.
Porzio, sin intervenir directamente, por ejemplo, cuenta la historia de la poeta Teresa Wilms Montt ("En la quietud del mármol") con líneas de un texto de Carlos Ruiz-Tagle editado por la municipalidad: "La empapaba el mismo mal que veíamos en Federico Gana. .. la tristeza insondable de una aristocracia sin destino". Palabras e ideas al viento unidas por un soplo para formar una idea. El mito de la creación llevado a otro plano.
Una voz construida por muchas para hablar en días en que la concentración es escasa porque tal vez todo está quebrado. ¿Para armar lo nuevo? nua con Victor Hugo ("Los miserables"): "Comienza entonces 'una especie de largo insomnio", para agregar a Sigmund Freud ("Duelo y melancolía") a través de "tal es el precio a pagar: la muerte de la Imagen contra mi propia vida". Tres autores se unen en la diagramación de un concepto, dejando cierta ambigüedad sobre dónde comienza uno y termina el otro, lo que lleva a leer "Fragmentos. .. " como una obra del propio Barthes, pese a que siempre está citando o parafraseando a otros, por lo que luego al pie ofrece algunas citas completas o un indice de obras en ciertas ediciones.
De un modo similar, aunque con voz propia, funciona "Rayuela", la novela del argentino Julio Cortázar, citada cada año por el linguista y academico de la Universidad de Concepción Sergio Hernández Osuna al leer "¿ Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la VALERIA BARAHONA Periodista y escritora.
Es autora de los libros "Señoritas en toma"y "Educación superior". velocidad, donde siempre el futuro es algo remoto, hace pocos años se reeditó en Chile "Sobre la pasión, el amor y los celos", del conde de La Rochefoucauld, noble francés del siglo XVII, "admirado por (Friedrich) Nietzsche ('Así habló Zaratustra') y Stendhal ('Rojo y negro')", asegura la portada de la traducción hecha por Rafael Gumucio ("Los parientes pobres"). Las máximas más largas de La Rochefoucauld tienen cuatro líneas, editadas en un volumen pequeño y liviano, para la cartera.
Se abre y funciona como un oráculo: "La violencia que nos hacen nos duele siempre menos que la que nos hacemos a nosotros mismos". Asi, comienza una historia de pasión con el aforismo "la duración de nuestras pasiones no depende de nosotros más de lo que depende la duración de nuestras vidas", pasa por el amory, en medio del desamor y la envidia, termina con "es más difícil esconder los sentimientos que se tienen que fingir los que no se tienen". Uno de los clásicos entre los textos hechos con "retazos" es "Fragmentos del discurso amoroso", de Roland Barthes, volumen en permanente reedición porque encontró un eco en la generación milenial, pese a que el autor falleció en 1980: es breve y está organizado como un diccionario de todo lo que le pasa en una relación romántica.
Por ejemplo, describe el exilio como "al decidir renunciar al estado amoroso, el sujeto se ve con tristeza exiliado de su imaginario". Y, tras la definición, como buen linguista, Barthes comienza con citas, como Goethe en "Las penas del joven Werther", donde, señala el teórico, "tomo a Werther en ese momento ficticio (en la ficción misma) en que habría renunciado a suicidarse.
No le queda entonces más que el exilio: no alejarse de Carlota (lo ha hecho ya una vez, sin resultado), sino exiliarse de su imagen, o peor todavía: terminar con esa energía delirante que se llama lo Imaginario". Y, en la misma línea, Barthes contide narrar y de leer estan tan llenas de fragmentos, para ver lo nuevo hay que volver a lo viejo, escribe la filósofa argentina Tamara Tenenbaum en el guion de la primera temporada de la serie "El fin del amor", homonima del ensayo que la hizo conocida.
En un libro publicado este año, "Un millón de cuartos propios", sobre "El cuarto propio". de Virginia Woolf, Tenenbaum retoma esta idea y llega a que un buen sacerdote o un buen rabino es quien lee y entiende las antiguas escrituras, para luego actualizarlas y darles un sentido frente a la comunidad, que las personas se vean interpeladas por algo pensado y escrito hace miles de años.
En este universo de fragmentos, todos con el tiempo y el relato interrumpidos por la notificación de WhatsApp o, lo mas conectados, con ansiedad porque hace rato no saben cual es el último debate en Twitter, si la modelo actualizó su Instagram o que se lleva ahora en TikTok, un lugar donde el mundo pasa a otra. COLUMNA