Autor: EDUARDO OLIVARES C.
“Chile tiene la capacidad de crecer mucho más rápido”
“Chile tiene la capacidad de crecer mucho más rápido” Al otro lado del Zoom aparece William Maloney, con camisa blanca y hablando del calor que por estos días hace en Washington DC, donde trabaja.
Su rostro varias veces refleja esa típica expresión de quien ha recorrido el mundo tratando de expresar lo que, tras años de estudios, conversaciones y trayectos, le parece casi insoportablemente obvio: se puede crecer más si tan solo gobiernos y empresas tomaran decisiones sensatas. “No somos tan distintos. Se puede”, dice cuando compara a América Latina con Japón. Maloney es estadounidense, habla español y dice “nosotros” al referirse a América Latina (y a Chile), la región que analiza como economista jefe en el Banco Mundial. Acaba de lanzar el libro “Recuperar el siglo perdido de crecimiento: construir economías de aprendizaje en América Latina y el Caribe”, coescrito con Xavier Cirera y María Marta Ferreyra. Allí plantean que el estancamiento regional no es una anomalía reciente, sino una consecuencia de no haber aprendido a aprender. “Perdimos el siglo por nuestro ritmo más lento de adoptar tecnologías”, afirma. Según su diagnóstico, el problema no fue la falta de oportunidades, sino la incapacidad estructural para absorber conocimiento. Países que en 1900 estaban a niveles comparables, como Corea o Suecia, hoy se encuentran peldaños más arriba. Menciona suele hacerlo el caso del cobre chileno. La industria estuvo a punto de desaparecer, recuerda, y solo se reactivó gracias a tecnologías extranjeras. En Japón, en cambio, empresas que nacieron ligadas al sector minero como Hitachi o Sumitomo evolucionaron hacia industrias tecnológicas. “Aquí (en Chile) no tuvimos nuestro propio Hitachi”, señala.
El problema, dice, no fue el des y limita el desarrollo de capacidades. ¿Crecer al 5%? “Acabamos de terminar un estudio donde las familias más ricas en Argentina tienen calificaciones PISA (que, miden competencias básicas en lectura, matemáticas y ciencias) por debajo de las familias más pobres en Vietnam”, y se pregunta: “¿ De dónde vienen sus empresarios, sus técnicos, sus ingenieros, si estás dejando a la mitad de la población atrás?”. En Chile, el debate electoral se ha centrado en asuntos como la negociación ramal, el salario mínimo. Casi nadie habla de inteligencia artificial.
“Tenemos que pensar en cuál mercado laboral tenemos que tener para enfrentar lo que viene, que sea más ágil y que tenga las capacidades necesarias para competir. (... ). Lo que no queremos es dividir los frutos de este crecimiento lento que tenemos.
Lo que tenemos que hacer es llegar de 2,5% a 5%, en términos de crecimiento”. En Chile nadie habla de 5%. Con suerte se habla de 3% o 4%. “Fine” (bien, en inglés). O sea, ¿un país como Chile todavía puede crecer al 5%? “No sé cómo se decide cuál es el ritmo al que puede crecer un país. Lo que sí sé es que Chile tiene la capacidad de crecer mucho más rápido de lo que está creciendo. Es una cuestión de asegurar que estamos apalancando las nuevas oportunidades que hay”. si simplemente lo vamos a extraer y exportar”, cuestiona. Las capacidades empresariales Menciona esfuerzos como el del Laboratorio de Gobierno o la colaboración entre universidades chilenas y la Universidad de California en Davis para tecnologías agrícolas. Pero advierte que las iniciativas puntuales, por sí solas, no resuelven el problema si no están respaldadas por una estructura que permita ensayar, corregir y escalar aprendizajes. “No basta con nivelar el campo de juego.
Se requieren capacidades empresariales, tecnológicas e institucionales para experimentar”. Recuerda programas en Colombia que ofrecieron diagnósticos externos a empresas, y casos como el de India, donde un plan de acompañamiento profesional permitió elevar la productividad de empresas textiles en más de 10% en un año. La sobreconfianza gerencial es uno de los temas centrales del libro. Los autores citan evidencia de que muchas empresas latinoamericanas creen estar entre las más eficientes, cuando en realidad operan con rezagos importantes. Ese sesgo, dice Maloney, impide mejorar. Se suma a otro problema estructural: un sistema educativo que reproduce desigualda. BZEÁBEPILEF El estadounidense William Maloney es el economista jefe del Departamento de América Latina y el Caribe del Banco Mundial. cobre ni será el litio, sino qué se hace con ellos. “La pregunta es si vamos a usar el litio para diversificar nuestra economía, para construir nuevas capacidades empresariales y tecnológicas, o. El especialista cree que la región perdió un siglo en desarrollo por no haber adoptado estrategias para robustecer la educación y absorber nuevas ideas. “Perdimos el siglo por nuestro ritmo más lento de adoptar tecnologías”, reflexiona. William Maloney, economista jefe para América Latina del Banco Mundial: ‘‘No basta con nivelar el campo de juego. Se requieren capacidades empresariales, tecnológicas e institucionales para experimentar”.